LIBROS
Petros Márkaris: «Me interesa qué fuerza a una persona a convertirse en asesina»
El escritor griego regresa con una nueva entrega de la serie del comisario Kostas Jaritos, ‘Ética para inversores’. En esta entrevista nos habla de una novela negra impregnada de inquietudes sociales y económicas
Petros Márkaris (Estambul, 1937)
Muchos son los que ven en la guerra civil griega (1946-1949) el comienzo de la Guerra Fría, pero muy pocos identifican el conflicto como el germen de la popular y simbólica amistad entre Lambros Zisis y el comisario Kostas Jaritos, protagonistas de la ficción ... policiaca de Petros Márkaris (Estambul, 1937). Han transcurrido algo más de veinticinco años y quince novelas desde la llegada a librerías de ‘Noticias de la noche’ (Tusquets, 1995), la primera investigación de Jaritos, que ahora ha vuelto a nuestros escaparates con ‘Ética para inversores’ (Tusquets, 2021), en cuyas páginas se investiga la aparición de un cadáver cerca de un centro de refugiados en Atenas . Entre uno y otro título, Márkaris ha permitido que su literatura se impregnara sin miedo de los acontecimientos que, durante las últimas décadas, han sacudido a Europa.
Así es como, incorporando la influencia de la realidad a sus tramas y analizando sus efectos sobre el individuo, libro a libro, el autor ha cincelado uno de los perfiles más particulares del ‘noir’ mediterráneo, a la altura de Pepe Carvalho, Petra Delicado o Salvo Montalbano aunque, eso sí, mucho más corriente y costumbrista, porque si hay algo que caracteriza a Kostas Jaritos es que su historia profesional avanza indisolublemente unida a la de su vida privada, la que comparte con su tradicional familia, más allá de los altibajos propios de alguien que se dedica a resolver crímenes. Esto Márkaris lo tiene muy claro.
¿Cómo ha evolucionado el personaje durante estos años?
Ha evolucionado sobre todo en el carácter. Al principio no era más que un policía del que sabíamos que tenía familia, pero ahora se presenta al lector como una mezcla equilibrada de ambas cosas, las dos igual de importantes, la vida profesional y la familiar. Hay tres razones para esta transformación: la primera, que después de todo este tiempo de convivencia con él lo conozco mucho mejor. Aquel policía del inicio de la serie literaria es ahora uno de mis amigos más íntimos. La segunda razón tiene que ver con los lazos que unen a Jaritos con el izquierdista Lambros Zisis, otro de los protagonistas de la colección. En Grecia resulta tan rara la amistad entre un policía y un hombre de izquierdas que, al consolidar su vínculo, Jaritos y Zisis descubren aspectos el uno del otro que nos eran totalmente desconocidos. Por último, la tercera razón es la llegada de sangre nueva a la familia: el nacimiento de un nieto.
¿Y cuáles son los rasgos de su evolución como autor? ¿Qué ha vivido a través de Jaritos que de otra forma no hubiera experimentado?
Antes de dedicarme a escribir ficción criminal, fui dramaturgo y guionista, pero gracias a la novela negra he podido abordar los problemas sociales y políticos de mi entorno desde un punto de vista muy diferente al que me ofrecía mi labor anterior. Cuando empiezo un nuevo libro, casi nunca sé quién será el asesino. Me limito a seguir los pasos de Jaritos, porque mi prioridad son los problemas sociales y económicos, y sus efectos; qué fuerza a una persona a cruzar sus propios límites y convertirse en asesina. Cuando termino de escribir, Jaritos tiene a su culpable y yo las implicaciones sociales que lo han conducido hasta el delito, cuál ha sido la fuerza motriz que ha impulsado al asesino a cometer el crimen. Colaboro con Jaritos durante la investigación, pero los objetivos que perseguimos son diferentes.
«A Kostas Jaritos ahora lo conozco mejor. Aquel policía del inicio de la serie literaria es uno de mis amigos más íntimos»
Novela a novela, su prosa se ha ido depurando para dar prioridad al mensaje, a la denuncia social, tan propia del género y tan clara en ‘Ética para inversores’, que comienza con un simbólico funeral de la izquierda. ¿Un escritor de ficción debe tomar partido?
Formo parte de una generación políticamente muy comprometida y, como escritor, no puedo conformarme con describir la realidad. Intento concentrarme en los problemas sociales, políticos y financieros, y orientar al lector hacia las preguntas adecuadas y las respuestas correctas. Como dijo una vez Bertolt Brecht, es muy difícil que alguien distinga lo «antinatural» si hemos aceptado lo «antinatural» como «natural» durante demasiado tiempo. Este es el problema de las sociedades contemporáneas. Nos han conducido a aceptar como «natural» lo que no lo es.
«Gracias a la novela negra he abordado los problemas sociales y políticos de mi entorno desde un punto de vista muy diferente»
Sin abandonar la escena del funeral e incorporando otro de los temas fundamentales de la novela, el concepto de ‘pobreza’, ¿las ideologías tradicionales ya no nos sirven? ¿Vivimos un tiempo que exige un pensamiento nuevo?
-He sido de izquierdas durante gran parte de mi vida. Cuando era más joven, los partidos de izquierda no estaban en el gobierno, eran partidos que movilizaban y daban apoyo a los estratos más pobres de la población, pero la revolución tecnológica ha invertido esta realidad social. Ahora los nuevos pobres son las clases medias. Vi como esto sucedía en Grecia, durante la crisis económica de 2010, y estoy viendo como el proceso se completa con los efectos financieros de la pandemia. Los actuales partidos de izquierda ya no movilizan ni dan apoyo, solo aspiran a alcanzar el gobierno. La izquierda ya no está contra el sistema, ahora quiere formar parte de él. El problema de esta estrategia es que el sistema es fuerte e impone sus reglas incluso a la izquierda. He vivido este proceso en mi país y, sí, estoy de acuerdo con usted: vivimos una época que necesita no solo un pensamiento nuevo, sino también nuevas ideas y formas de acción.
¿Qué simboliza Lambros Zisis?
Lambros Zisis es un viejo izquierdista, que luchó en nuestra guerra civil y después fue deportado. Yo no estuve en Grecia durante la guerra. Crecí en Estambul y me instalé en Atenas cinco años después de que el conflicto terminara. Conozco con detalle lo que pasó y sus consecuencias gracias a mis lecturas y a los relatos de algunos amigos que pertenecen a esa generación, pero no tengo recuerdos propios de lo ocurrido, tampoco sentimientos traumáticos. Una vez instalado en Grecia, no dejaba de preguntarme por qué la reconciliación entre las diferentes posturas ideológicas de la guerra, incluso tantos años después, continuaba siendo imposible. Así es como se me ocurrió la amistad entre Lambros Zisis y Kostas Jaritos. Salió tan bien que ahora Zisis no es solo un amigo de la familia de Jaritos, forma parte de ella. El nieto de Kostas lleva su nombre y eso me hace muy feliz.
«Esta juventud va a convertirse en un nuevo tipo de proletariado; con un título universitario, es cierto, pero proletariado al fin»
¿Y qué implica y representa la Internacional de los Pobres, también presente en la historia?
Representa los nuevos movimientos de protesta autogenerados en países europeos como Francia, Italia y España, y también en algunos países de Latinoamérica. Su aparición es un síntoma alentador y, al mismo tiempo, peligroso. Antes eran los partidos de izquierda los que, además de apoyar estas iniciativas, las amparaban y garantizaban su transparencia. Ahora, surgen espontáneamente y su desprotección es absoluta. Es muy fácil infiltrarse en ellas y manipularlas con imprevisibles consecuencias.
Gracias a Jaritos y a Zisis, el lector obtiene un interesante y detallado paisaje de la Grecia actual pero, literatura aparte, ¿cómo cree que el mundo mira a su país?
De dos formas distintas. Por un lado, está la imagen que se creó durante los años de la crisis económica, cuando los europeos miraban a Grecia con desprecio. Según este punto de vista, los griegos eran los únicos responsables de la situación de su país y su sufrimiento, ya que se dedicaron a derrochar el dinero recibido de la Unión Europea en la compra de casas y automóviles; algo que en parte es cierto. Los gobiernos griegos, desde principios de los ochenta del siglo XX en adelante, crearon gracias a las ayudas de la UE y los créditos de bajo interés, una falsa sensación de riqueza que desembocó en desastre. Ahora, sin embargo, la imagen de Grecia ha mejorado mucho gracias a su correcta y eficaz gestión de la pandemia.
Más allá de la crítica al presente, ‘Ética para inversores’ cuenta con el pequeño Lambros, nieto de Jaritos, que parece un guiño al futuro. ¿Cómo se imagina el mundo que este bebé vivirá como adulto? ¿Hay esperanza?
El futuro del pequeño Lambros es uno de los temas centrales de la novela que estoy escribiendo ahora. En mi juventud, los miembros del proletariado apenas sabían escribir sus nombres. En la actualidad, cuando miro a la juventud, intuyo que va a convertirse en un nuevo tipo de proletariado, con un título universitario, eso es cierto, pero proletariado al fin. Sin embargo, para el joven Lambros tengo esperanza. Confío en que evitará este destino gracias al apoyo de su familia, incluido Zisis.