FOTOGRAFÍA
Miradas cruzadas en PHotoEspaña de la mano de Sebastião Salgado
Patrimonio Nacional se une por primera vez a PHotoEspaña. En el Palacio Real ofrece uno de los platos fuertes de este festival de fotografía

Fotografía y paisaje han mantenido a lo largo de la Historia un fecundo y poliédrico matrimonio, siempre muy bien avenido. Como dato significativo decir que la primera fotografía que se conserva, en el Museo de Austin (Texas), es una vista realizada en 1826 por ... Niepce desde su estudio en Le Gras. De esta forma, el paisaje se convertirá en uno de los referentes fundamentales de la disciplina.
Una propuesta poco transitada
La exposición ‘Sebastião Salgado y las Colecciones Reales’ se centra precisamente en dar visibilidad y testimonio de este fenómeno. Organizada por PHotoEspaña , en colaboración con Patrimonio Nacional , y con el apoyo de Acciona , plantea una interesante -y muy poco transitada- propuesta bajo la tesis de establecer un diálogo, formal y conceptual, entre el trabajo del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado y una selección de obras de algunas de las más importantes figuras de la foto del siglo XIX, tales como Gustave Le Gray, Atkinson, Nadar, Laurent, Clifford o Woodbury and Page . Figuras que, como queda patente, se encuentran bien representadas en las Colecciones Reales, concretamente en la Colección de Fotografía Histórica, y que ahora se muestran en un espacio tan espléndido y sugerente como es el Palacio Real.

Otro de los puntos fuertes del proyecto expositivo lo constituye la presencia en vitrinas de seis espléndidos y ornamentados álbumes fotográficos procedentes de diversos países, entre ellos Japón, como regalos a los Reyes de España. Debo resaltar que la presencia de estos autores se debe al interés personal mostrado por la reina Isabel II, quien fomentó y encargó la producción de un amplio registro de imágenes fotográficas encaminadas a servir de documentos de primera mano sobre diferentes aspectos de la vida y costumbres del siglo XIX y principios del XX. De hecho, hace apenas unos meses tuvo lugar en Madrid una excelente exposición sobre la producción fotográfica de Charles Clifford encargada por Isabel II que obraba como elocuente ejemplo de estas aseveraciones.
Enriquecedora presentación
Otro aspecto que tenemos que destacar en esta nueva propuesta es la pervivencia de un fenómeno que desde hace ya bastante tiempo puede venir observándose en el contexto expositivo más actual. Me refiero al diálogo, cada vez más frecuente y feraz, entre el arte del pasado y el contemporáneo. Dentro de esta, a mi juicio, muy positiva interrelación se observa sobre todo el creciente interés de ciertos espacios, aparentemente dedicados en exclusiva al arte del pasado, por exponer obras de artistas contemporáneos. Este es el caso del Palacio Real , que se incorpora por vez primera al festival con el proyecto que ahora nos ocupa a esta enriquecedora presentación del patrimonio artístico del pasado y del presente.

La muestra se articula en tres espacios interrelacionados que pueden visitarse axialmente como las partes de un todo. La primera sala despliega una serie de imágenes que escenifican una didáctica introducción a esa foto de paisaje a las que hacíamos referencia. En ella, y en diálogo con una excelente fotografía de Salgado, podemos admirar trabajos de autores seminales como William Atkinson, Jean Laurent o Charles Clifford , que presentan diversas visiones de la Naturaleza, en muchas ocasiones vinculadas a la representación de obras públicas o sucesos sociales que, en teoría, ocupaban el centro de sus encargos.
El siguiente capítulo incorpora ya más plenamente el trabajo de Sebastião Salgado (Aimorés, 1944) uno de los fotógrafos más prestigiosos y reconocibles de la foto documental de las últimas décadas. Sus potentes imágenes en blanco y negro, con un inteligente control del claroscuro, y una gran maestría en la plasmación de los sutiles registros tonales, se han centrado en su mayoría en la documentación de lugares y de grupos sociales, sometidos a la degradación medioambiental y al desequilibrio social, esquilmados por un mundo de intereses materiales alejado de cualquier connotación humanista. Las copias que se muestran tienen una calidad excepcional y han sido realizadas exprofeso para esta ocasión.
La última estancia trata de recoger ese espíritu de lo sublime en la Naturaleza, surgido en los primeros albores del Romanticismo, a partir del pensamiento del filósofo Edmund Burke , que empujará a tantos artistas a emprender un largo viaje de búsqueda y de hallazgos. Un anhelo que, en realidad, tal como señala Kant en su ‘Crítica del Juicio’, «no está contenido en ningún objeto de la Naturaleza, solo en nuestra mente, ya que podemos hacernos conscientes de nuestra superioridad con respecto a la naturaleza exterior en tanto que lo hemos sido con respecto a nuestra naturaleza interior». Ser capaces, pues, de mirar la Naturaleza para ser capaces de mirarnos a nosotros.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete