Hazte premium Hazte premium

CINE

Las películas imprescindibles de Woody Allen

«Annie Hall» como epifanía de su gran cine abre una lista de obras maestras donde las relaciones de la gente son argumento clave

Woody Allen y Diane Keaton en una escena de «Annie Hall»
Fernando R. Lafuente

Esta funcionalidad es sólo para registrados

-Doctor, mi hermano está loco. Se cree una gallina.

-Pues que lo encierren.

-Lo haría, pero es que necesito los huevos.

«Pues bien, así es, más o menos, como suelo ver las relaciones entre la gente, ¿saben?, completamente irracionales, locas y absurdas; pero creo que las mantenemos porque, eh... la mayoría de nosotros...necesitamos los huevos».

Es el final de Annie Hall (1977), la película que, sin ser la primera que dirigiera y protagonizara Allan Stewart Konigsberg, Woody Allen (Nueva York, 1935) fue la que marcó un giro definitivo en su filmografía. No solo por la presencia de Nueva York como escenario incólume sino por la constante variación sobre un único argumento: la relación entre la gente . La autobiografía, los hechos trazados en los guiones que apuntan hacia una referencia de lo vivido. Annie Hall es la relación de una pareja que se ama y después se distancia, y la pasión del enamoramiento queda sumergida en la niebla fatal del paso del tiempo y la despedida. Ni contigo, sin ti. Una comedia que en su tono ligero, teñido de excelentes y ácidos diálogos, esconde un cierto romanticismo en busca de algo definitivo que nunca llegará. Diane Keaton , cuyo verdadero nombre es Diane Hall, es el contrapunto de Alvy (Woody Allen). Un vaivén de momentos memorables (un Oscar al guión y la dirección y Oscar para Diane Keaton) que quedan en el espectador con el aura de algo condenadamente contemporáneo y universal. Epifanías en la vida de una pareja , como tantas, que, tras el velo de lo cotidiano presenta una profunda reflexión sobre las heridas imborrables que el paso del tiempo golpea en cada uno , al sentir una cierta familiaridad con cada uno de los personajes, de cercanía, algo próximo y, al tiempo, eterno.

La siguiente película que uno colocaría entre las obras maestras de Woody Allen sería Días de radio (1987) que una voz en off que describe al comenzar: «La escena transcurre en Rockaway. La época es la de mi infancia. Es mi antiguo barrio y perdónenme si tiendo a idealizar el pasado. No siempre llovía tanto, ni hacía tanto viento. Pero es así como lo recuerdo, porque es cuando estaba más bello». Es una creación profundamente cervantina , el niño Joe ( Seth Green ) ve más realidad en la ficción que en la realidad de verdad: tebeos, músicas, programas de radio (la escena del concurso tiene el eco de uno de los episodios de la estupenda Historias de la radio (1955) de José Luis Sáenz de Heredia ) en la que Allen despliega un catálogo de personajes, más de cien con una irónica melancolía. Refleja y narra los grandes años de la radio, del Brooklyn familiar , década de los cuarenta del siglo pasado. La sutil combinación de episodios llenos de una magia especial para presentar al espectador lo cotidiano, los avatares y tristezas de una familia cuyo centro, además de la inevitable lucha por la vida, es la variedad y la ventana al mundo que la radio permite sin salir de la habitación, donde el aparato reina para deleite, sueño y entretenimiento de sus entregados oyentes.

Como uno tiene que elegir sólo cinco películas que han fijado para la historia del cine el nombre de Woody Allen, la siguiente es para el propio director, y para quien esto escribe, su película favorita: La rosa púrpura de El Cairo (1985). De nuevo, Brooklyn, pero ahora en los años de la Gran Depresión . Es un filme político, de profunda crítica social y, al tiempo, de un talento cinematográfico como pocos han logrado trasladar a la pantallas, con una poderosa denuncia de la situación de la mujer, Cecilia ( Mia Farrow , en una de sus más conmovedoras interpretaciones). Un marido despótico, violento y, por qué no, un vago y un cobarde (es compatible), que no duda en golpear a su mujer, quedarse con el poco dinero que ella gana en un cafetín de mala muerte. Ante esta realidad, como la de Quijano en La Mancha, sólo la ficción, el sueño es capaz de otorgar otra vida. Si en Cervantes son las novelas de caballerías, aquí es el cine. El de la época dorada, viajes, glamour, elegancia, champagne. Ese encuentro entre Cecilia y Tom Baxter ( Jeff Daniels ) es uno de los grandes momentos marcados para la historia del cine. Porque en Allen todo es historia, memoria y ficción.

Balas sobre Broadway (1994). es una de las más divertidas y desternillantes, sobre un fondo de nostalgia por los grandes días del teatro neoyorquino. La historia del gángster que se destapa como un excelente autor teatral, por encima de los intelectuales sofisticados del Greenwich Village es una vuelta de tuerca en el ajuste de cuentas de Allen con la pedantería y el supuesto genio de los autores consagrados. Excelente Diane West , como actriz envuelta en el vaporoso velo de lo excéntrico, y mejor aún un soberbio Chezz Palminteri como Cheech, el mafioso.

Y, para terminar, lástima, el toque de Allen lejos de su querido Nueva York. La acción transcurre en Londres, en un filme que, como se ha señalado muestra las huellas de Graham Greene y Patricia Highsmith , Match Point (2005). También con ribetes del Hitchcock de Extraños en un tren y Crimen perfecto . Tenía que ser Londres y el ansia y la ambición en el personaje de Chris ( Jonathan Rhys Meyers ). Aquí Allen se salta todas las convenciones y logra el crimen perfecto, de un cinismo e inteligencia superior, con un final de una brillantez de muy difícil superación, porque deja a los espectadores con los ojos en blanco , pero con la convicción de que sí, será cierto, pase lo que pase, venga lo que venga, sean quienes sean los otros, necesitamos los huevos.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación