Geometría y utopía en la galería José de la Mano

Pero la figura de Gropius es especial: es arquitecto –como su alma gemela, Le Corbusier– y está convencido de que la tarea fundamental del artista es la enseñanza, y su lugar, la escuela. Por eso funda la Bauhaus (1919-1933) y la llena de grandes artistas: Kandinsky, Klee, Itten, Moholy-Nagy, Albers ...

Estas características de su figura conducen a cierto desbordamiento del proyecto original: no podemos decir que el Funcionalismo sea un movimiento esencialmente arquitectónico, pero sí que, como ideario, ha sido más importante para los arquitectos que para los artistas, y que dio origen a una nueva clase de artesano conocedor de las posibilidades de la industria: el diseñador.

Así, aunque las incursiones del artista en el campo del diseño han sido y son frecuentes, durante las tres décadas de las que se ocupa esta deliciosa exposición, ‘Formas industriales’ , esta actividad aún responde plenamente a un compromiso ético: los artistas aquí representados –como dice su comisario, Pedro Reula– promovían «la consideración del arte como un ejercicio ético con pretensiones de mejorar la sociedad»: «Buscaban mejorar el espacio con la fusión de arte y diseño, y, en esa búsqueda, muchos creyeron encontrar la solución en la industrialización y la disolución de las categorías artísticas en un arte integrado en la arquitectura como eje articulador»; o, en palabras de Equipo 57 , concebían la plástica «como un medio de investigación que tiene por finalidad llegar a soluciones prácticas aplicables a los objetos de uso diario, a la urbanización».

La cita, realizada por José de la Mano y Studiolire –dirigida por Reula y dedicada al diseño español del siglo XX– se ha organizado en torno a media docena de estancias. Espacios o ambientes acogedores en los que los objetos de diseño –mesas, sillas, lámparas cerámicas– dialogan con pinturas abstracto-geométricas y maquetas.

El documentado y conciso ensayo de Reula viene a demostrar que todas las piezas seleccionadas –y hasta el título de la muestra, homenaje a la exposición organizada por Moreno Galván en la galería Darro en 1959– son obras clave del diseño realizado por artistas en esos años.

Así, la pieza que nos introduce en la muestra necesariamente ha de ser una ‘Caja abierta’ de Oteiza , uno de los ejemplos de ordenación racional del espacio más sobresalientes de toda la escultura del siglo XX: Oteiza, que asumió tempranamente las ideas de la Bauhaus, realizó muebles para Huarte , trabajó con los grandes arquitectos de la época (Rafael de la Hoz, García de Paredes, Sáenz de Oiza ...) e influyó en un amplio conjunto de artistas. Entre ellos, los miembros del grupo de artistas-diseñadores más importante de nuestra Historia, Equipo 57, representado con una ‘Silla Erlo, Danona’, de 1961, una pintura de Ibarrola y dos esculturas de Ángel Duarte.

Próximo al grupo, a Oteiza y a Huarte, estaba Néstor Basterretxea , de quien podemos contemplar una ‘Mesa de centro’ y una ‘Mesa auxiliar’ de 1958. También esencial fue el Grupo Parpalló, representado aquí con una ‘Silla MM6’ de Andreu Alfaro y el proyecto de ‘Celosía’ de José Mª de Labra para el Pabellón de España en la Feria Mundial de Nueva York de 1964.

Por último, hay piezas emblemáticas de los arquitectos diseñadores más conocidos: la butaca ‘Granada’, de Javier Carvajal , quien diseñó y amuebló las tiendas de Loewe –donde también colaboró el escultor José Luis Sánchez , presente con dos maquetas y un relieve–, y Fisac, de quien se han recuperado los modelos de soporte para fluorescentes que instaló en el Centro de Cálculo , cuyos seminarios fueron un hito en el desarrollo del arte Concreto en España.