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LIBROS

Georgi Markov, muerte en el Támesis

Novelista de éxito en su Bulgaria natal, se exilió y criticó la dictadura con novelas como «Retrato de mi doble»

Georgi Markov
Mercedes Monmany

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Durante años tanto los tristemente célebres espías búlgaros de la Darzhavna Sigurnost así como los «paraguas asesinos» conformaron una auténtica leyenda que pobló numerosas novelas y películas ambientadas en la Guerra Fría . Personaje él mismo de novela, así como disidente mítico asesinado en 1978 por los servicios secretos de su país a órdenes del entonces dictador búlgaro Zhivkov , el novelista, periodista y dramaturgo Georgi Markov (Sofía 1929) escribiría una feroz, sarcástica y filosófica radiografía, Retrato de mi doble , sobre los intelectuales corruptos bajo el despotismo. Una colaboración fervorosa y fanática de numerosos compatriotas suyos «vendidos» a las mentiras y patrañas diarias utilizadas para mantenerse en el poder por parte de aquellos regímenes totalitarios del centro y el este de Europa implantados, bajo la órbita soviética, tras la Segunda Guerra Mundial .

Autor de varias novelas y libros de relatos que lo convirtieron en una de las más pujantes figuras de la joven literatura búlgara de la década de los 60 , implacable opositor al régimen, Markov decidió exiliarse en 1969, instalándose en Londres. Desde allí emitía encarnizadas y virulentas campañas de radio contra la dictadura de su país, ya fuera desde la BBC o en la Deutsche Welle . El 7 de septiembre de 1978 (justo el día del cumpleaños del dictador Zhivkov) Markov sería abordado en el Puente de Waterloo, en el Támesis, por un hombre que lo pinchó con un paraguas envenenado con ricina, un poderosos veneno, experimentado por la KGB. Años más tarde, unos desertores de esa misma agencia soviética confirmaron que, ante la petición de su «socio» del bloque comunista de acabar con la vida del incómodo Markov, Moscú había ofrecido finalmente su colaboración.

Humor negro

El protagonista de la espléndida fábula de Markov, que contiene unas considerables dosis de humor negro, representa en sí a toda una siniestra cadena humana tan detestable como «indispensable, de perfidia innata» que sostenía el régimen. Un voluntario y despiadado ejército de intelectuales que se alistaban a diario «con facilidad pasmosa» para la construcción de aquellas gigantescas patrañas . Un joven cínico y sin principios, que podría muy bien formar parte de la serie de «modelos» de intelectuales polacos de conducta similar en La mente cautiva del Premio Nobel de Literatura, el gran poeta Czeslaw Milosz .

El cínico y arrogante narrador de esta historia vive en una esquizofrenia enloquecedora que se da la mano, sin cesar, subterráneamente: de día es periodista, un periodista corrupto que ha descubierto el arte de la estafa y la mentira como forma de vida y método infalible para progresar, olvidándose de la «verdad» de los hechos. De noche, junto a otros personajes canallescos e igualmente siniestros, se transforma en un jugador tramposo de póker. La conciencia, o más bien lo que él llama aún «los despojos de mi conciencia» , es algo que hace tiempo se perdió. «Con facilidad pasmosa» pasó de un estado a otro: de ser «un llorica romántico intentando conquistar el mundo a base de melodramas y de un idealismo absurdo», a ponerse en las filas de los que transforman ese mismo mundo y la realidad a su antojo, tras un tenaz «proceso de falsificación».

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