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ABC Cultural

LIBROS

Las nuevas líneas rojas de la literatura infantil

Las editoriales derriban tabús como la muerte o la identidad de género mientras rechazan las relaciones tóxicas o el racismo

Celia Fraile Gil

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«Los padres les dan a sus hijos en torno a los doce años un arma de destrucción masiva como es el móvil , ese agujero negro que les chupa la energía. Pueden jugar a matar bichos viendo cómo la sangre explota ... de la cabeza del personaje o, peor, ven páginas porno. Está normalizado, pero un libro en el que le cuentes algo a un niño que a un padre o madre le parezca mal... ¡uy!, se va al cole y le monta un pollo al profe de turno que lo marca», relata el escritor Jordi Sierra i Fabra. Inmersos en los tiempos de ‘El juego de calamar’ y del reguetón a todo trapo no parece que tenga mucho sentido hablar de líneas rojas en la literatura infantil y juvenil. Pero Berta Márquez, coordinadora editorial de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) de SM, también habla de que «recibimos quejas por parte de los colegios constantemente. Hay temas sensibles que no a todo el mundo le gusta cómo están tratados, aunque nosotros intentamos ser claros y explicar muy bien de qué habla el libro para que nadie se sorprenda».

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