Las identidades fluidas de Zanele Muholi

Podemos ver sus generosos pechos en un autorretrato colgado en la pared, donde luce un arnés con un dildo a modo de pene. Su cuerpo y una figura andrógina de piel clara entrelazados sobre una cama de sábanas impolutas. Otra gente retratada en la playa, exhibiendo tipos no normativos, curvas, delgadez extrema, sonrisas saludables y seriedad solemne. Un trabajo de contrastes, series cambiantes, testimonios en vídeo y exaltación de la sexualidad no normativa y los concursos de belleza no estereotipada. Esta es la sensual y comprometida apuesta del IVAM con Zanele Muholi.

Se trata de su mayor exposición individual hasta la fecha. Reúne cerca de 260 fotos y es una coproducción del IVAM junto a la Tate Modern de Londres . De hecho, llega a Valencia de la mano del comisario senior de la Tate Yasufumi Nakamori , célebre experto en fotografía de arquitectura y famoso escritor. Además, está previsto que itinere a la Maison Européenne de la Photographie de París y la Gropius Bau de Berlín .

Nakamori y Muholi se han entendido a la perfección , de ahí el éxito del proyecto. La mente creativa que protagoniza la muestra lleva veinte años dedicando su trabajo a documentar la vida de las personas negras lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, intersexuales y asexuales, dentro y fuera de Sudáfrica. Comisario y artista tienen una mirada cómplice con la que pretenden promover la tolerancia y dar voz a estos colectivos.

A través de la fotografía se ha documentado 47 casos de víctimas de delitos de odio en la serie titulada ‘Only Half the Picture’, retratando con un halo de extrañeza las áreas residenciales construidas durante el apartheid. El conflicto entre lugares para personas negras y personas blancas está presente en toda la muestra. Nos hace recordar que desde el racismo solo se genera dolor, segregación e injusticia . Por eso debemos combatirlo a través de los medios de comunicación, la acción artística y el activismo, algo que queda patente a lo largo del recorrido expositivo.

También se exponen obras de la serie ‘Being’, con momentos de intimidad cotidianos de parejas, retratos de mujeres trans, lesbianas y hombres homosexuales en espacios públicos, como en una playa reservada antes solo para blancos o en el Tribunal Constitucional de Sudáfrica; y ‘Brave Beauties’, con participantes en concursos de belleza como ámbitos de resistencia al cambiar su sentido.

El caso de Muholi en colaboración con Nakamori es especialmente interesante en lo que a cuestionar la idea que tenemos de belleza , al menos la occidental más popularizada. Porque el comisario también ha sido artista y ha elaborado autorretratos con cosméticos en un uso radical, como su rostro cubiertocasi en su totalidad por pintalabios rosa . La sintonía entre dos profesionales del arte con una misma sensibilidad no siempre se produce ni se traslada a las paredes de los museos con tanta coherencia. La coproducción e itinerancia suponen adaptar el montaje a salas dispares. Aquí, estos, juntos, triunfan.