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LIBROS

«El futuro es hoy»: José María Aznar, una traición explicada

Aznar ve su europeísmo amenazado por un populismo que se convierte en totalitarismo en Cataluña y El País Vasco

Aznar durante la presentación de su libro Ángel de Antonio
Ramón Pérez-Maura

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No es habitual encontrar un ensayo sobre la actualidad política en el que en apenas 200 páginas el autor pueda pasar de la Paz de Westfalia a la situación de Cataluña de forma coherente y planteando una tesis sólidamente argumentada. José María Aznar lo hace con soltura. A lo largo de la introducción hace una reivindicación del valor de las ideas y afirma que «tenemos todas las herramientas necesarias para derrotar a los enemigos de las democracias liberales y para enfrentarnos a nuevos retos ». Aznar sostiene que el congreso de Viena de 1815 logró una paz que duró un siglo. Pero la paz de Versailles de 1919 fue incapaz de mantener una estabilidad duradera. Y tras la pobre estabilidad surgida de la II Guerra Mundial hubo una Guerra Fría que Rusia nunca reconoció que había perdido. Por ello, tras la caída del Muro de Berlín nunca hubo una conferencia de paz. El derrotado actuaba como si no hubiera fracasado en nada. Y así nos va hoy.

Dos presidentes norteamericanos, Bill Clinton y George W. Bush , promovieron la democracia en el mundo entero, un concepto que Rusia sentía como una agresión. Y «la anexión de Crimea en 2014 por Rusia significó el punto final del orden internacional creado tras la Guerra Fría y, junto con el auge y proyección del poder militar de China en la cuenca del Pacífico, así como el desafío de los programas nucleares de Irán y Corea del Norte , reflejan el regreso de la geopolítica, la restauración de la política de rivalidades y competitividad entre las grandes potencias». Eso ocurría con lo que Aznar define como «un hombre poshistórico, que es tanto él como sus circunstancias, definidas por la reducción de la política, el pensamiento y el debate de ideas a puro entretenimiento en las redes sociales, donde millones de usuarios anónimos odian, insultan y mienten sin ninguna responsabilidad individual, social o política».

Alegato europeísta

Aznar hace un sólido análisis del momento europeo en el que demuestra que es europeísta, pero no alineado con las políticas del momento presente. Argumenta de forma convincente que hay que aprender de la Historia, como reclamaba Hugh Thomas : la Unión Europea es posterior al nacimiento de la OTAN, lo que muchos no han aceptado. Y el populismo de la hora presente nació cuando Chirac y Schröder dieron la espalda a Estados Unidos y se aliaron en 2003 con Putin, ese demócrata ejemplar. Pronto se uniría a esa tendencia José Luis Rodríguez Zapatero. Estas páginas describen con claridad esa traición.

Con argumentos irrebatibles, explica cómo el actual problema catalán lo creó el PSOE

Aznar hace un alegato europeísta al reivindicar que «si los Gobiernos se sirven de la UE para evitar explicarse ante sus ciudadanos o para echarle la culpa de las decisiones impopulares, es evidente que la imagen de la UE empeorará». Pero «si los gobiernos actúan con lealtad europea ante sus ciudadanos, el resultado será muy distinto». Éste no es el mensaje de un euroescéptico. Y Aznar ve ese europeísmo amenazado por un populismo que se convierte en totalitarismo en la hora presente en Cataluña y el País Vasco. Y que se ha convertido en frentepopulismo desde el pasado 1 de junio .

El autor explica con argumentos irrebatibles cómo el actual problema catalán fue creado por el PSOE que quiso «afianzar a costa de la estabilidad del Estado, una mayoría que permitiera mantener en el Gobierno de la nación y en el de la Generalitat de Cataluña a un partido sin mayoría suficiente y excluyendo para ello al principal partido de la oposición ».

Aznar concluye su libro explicando que el PSOE no quiere una reforma constitucional, sino un proceso constituyente, que es algo muy distinto, y que «el problema nacionalista no es un problema de nacionalistas que ellos provocan y que sólo ellos pueden resolver. No podemos incurrir de nuevo en delegar en ellos la suerte de la nación española, esperando que su benevolencia nos preste algunos años más de unidad. Se trata de un problema nuestro, de un desafío a nuestro sistema democrático» . Tal cual.

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