Hazte premium Hazte premium

LIBROS

Martínez de Pisón, la red del pasado familiar

El escritor zaragozano nos regala una poderosa novela, con sorprendente final, que aborda la relación entre una madre y su hijo

Ignacio Martínez de Pisón ha obtenido, entre otros premios, el Nacional de Narrativa

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Tras el paréntesis de Filek , vuelve Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) a su poética familiar, y lo hace dando un giro a la temática de estas relaciones . En sus dos novelas anteriores, La buena reputación (2014) y Derecho natural (2017) eran muy importantes los contextos político-sociales que rodeaban un núcleo familiar amplio cuyo desarrollo se seguía a menudo coralmente durante décadas. En Fin de temporada no dejan de estar presentes las determinaciones sociales, puesto que el nudo del conflicto nace de la intransigencia, a la altura de 1977, para la aceptación de la figura de madre soltera, pero la trama esta más reducida a la intensa relación de madre e hijo, es decir las dos figuras principales cuyo amor mutuo es origen y desembocadura del conflicto que el libro recorre, y que no revelaré.

Ya había ensayado esa relación, en aquel caso de padre e hijo, en Carreteras secundarias (1996) la novela anterior de Pisón que más puede asemejarse a ésta, si bien la comparación de ambas obras arrojaría el resultado de una mirada menos optimista en Fin de temporada , más sombría y desengañada respecto a l as posibilidades de salvar la incomunicación que el muro de los secretos ha ido tejiendo en las relaciones entre madre e hijo.

Secretos

En la poética familiar de Pisón el secreto (algo que comparte con Marías y Landero ) fija la pared que puede o no salvarse para que un núcleo, en este caso materno-filial, funcione. Los secretos ocultados poseen además enormes funcionalidades para reforzar el buen funcionamiento narrativo de una trama, sobre todo si el lector los va conociendo a la vez que el personaje, como hace Martínez de Pisón que ocurra. No hay que decir que pocos escritores españoles hay mejor dotados que él para organizar la narración de una historia. Con esta novela sucede que al lector le entran a menudo ganas de postergar su lectura para que no se termine, de tanto que está disfrutando.

En el estilo de Pisón hay una condición muy suya: da la impresión de sencillo, los acontecimientos fluyen con una naturalidad que parece como si no costase hacerlo, aunque todo narrador sabe lo difícil que es conseguir esa naturalidad (como le ocurría a Galdós, que es maestro de este modo de contar). Otra condición del estilo de Pisón es que los detalles están cuidados al extremo tanto como las atmósferas que rodean los sucesos.

Al lector le entran ganas de postergar su lectura para que no se termine, de tanto que está disfrutando

No me extrañaría que el escritor zaragozano hubiese pasado temporadas en Plasencia tomando nota de los exteriores, o bien en un camping de la costa catalana que linda con la central nuclear de Vandellós. El mundo del camping, del que quizá haya tomado inspiración el concepto de «Fin de temporada» que da título a la novela, es muy importante como escenario de este drama, en que madre e hijo (Rosa e Iván) se ven acompañados por un buen personaje Mabel, complemento de realidad que confronta y sufre la pugna de madre e hijo, y que tiene un desarrollo menos idealizado que el de la figura de Céline, la novia de Iván.

Inevitables cambios

Junto a la geografía bien cuidada en todos sus detalles de las atmósferas, otra condición muy afín a Pisón es lo bien que ha ido amueblando las recuperaciones de la música de los años setenta, los modos de vestir, la manera de hablar y de plantearse las relaciones. Porque lo que el mundo de relaciones familiares al que gusta entregarse este autor tiene eso: hay cosas que no cambian, pero otras sí lo hacen según se van produciendo prejuicios, o condiciones de aceptación de los inevitables cambios, que en esta novela desencadenan un final nada esperable.

Hay de fondo de homenaje al exilio español republicano , pues Céline es nieta de aquel mundo histórico de un Toulouse que, sin embargo, Pisón contiene para que no distraiga lo fundamental de la trama, que está en el corazón de madre e hijo. La poética de la novela enseña que el pasado no puede dejarse de lado tan fácilmente como se cree, puesto que el futuro depende de que haya sabido afrontarse. Y no siempre puede uno salir de la red que tal pasado teje. Poderosa novela.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación