LIBROS
Murakami, un maestro de la ligereza
‘Primera persona del singular’ está integrado por ocho cuentos, cuatro de ellos ya publicados en revistas y el resto inéditos
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Iniciar sesiónLeyendo a Murakami da la impresión de que escribir narrativa es lo más fácil del mundo. Uno se pone a escribir sobre algo, cualquier cosa, un pensamiento, un recuerdo, una música que le gusta, algo que pasó una vez, y algo comienza a desenrollarse ... y a fluir por la página, una especie de miel, una serpiente que se cambia de piel, una planta que se llena de inflorescencias y se enreda por todas partes. Hace muchos que Murakami ha llegado (quizá siempre estuvo allí) a ese lugar en que l Palacio de la Imaginación está veinticuatro horas abierto y en que basta tocar una baldosa de la pared para que brote una historia. Tomemos, por ejemplo, ‘With the Beatles’, una de las piezas más intrigantes y significativas de ‘Primera persona del singular’.
Comienza con una imagen, un recuerdo, que como casi siempre en Murakami es el recuerdo de una muchacha del pasado a la que el narrador (que en este libro se nos sugiere una y otra vez que es el propio Murakami, como si este fuera un libro de relatos sobre recuerdos o sobre recuerdosueños) vio solo una vez, en 1964. La muchacha pasó por un pasillo apretando contra su pecho el disco ‘With the Beatles’ y se transformó para Murakami en una imagen de algo perfecto, puro y eterno.
Secretos
La chica pasa y desaparece... ¿Qué más? ¿Qué otra cosa puede seguir? Murakami se deja llevar por lo que él mismo ha creado, del mismo modo que los músicos de jazz se inspiran a sí mismos y desarrollan las cosas imprevisibles que surgen de sus dedos. Murakami sigue hablando del disco de los Beatles en cuestión, de los años 60, de la guerra de Vietnam, del pop... Entonces recuerda a una novia que tuvo unos años más tarde con la que escuchaba la música de la película ‘A Summer Place’.
¿Cómo hemos llegado aquí? ¿Qué sigue? Murakami nos habla de esta película y de sus actores protagonistas y de lo que fue de ambos. Luego prueba con los hermanos de su novia, primero con la hermana menor, que no le da mucho juego, y luego con el hermano mayor. Sigamos, pues, a ver a dónde nos lleva ese hilo. Un día va a recoger a su novia a su casa pero ella no está. El hermano mayor le hace pasar, le dice que espere y le da conversación.
Siempre nos aguarda una maravillosa sensación de que en realidad todas las vidas son absurdas
El joven Murakami encuentra una antología de prosa japonesa contemporánea, hace unas observaciones muy interesantes sobre el comentario de textos (otro hilo), luego el hermano le pide que le lea un fragmento de una novela de Akutagawa de la que también hablan. A continuación, el hermano le revela un secreto: tiene blancos en la memoria , de modo que hay horas completas de su vida que desaparecen. ¿Y si le diera por cometer un crimen en esas horas de ausencia? Y así sigue y sigue la historia, sin esfuerzo, siempre sorprendente, siempre inesperada, la historia que no es una historia.
Al final siempre nos aguarda una revelación, pequeña o grande , y una maravillosa sensación de que en realidad todas las vidas son así, absurdas, sin sentido, hechas de fragmentos inconexos, imposibles de comprender, quizá carentes de significado, pero a pesar de todo bellas, bellas como diamantes, bellas como relatos de Murakami.
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