Laura Revuelta - CINCO MINUTOS DE GLORIA
El realismo de Dostoyevski
El autor ruso, del que se cumple el bicentenario de su nacimiento, se daría de bruces con un mundo como el nuestro
Retrato de Fiódor Dostoyevski (1872), por Vasili Perov
Cuando un autor clásico -esos de cuyas obras se dice que captaron la esencia de una (su) época- está a punto de celebrar un aniversario redondo siempre nos preguntamos qué escribiría si se levantara tal día como hoy y su pluma se diera ... de bruces con un mundo como el nuestro: en descomposición permanente, cuya crisis no es la última ni siquiera la penúltima, que encadena escenarios de mutación constante y que ya no sabe si pisa tierra firme o arenas movedizas que se tragan con avidez a todo bicho viviente, sin escrúpulos. A Dostoyevski le queda un suspiro para festejar su bicentenario . Nació, supuestamente, el 11 de noviembre de 1821 en Moscú (otras fuentes apuntan a que fue el 30 de octubre de ese mismo año). Su tiempo fue el de la Rusia de finales del siglo XIX, el del zarismo y un imperio en decadencia , al que le quedaba un suspiro para ese redoble final de orquesta, como en una ópera de su coetáneo Chaikovski.
Dostoyevski no jugó a la ciencia ficción ni a la distopía ni a la novela negra superventas
El legado de Dostoyevski es el del realismo, el de los retratos psicológicos que se marcan a fuego en la memoria de las letras y que las siguientes generaciones aspiran a imitar. ‘Los hermanos Karamázov’ , protagonistas de su última novela, se debaten entre la ética y la moralidad; Rodión Románovich (Rodia), de ‘Crimen y castigo’ , entre el bien y el mal, el peso de la culpa. En uno de los relatos que Dostoyevski escribe entre 1859 y 1862, el titulado ‘Humillados y ofendidos’ , que acaba de reunir Galaxia Gutenberg, escribe: «De tal modo venía a corroborarse mi tesis de que cuanto más pomposa es la generosidad humana, tanto mayor es la dosis de egoísmo, el egoísmo más repulsivo». Dostoyevski no jugó a la ciencia ficción ni a la distopía alucinante ni a la novela negra con final feliz en la lista de superventas. Todos ellos géneros que se practican hasta la saciedad en la literatura contemporánea. Ciertamente, no sé cómo le hincaría el diente a nuestro entorno, en el que hemos traspasado todos los límites de lo previsible y de lo imprevisible para llegar «al egoísmo más repulsivo».