Harlan Coben: «Todos hemos estado alguna vez al borde del precipicio»

Con una ilusión por el proyecto que sorprende porque contrasta con su veteranía, forjada a lo largo de una trayectoria jalonada de premios y apariciones en las listas internacionales de más vendidos, Coben, en activo desde 1990, no se compara con nadie y basa el secreto de su éxito en el relato , que en sus más de treintas novelas y guiones -no olvidemos que también ha trabajado en ideas concebidas directamente para el mundo audiovidual, como el argumento de la serie ‘Safe’ (2018, Netflix)- se construye a partir de un ritmo trepidante , plagado de giros, y un nutrido elenco de personajes, que a menudo ocultan hasta las últimas páginas lo que son.

Esta es la fórmula que respetó al escribir las historias de su investigador Myron Bolitar, un exjugador de baloncesto convertido en agente deportivo e improvisado detective, y también en la trama de su mejor título, la espléndida ‘No se lo digas a nadie’ (2001, RBA); una forma de narrar que ha cautivado durante años a la pantalla, donde a menudo se han materializado sus textos.

Coben se resiste a buscar las similitudes y diferencias de su narrativa con la de los autores estadounidenses del policiaco más clásico y nos deja a nosotros, sus lectores, esa responsabilidad, la misión de trazar un perfil de estilo que sostenga y cohesione sus títulos, otorgándoles ese valor de Obra con mayúsculas que los hará sin duda merecedores de integrar el canon imprescindible de la novela negra norteamericana.

Quien decida asumir este reto, el de radiografiar la producción de Coben en busca de su esencia, se topara inmediatamente con una pauta que salpica la carrera del creador del atípico Myron Bolitar: un romance de película, prolongado y fructífero con la pantalla, del que ‘El inocente’ es la muestra más reciente, pero no la única.

En el caso de ‘El inocente’, la transición de la literatura al cine de la peripecia de Mat, un hombre que intenta rehacer su vida tras pasar cuatro años en la cárcel por un homicidio involuntario cometido en su juventud, cuenta con un equipo técnico y artístico de excepción, liderado por Oriol Paulo, uno de los realizadores recientes con más talento, experto en el suspense y en la acción, y responsable de largos como ‘Durante la tormenta’ (2018) o ‘Contratiempo’ (2017).

No es de extrañar, por tanto, que a pesar de no ser la primera vez que Coben colabora con Netflix, se muestre especialmente eufórico en esta ocasión.

Traducido a decenas de idiomas, premiado hasta la saciedad, con sus historias adaptadas al mejor cine francés -‘No se lo digas a nadie’- y también en una de las más populares plataformas de contenido audiovisual -‘No hables con extraños’ y ahora ‘El inocente’-. ¿En lo literario, cuál es el reto que le queda por cumplir?

El mismo de siempre: hacerlo cada vez mejor. Si eres un arquitecto, un escultor, un pintor... lo que sea, no te detienes después de obtener algún éxito; esperas mejorar y continúas. Quiero que mi próxima serie y mi próxima novela sean mejores, más apasionantes, más emocionales, más conmovedoras; y las siguientes mejores todavía; y así hasta el final.

¿Por qué cree que sus novelas le resultan al cine y a la televisión tan atractivas?

Aunque no estoy seguro, creo que es por el relato, por la forma de narrar. Mis historias siempre cuentan con unos personajes y una narrativa convincentes, y creo que mis textos y sus adaptaciones audiovisuales comparten eso. Aspiro a que mis libros sean de los que mantienen despierto al lector durante toda la noche porque ‘tiene’ que conocer el desenlace y espero que eso ocurra también con la serie basada en ‘El inocente’

Un personaje, Myron Bolitar; un título, ‘No se lo digas a nadie’; y un romance, el de sus textos con la pantalla, marcan su carrera. ¿Qué diferencia al Harlan Coben que presenta estas semanas la adaptación de ‘El inocente’ del que imaginó el mundo de Bolitar?

Mi yo más joven jamás hubiera imaginado lo bien que ha salido todo. Incluso ahora, con mi carrera y mis años de experiencia, me abruma pensar cómo es posible que una idea fugaz, que me asaltó hace años en la soledad de mi casa de New Jersey, haya cobrado vida en manos de un equipo de rodaje espectacular, con un elenco liderado por Mario Casas, Aura Garrido, José Coronado y Alexandra Jiménez, y vaya a estar disponible para los televidentes de 190 países. Todavía me sorprende algo así.

Dos parecen ser las líneas principales de su ficción: la importancia de la familia, de los lazos duraderos que nos vinculan a quienes más queremos, y el análisis de unos hechos que, en sus tramas, nunca son lo que parecen a priori. ¿Cómo manejó esta mezcla en ‘El inocente’?

En este caso la chispa de la acción prende por un error en apariencia insignificante que, sin embargo, termina por afectar no solo al protagonista sino a todo su entorno. Se trata de una historia sobre la redención y el amor, sobre el dolor y la angustia y, por supuesto que sí, sobre la familia y, por encima de todo, sobre las segundas oportunidades.

Otro rasgo característico de su obra es que el pasado nunca descansa y siempre vuelve. ¿No hay forma de escapar de él?

-Quizás haya una. Todavía ahora me pregunto si alguno de los personajes de ‘El inocente’ lo consigue, pero eso debe decidirlo el espectador, después de ver el último episodio de la serie.

Más allá de estas líneas de estilo comunes, sus libros presentan al lector un elenco increíblemente variado de personajes, que conforman un interesante fresco de la realidad social en la que se inscriben. ¿Dónde o en quién suele inspirarse?

Encuentro la inspiración en infinidad de cosas que experimento, en lo que veo, en lo que toco, en lo que leo y lo que miro... La idea para ‘El inocente’ surgió de un inofensivo «qué hubiera pasado si...». Se produjo una pelea en una fiesta universitaria durante mi época de estudiante. Nadie murió esa noche, pero tras el suceso no pude dejar de preguntarme qué hubiera pasado si algo hubiera ido en el enfrentamiento un poco peor de lo que fue. Todos hemos pisado sin consecuencias el borde del precipicio en algún momento de nuestras vidas, pero qué sucede cuando un insignificante tropiezo nos hace caer. Adoro este tema y así es como empieza ‘El inocente’, con el protagonista cometiendo una cadena de errores pequeños con los que sin duda cualquiera será capaz de identificarse.

¿Cree que el lector que se acerque a sus novelas va a encontrar en ellas el rastro de la tradicional novela negra estadounidense? ¿Qué hay de Chandler y Hammett en su ficción?

No me atrevo a pronosticar qué va a encontrar la gente en mis textos salvo una historia apasionante y prefiero que sean los lectores quienes decidan si tengo o no algo en común con otros autores. Lo que sí sé es que ‘El inocente’ es convincente y vanguardista, capaz de absorber la atención de quien se acerque hasta ella hasta el punto de robarle el sueño, tanto la serie como la novela.

En un momento tan imprevisible como este, ¿en qué ha encontrado últimamente inspiración?

En la resiliencia de la gente. La fuerza de los demás, su resistencia ante la adversidad, me anima a hacerlo mejor.