CINE
Isabel Coixet: «Las cosas buenas también ocurren»
Premio Nacional de Cinematografía 2020, la directora catalana estrena «Nieva en Benidorm», una metáfora de la fe del ser humano en lo inasible
Coixet, en Miss Wasabi, su productora en Barcelona
La entrada de su oficina, en el barcelonés barrio de Gracia, está presidida por una foto de Philip-Lorca di Corcia de la que se enamoró hace años. Cuenta que la vio y que volvió día tras día a la galería Helga de Alvear ... hasta que la compró. Al subir las escaleras, en el póster de Paris, Texas que le dedicó Wim Wenders antes de que empezara a rodar Elegy , se lee: «For Isabel! And good luck on your American adventure». En la mesa, el libro también dedicado de Sophie Calle , Doubles-Jeux al que tiene tanto cariño, y, de fondo, estanterías abarrotadas de libros revisten las paredes de Miss Wasabi , la productora de la cineasta Isabel Coixet (Barcelona, 1960).
Premio Nacional de Cinematografía 2020. ¿Qué queda de esa niña que veía la televisión con su madre admirando esos premios que siempre les tocaban a los demás?
Para los que sufrimos el síndrome del impostor, los premios tienen algo de milagro, de casualidad, de casi error. Pero las cosas buenas también ocurren. Un día coges el teléfono, es un número desconocido y no son los de la grúa que se han llevado tu coche... Te dicen que has ganado el Premio Nacional.
El discurso de aceptación del premio se titula «Abraza la niebla» y son diez consejos que le hubiera gustado recibir antes de empezar en el cine. ¿La única manera de abrazar la niebla es habiendo aprendido a atravesarla?
Años atrás creía que llegaría un momento en la vida en que entendería por fin las cosas, en que la experiencia terminaría por mostrarme el camino. Durante un tiempo, para explicar todo esto, me remitía a aquella canción de REM, Nightswimming . Y así me sentía: nadando en la oscuridad. Ahora, más que en la oscuridad, pienso en la niebla. Conforme avanzas, la niebla se disipa, no es tan densa como creías.
Apoya mucho a la gente joven que está empezando en el cine. ¿Unos inicios aún más difíciles si se es mujer?
Cuando me preguntan por qué no hay tantas mujeres en el cine, pienso que cualquier persona que tenga hijos y los cuide, pero que lo haga de verdad, te dirá que es imposible estar a todas. Yo lo sé: estuve rodando cuando mi hija tenía seis meses y no se lo recomiendo a nadie. El concepto de «carga mental» tiene mucho que ver con eso… Y no solo ocurre en el cine.
Su última película, «Nieva en Benidorm», empieza con Peter, un personaje obsesionado con retratar las nubes que dice que no te puedes fiar del tiempo, ni de las personas…
Peter sabe que el tiempo siempre entraña algo de promesa. Se pasa la vida esperando que ocurra algo. La primera pista que le di a Timothy Spall para interpretar lo es que leyera de Henry James La bestia en la jungla . Es la historia de una persona con una vida controlada y medida, sin sobresaltos, pero que está esperando que pase algo.
Su cine muestra a menudo esa parte «off» de la vida, la que no se ve o no queremos mirar.
Sí, a todos nos gusta ver a gente estupenda y fantástica, pero para mí, lo interesante de la cara de alguien que ha vivido, que ya tiene una edad, es que ese rostro cuenta la historia de una vida. Me gusta reivindicar lo que hay, sin maquillaje.
«Me reconozco en todas las protagonistas de mis películas... Y en los personajes masculinos»
Tiene a sus espaldas 14 películas. Es inevitable pensar que las protagonistas tienen mucho de usted.
Me reconozco en todas ellas. Tienen rasgos míos. Pero me ocurre igual con los personajes masculinos. En Cosas que nunca te dije siempre me sentí más cerca del personaje de Andrew McCarthy. O en Mi vida sin mí, yo no soy Ann, sino Mark Ruffalo. Muchos de mis personajes femeninos son las mujeres que me hubiera gustado ser, por ejemplo, esa mujer tan segura de sí misma que es Alex en Nieva en Benidorm . Pero quizás es Florence, la protagonista de La librería , en la que me veo más representada ahora.
La necesidad de conectar… ¿Es el hilo que recorre su obra?
Si no hubiera conectado con un cierto público mi carrera se habría acabando en Cosas que nunca te dije . Sin esa gente, mi cine no existiría. Quieres pensar que no estás tan sola en esas cosas que te obsesionan, que hay gente que te entiende, con la que conectas a pesar de que no la conozcas de nada.
Dijo una vez que la felicidad da fatal en cámara. Que tiene más recorrido la tristeza. ¿Cuántas veces le han preguntado si hará una comedia?
Muchas. Me encantaría hacerla. Me gusta hacer reír, pero cuando me siento a escribir asoma un poco la insoportable levedad del ser. Veo las películas de Berlanga, que me encanta, y pienso: «¿Cómo lo hace?». Hacer una buena comedia es tan difícil… Más que un drama.
En un momento como el actual, ¿qué le queda al cine: adaptarse, reinventarse?
Te hago una analogía. Yo sé que podemos pedir take-away , pero la experiencia de estar en un restaurante, con el camarero que te lo explica, el ambiente, el romanticismo, se pierde. Hay cosas que no se pueden reproducir en tu casa. Con el cine ocurre lo mismo: el cine es disfrutar de la experiencia de ver una película de la manera en que un creador la ha creado y con las menores distracciones posibles.
Meses atrás publicó una recopilación de sus artículos llamada «No te puede querer todo el mundo». ¿Cuándo y a qué precio se aprende eso?
No se aprende nunca, todavía estoy en ello. Todos queremos que nos quieran. Que nos den palmaditas, premios. No tener haters . Por eso, la gente se rodea de fans y de admiradores, pero las críticas cuestan.
Este año ha aparecido en un anuncio hablando de las malas decisiones. ¿Recuerdas muchas?
Tampoco recuerdo tantas porque, en realidad, las malas decisiones, pasadas por el filtro del tiempo, a menudo se convierten en buenas. Son buenas decisiones pero disfrazadas. Cuando rechacé Million dollar baby tenía unas cargas y por eso dije que no. Pero luego llegó Clint Eastwood e hizo otra cosa completamente distinta.
Su abuela era taquillera del cine Texas de Barcelona y cuenta que siendo niña en el cine se sentía protegida. ¿Y ahora?
Me sigue proporcionando esa sensación de protección, de recogimiento. Es un sitio donde no te puede pasar nada malo. Puedo dejar un libro a la mitad pero irme de una peli a la mitad nunca lo he hecho.