Fina Miralles, la poesía que nace de las vísceras

Con Soy todas las que he sido , el MACBA cumple así su objetivo de releer a autores de proximidad que no han contado con el debido sitio en los libros de Historia hasta la fecha, o que, si lo han hecho, ha sido de forma anecdótica y desde un aspecto reduccionista.

La manera de vivir y hacer arte de la catalana se vincula a diferentes soportes, los cuales tensan las cuerdas de lo que en su momento era denominado «objeto artístico» y bajo qué etiqueta lo situamos , tanto en el relato histórico anterior como en el actual. Una oportunidad para reivindicar el trabajo de Miralles más allá de la poética de sus fotos, acciones, instalaciones y pinturas. Y una relación siempre irónica y no exenta de dramatismo que demuestra su capacidad de remover conciencias y hacer política desde lo poético. Su trabajo se aleja de la visceralidad, aunque trate de las propias vísceras.

Cuestionando lo que es artístico, la producción de Miralles se despliega en sala para demostrar su difícil encaje dentro de un determinado cajón conceptual en el que han querido situarla. Pero, ¿cómo se clasifica a una autora que se sitúa en los márgenes de los márgenes? Sencillamente, no haciéndolo. Su trayectoria, sus circunstancias y reacciones son la única unidad de medida que se le puede aplicar. Como ella misma explica a la entrada, «ser artista no es una vocación, una devoción, ni una profesión; no lo sabes, pero todo te empuja a ello y te lleva a ser quién eres».

El recorrido huye acertadamente de la ordenación cronológica para mostrar a una Miralles fiel a la cadencia de fondo de esa Naturaleza en la que se crió , y dotando de pleno protagonismo al cuerpo, su cuerpo, real y simbólico. Ante nosotros se despliegan todas las Miralles que han existido , ya que el recorrido va generando bloques de obras que demuestran la vigencia de sus reflexiones hoy, en una constante denuncia de la violencia más allá del individuo.

Una violencia protagonista de muchas de sus obras , como en el caso de Matances o Enmascarats , pero igualmente palpable en la recreación de la instalación Naturaleses naturals, naturales artificials . La ausencia de la figura humana, de su figura, activa la presencia del visitante, creando cierta tensión que alimenta toda su obra.

Sus Translacions. Dona-arbre así como Relacions. Relació del cos amb els elements , de 1973 y 1975 respectivamente, se despliegan más allá de sus icónicas imágenes para ponerse en el contexto de una producción tan variada y rica como su reflexión teórica y política. E imagen, acción e instalación ponen el foco en la omnipresente mano ejecutora de la autora .

Su trayectoria no se entendería sin comprender el circuito emergente del arte de Cataluña y, sobre todo, el papel que en él jugaban espacios como La Sala Vinçon , que llenaban un gran hueco. Allí se desplegaron exposiciones como Imatges del Zoo , en 1974, que ha dejado para la posteridad la inquietante imagen de la autora enjaulada de la misma forma que los animales que se ven a su lado, criticando así las relaciones de poder en las que cómodamente nos situamos.

Espacios en los márgenes para los que se producía desde los márgenes. Y, sobre este panorama, la muestra del MACBA enfatiza la posibilidad de crear nuevas lecturas del corpus de Miralles , para lo que expone sus trabajos relacionados entre sí, con una última parte dedicada a su obra pictórica, no menos experiencia gestual que sus vídeos y acciones de inicios de los setenta. Un producción sobre lienzo, papel y cuadernos que denota esa misma cadencia hacia lo natural, pero desde una perspectiva material muy diferente. Aunado todo ello por una elegante poesía reflexiva –y activista– que inunda aquello que ha hecho.

La experiencia en sala se completa en los textos críticos del catálogo, que cumplen el objetivo de mostrar a una Fina Miralles más allá de los principios taxonomicistas que reducen su legado a un par de etiquetas de las que se sale por todos lados.

Más allá de lo conceptual, más allá del Land Art, más allá del feminismo , una vida como la de esta autora bien merecía esta nueva lectura de sí misma. Una exposición que también se puede tomar como una reivindicación de lo cercano : ahora que muchos museos van a tener que prescindir de los grandes movimientos de obras y colecciones por medio mundo, cuando, al tiempo, la movilidad de profesionales y públicos se ve reducida, es el momento idóneo para mirar lo que nos rodea.