LIBROS
Las nuevas líneas rojas de la literatura infantil
Las editoriales derriban tabús como la muerte o la identidad de género mientras rechazan las relaciones tóxicas o el racismo
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión«Los padres les dan a sus hijos en torno a los doce años un arma de destrucción masiva como es el móvil , ese agujero negro que les chupa la energía. Pueden jugar a matar bichos viendo cómo la sangre explota ... de la cabeza del personaje o, peor, ven páginas porno. Está normalizado, pero un libro en el que le cuentes algo a un niño que a un padre o madre le parezca mal... ¡uy!, se va al cole y le monta un pollo al profe de turno que lo marca», relata el escritor Jordi Sierra i Fabra. Inmersos en los tiempos de ‘El juego de calamar’ y del reguetón a todo trapo no parece que tenga mucho sentido hablar de líneas rojas en la literatura infantil y juvenil. Pero Berta Márquez, coordinadora editorial de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) de SM, también habla de que «recibimos quejas por parte de los colegios constantemente. Hay temas sensibles que no a todo el mundo le gusta cómo están tratados, aunque nosotros intentamos ser claros y explicar muy bien de qué habla el libro para que nadie se sorprenda».
Pese a ello, las editoriales defienden que no hay temas tabús en la LIJ, que todo depende de la sensibilidad y la edad. «Hay que tener respeto por la capacidad lectora e interpretativa y siempre intentar que de ahí salga algo positivo. A nosotros nos gusta ser altavoces, no censores. Las escenas de sexualidad , por ejemplo, no generan un gran problema siempre que estén bien tratadas , pero tampoco somos una editorial que vaya a publicar pasajes explícitos», apunta Laia Zamarrón, editora ejecutiva de Infantil y Juvenil de Alfaguara. En la misma línea se pronuncia Márquez con respecto a otros asuntos clásicamente incómodos. «Hay libros para primeros lectores que hablan con delicadeza y empatía de la muerte , que es una pregunta que nos hacemos desde que tenemos conciencia. Por otro lado, tienen acceso cada vez antes a contenidos más violentos . Creo que también hay que hablarles de eso para que sepan mirar . Al final, ese es el objetivo de la literatura, plantearles preguntas y realidades con las que viven para que puedan entender el mundo y a ellos mismos».
Cambio de paradigma
Incluso se aprecia una cierta apertura en ese campo. Sierra i Fabra ilustra el cambio de paradigma. «Hace 18 años escribí ‘Al otro lado del espejo’. Al final, una amiga de la protagonista le espeta: ‘¿Sabes lo que te ocurre a ti? Que te gustan las tías y no los tíos. Entonces la chica va a ver a sus padres y les dice: ‘Papá, mamá, he de contaros algo’. Y así acaba. Nada más. Pues nadie lo quería . Se publicó porque lo presenté a un premio literario y ganó. En cambio, el año que viene sale un libro mío sobre una chica lesbiana y no he tenido ningún problema ».
Y no solo la identidad sexual , también el acoso escolar o el feminismo empujan fuerte. «El año pasado publicamos ‘La regla mola’ que está funcionando muy bien», relata Rosa Samper, directora literaria de Montena y Nube de Tinta. «Está dirigido a niñas, pero creo que lo están comprando hasta adultas porque se acerca a la menstruación con información y naturalidad. Derriba el tabú». En los próximos meses esta tendencia se consolidará con una triste realidad que ha emergido con la pandemia: la de la enfermedad mental . «La depresión ha llegado a la infancia y, para entendernos y entender, estaría muy bien hablar sobre ella», avanza la editora de SM.
Entonces, ¿han desaparecido las líneas rojas en la LIJ? Más bien parece que se ha adaptado a los nuevos tiempos. «Los valores que son malos no los publicamos. Las connotaciones materialistas, sexistas o machistas quedan fuera de nuestro catálogo», asevera Zamarrón. Márquez confiesa que, cuando lee manuscritos, «me echa para atrás la forma de representar roles familiares (que la mamá haga la cena mientras el papá ve las noticias, por ejemplo) o la violencia por el morbo». Y la directora editorial de Montena cuenta que tienen muchísimas conversaciones con las autoras de romántica «sobre el amor ideal y el punto en el que puede ser tóxico. Les decimos: ‘Cuidado, que lo que aquí parece muy romántico es en realidad un narcisista de manual’. Y lo hablamos para montarlo de otra manera porque al final ellas también están luchando contra la repetición de patrones tóxicos ».
Precisamente, Montena publica en España los libros del superventas David Walliams, en uno de cuyos títulos de más éxito, ‘Los peores niños del mundo’, Harper Collins eliminaba en el ámbito anglosajón el capítulo dedicado al niño asiático, por racista. «Desconozco el motivo por el que tomaron esa decisión y no sé en su caso qué hubiera hecho. Ante la duda de si alguien se podía sentir ofendido, creo que han preferido quitarlo antes de defender que no está hecho adrede (todos los niños que salen son malos) porque sí que es cierto que hay un prejuicio contra ese colectivo. Si no tenemos arquetipos de malvados no podemos construir historias, pero hay que ir con pies de plomo para no atribuirle a ese malvado unas características que no le pertenecen», argumenta Samper
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete