LIBROS
Jorge Gard, aterrizaje en el Planeta Novaro
Diábolo recupera en un solo volumen buena parte de nuestra infancia: los tebeos con los que crecimos
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Iniciar sesiónJunto a otros planetas nacionales como Bruguera, Maga, Valenciana o Rollán, la editorial mexicana Novaro fue, a lo largo de varias décadas, la Estrella de la Vida de muchos niños y adolescentes españoles, su Tierra Prometida, su Eldorado. Pronunciar la palabra Novaro presupone ya en ... nuestro paladar espiritual una oleada mágica de nostalgia que nos instala en el paraíso. No eran baratos los «comic books» de Novaro (y digo «comic books» y no simplemente tebeos, porque los tebeos españoles de entonces eran apaisados, mientras que los de Novaro tenían el tamaño alargado de los «comic books» estadounidenses, de donde extraían sus contenidos). Comprar un tebeo de Novaro equivalía a adquirir tres o cuatro de Maga o Valenciana, pero todas sus páginas eran en color, y su papel olía a travesía transatlántica y a «pulp» exótico.
La «tebeoteca» de Gard debe ser babélica, lo que posibilita el apabullante despliegue gráfico
Fueron infinidad las colecciones que publicó Novaro a lo largo de sus treinta y cinco años de historia. Un coleccionista uruguayo afincado en Barcelona, Jorge Gard , dedica ahora todo un libro, profusamente ilustrado, a la saga tebeística de Novaro, y lo hace confiándose al buen hacer de Diábolo Ediciones , la editorial nostálgica por excelencia, la que desde hace unos años ha abierto puertas y ventanas a la cultura popular.
En plan castizo
Resulta complicadísimo completar series de Novaro hoy en día. Pese a la proliferación de páginas de internet dedicadas a los tebeos, casi nunca aparecen ofertas de colecciones completas en ellas. Estoy seguro de que la «tebeoteca» novariana de Gard debe ser punto menos que babélica, lo que posibilita el despliegue gráfico del libro de su autoría, que es apabullante. Un libro cuyo título, «Cuando Bruce Wayne se llamaba Bruno Díaz», hace alusión a la costumbre que tenía Novaro de traducir al español los nombres anglosajones , de manera que Lois Lane era Luisa Lane; Jimmy Olsen, Jaime Olsen; y el «alter ego» del hombre-murciélago creado por Bob Kane se llamaba Bruno Díaz en Novaro, en plan castizo, oponiendo resistencia idiomática a un imperio angloparlante que ha terminado, años después, por imponer su ley a escala planetaria.
Tom y Jerry
¿Quién no recuerda las series de Novaro protagonizadas por « cowboys» inolvidables como Roy Rogers, Gene Autry, Hopalong Cassidy o Red Ryder? ¿O series procedentes del mundo de los «cartoons» como «Historietas y Cuentos de Walt Disney», «Porky y sus Amigos»,«El Conejo de la Suerte», «Tom y Jerry», «El Gato Félix» o «Super Ratón», por citar solo algunas cabeceras de lo que llama Gard « la legión de antropomorfos » de Novaro? ¿Quién no conserva en la memoria la portada de algún «comic book» de «Supermán», «Batman», T«itanes Planetarios», «Tarzán de los Monos», «Aventura», «Historias Fantásticas», «Relatos Fabulosos» o de la colección plural «Domingos Alegres», en la que cabía cualquier tema y cualquier personaje?
Pero de todas las colecciones de Novaro quisiera destacar, por la importancia que les concede mi memoria, cinco: «La Pequeña Lulú» (sobre la que publicó hace unos años la escritora hispano-venezolana Karim Taylhardat una espléndida monografía), «La Zorra y el Cuervo» (saga cómica en la que se invierten los papeles tradicionales, pues la Zorra es idiota y el Cuervo listísimo) y tres maravillosas series de carácter didáctico: «Vidas Ejemplares», «Vidas Ilustres» y «Joyas de la Mitología» . Díganme, por favor, ¿adónde hay que acudir para poder completar de una santa vez alguna de esas colecciones?
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