Las ferias alternativas vuelan fuera del nido

El gran cambio de 2021, por supuesto, es el de fechas, pasando de febrero a la primavera y separándose de ARCO, que se celebrará en julio. «Llevamos cinco, seis meses de conversaciones. Barajamos seguir en febrero, pero nos pareció demasiado precipitado, aún estaba la cosa bastante mal. Y julio se nos hacía demasiado tarde. Finales de mayo nos pareció una fecha buena, la pandemia va a estar un poco más controlada, el tiempo es mejor, se puede tener las ventanas abiertas y pensamos que la gente estará ya con ganas de vivir la primavera, de volver al arte y a la cultura », nos explica Ana Sanfrutos , una de las responsables de Hybrid. De las cinco grandes ferias alternativas, solo JustMad decidió desmarcarse para seguir pegada a ARCO.

El otro gran cambio es que las medidas de prevención sanitaria han motivado que se reduzcan ligeramente los aforos y el número de galerías (Drawing Room, por ejemplo, pasa de las dieciséis de la pasada edición a trece en esta). También habrá menos firmas extranjeras y menos coleccionistas internacionales .

Para paliar estas ausencias, las ferias han reaccionado con diferentes iniciativas. Drawing Room ha creado una segunda feria virtual, que comenzó ya el pasado sábado 15 en su tienda ‘online’ . Allí han construido un museo virtual por el que los visitantes pueden ‘pasear’ a su gusto y en donde se han refugiado muchas de las galerías internacionales invitadas, con apuestas de nivel como Jon Burgerman ( Granada Gallery , Buenos Aires), Peter Freitag ( Lage Egal , Berlín) o Ashkan Sanei ( O Gallery , Teherán). «También está la galería Gabinete de Dibujos , de Valencia, que no se ha animado a venir a Madrid y que presenta a un artista español, Ernesto Casero », cuenta Mónica Álvarez Careaga , la directora del salón. Y en la parte presencial, les alegra especialmente seguir contando con las cuatro galerías madrileñas que han sido el «alma» de Drawing Room desde sus inicios: Lucía Mendoza , My Name is Lolita Art , Silvestre y Ogami Press .

Hybrid –que estrena nueva sede– ha optado por colaboraciones con entidades como el Foro Cultural de Austria en Madrid o la Oficina Económica y Cultural de Taipei . Pero se consideran menos afectados que otros por la ausencia de grandes coleccionistas extranjeros: «Desde siempre nuestra feria ha tirado mucho del joven madrileño interesado en el arte» -explica Ana Sanfrutos- «Somos una feria de un coleccionista muy de a pie. La horquilla de precios empieza bastante abajo, así que casi todo el mundo puede venir y comprarse una obrita». La oferta incluirá a autores como David Benarroch , Fernando Bayona o la selección enteramente femenina que traerá la barcelonesa Miscelánea , donde estarán Koko Che Jota o Mai Blanco , entre otras.

Art Madrid también busca crear nuevos coleccionistas y pa ra ello ha programado dos actividades paralelas dentro del programa One Shot Collectors : un servicio de iniciación al coleccionismo –tanto para gente que quiere adquirir su primera obra como para hacer consultoría con coleccionistas profesionales– impartido por Pía Rubio , y un programa de comisariado a cargo de Natalia Alonso , que ha hecho una selección de 12 obras de galerías participantes y que va a ofrecer visitas guiadas tanto para profesionales como para espontáneos. Además, se le va a dar especial importancia a las propuestas instalativas, como la escultura de Kiko Miyares en el estand de 3 Punts , la pieza ‘Amapolas’ de Jaime Sicilia para Rodrigo Juarranz o la intervención sonora de Acacia Ojea en la galería de Luisa Pita .

Urvanity, que en ediciones anteriores tenía hasta un 70 por ciento de galerías internacionales, prefiere centrarse en lo positivo, y su director, Sergio Sancho , destaca la presencia de firmas que otros años no estaban en el COAM por centrarse en ARCO, algo que también valoran los responsables del resto de ferias. Además, también van a impulsar el coleccionismo y la creación con cuatro premios de adquisición y dos de residencia .

Pese a que el fantasma de una nueva recesión sigue flotando en el ambiente, los responsables de estas ferias son optimistas . «En general, la recepción, tanto del público general, de las galerías y de los medios es muy buena. Y eso fortalece el tejido del mercado, porque lo que se percibe es que hay ganas de volver a vivir el arte en persona», nos dice la responsable de comunicación de Art Madrid, Elena Peña . Los buenos resultados de Estampa , que se celebró en abril, también da ánimos.

Y, de cara al futuro, ¿separarse de ARCO será algo temporal, o podría tener continuidad? El consenso parece ser que hay que esperar a ver cómo funcionan las cosas este año, pero se le está dando vueltas a la idea. Este 2021 puede ser la ocasión ideal para comprobar de una vez si las ferias necesitan la atención internacional y los visitantes que atrae ARCO, o si volar solas les permite hacerse mas fuertes por su cuenta.