MÚSICA
McCartney-Weller, el regreso de dos leyendas
Paul McCartney y Paul Weller, mitos del «brit pop», cuyo talento ha influido a músicos y fans de varias generaciones, siguen sentando cátedra (y éxito) con sus nuevos trabajos
Álvaro Alonso
1
Paul McCartney, tocando la fibra
Que levante el brazo quien no haya echado una lagrimita viendo a Macca junto a Corden en el «carpool karaoke» de The Late Late Show recorriendo las pulcras calles de Liverpool , la curva de Penny Lane, la casa familiar cercada por los fans aún adolescentes o los recuerdos de su madre en el origen de «Let It Be ». El último «truco» fue el concierto vía streaming (en abierto para todo el planeta) de presentación de sus nuevas canciones hace escasas semanas. Los golpes de efecto de promo de su nuevo álbum arrancaron en junio y han resultado tan efectivos que nada más publicarse Egyptian Station alcanza el número 1 del Billboard, lo que pillado a contrapié a agentes, productores y mega-estrellas de plástico del hip-hop y el R&B.
Algo de culpa tendrá el encanto de un artista cuyas canciones forman parte del ADN de la humanidad en la que tal vez sea la recta final de la especie. Si el otro Paul (Weller) ha concebido su nuevo disco como un alto en el camino para buscar refugio interior, Macca sale a la calle en una mañana de domingo a pleno sol. Su capacidad de empatía sigue intacta e insiste en mensajes a favor de la paz, la comprensión y en contra de quien se dedica a hacer daño , como en la muy directa «Who Cares». No le duelen prendas en mostrarse a la caza del hit, véase «Fuh You», «Come On To Me» o «I Don´t Know», de ritmo resultón y melodías pegadizas, intercalándolas con otras piezas más complejas, como el pop barroco de «Do It Now», los ecos de ópera rock mutante en «Despite Repeated Warnings», psicodelia funk en «Caesar Rock», homenajes a Lennon en «People Want Peace» o la más guitarrera traca final con el medley «Hunt You Down/Naked/C-Link». Pero en su nuevo disco hay más: la pieza suave de preciosos arpegios a la guitarra y ensoñadoras flautas «Happy With You» compite con «Hand in Hand» en descontrolada emoción. Paul, como Dalí, no pretende ser moderno, ya lo es , aunque en vez de programaciones haga uso de flautas, harpsicordios, guitarras y bajos eléctricos, piano y batería. A sus 76 años, Paul ha descubierto la fórmula para entrar de nuevo en nuestras vidas por la puerta grande.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete