FERIA DEL LIBRO

Feria del Libro, el regreso más esperado. Los títulos imprescindibles de narrativa (y II)

De Sara Torres a Agustín Fernández Mallo, pasando por Laura Fernández, Élmer Mendoza y Nathanael West, en la Feria del Libro encontrará su novela preferida. Los críticos del suplemento le dan claves

Sara Torres

Varios autores

SARA TORRES: ‘LO QUE HAY’. Reservois Books, 2022. 224 páginas. 17,90 euros

«Mientras mamá moría yo estaba haciendo el amor. La imagen me asombra y me perturba». Así comienza ‘Lo que hay’ (Reservoir Books), el libro con el que la poeta ... Sara Torres (Gijón, 1991) ha debutado en la narrativa y que me ha hecho estremecer, casi, en cada página. Los restos de mi pasión, rastros de un mágico idilio literario, han quedado en los subrayados -a lápiz, no soy tan sacrílega- de párrafos enteros. Torres, dotada de una sensibilidad exquisita, nada empalagosa, ha escrito una historia entregada a dibujar la anatomía fracturada de los afectos entre mujeres. Madres. Hijas. Amantes. Amigas.

Eros se impone a Tánatos en un relato en el que se filtra, con una contención medida, la poesía que vio nacer a Torres como autora. Porque la vida pasa, y en ese transcurrir el amor, no necesariamente romántico, pero sí pasional, y la muerte pueden coincidir en el tiempo. La protagonista, que comparte con la autora nombre y vida, se enfrenta al duelo por la muerte de su madre , fallecida de cáncer después de diez años de dura convivencia, que no lucha -desterremos de una vez por todas el lenguaje bélico para describir cualquier dolencia, la que sea-, con la enfermedad, a la vez que le atrapa Ella, una amante que hace que se cuestione su concepción del amor. Mientras, D., su pareja, se muda a Barcelona desde Londres, donde vivían juntas, para seguir empezando de nuevo, una vez más.

«Tienes derecho a no pasar página. Es una moda relativamente reciente animar a las personas a ‘superar’ su pasado y cambiar de vida», le dice a Sara la psicóloga en la que busca consuelo, desde el confinamiento de un minúsculo piso en el barrio de la Barceloneta. Así es. Esa es la teoría, puesta en práctica escribiendo, sin parar de escribir. Porque escribimos para poder vivir . Para «iniciar desesperadamente una conversación, existir para alguien al otro lado, soltar las ganas, existir». Y no hay nada más íntimo que compartir nuestra existencia. Por Inés Martín Rodrigo

Laura Fernández

LAURA FERNÁNDEZ: ‘LA SEÑORA POTTER NO ES EXACTAMENTE SANTA CLAUS’ . Literatura Random House, 2022. 608 páginas. 23,90 euros

En este libro absolutamente genial, Laura Fernández no solo crea un mundo regido por sus propias y enloquecidas leyes, sino también un lenguaje nuevo y un nuevo estilo del humor. En el panorama de la actual literatura española es una bomba de originalidad y de talento. Frente al lenguaje austero y seco tan característico de los últimos años, el de Laura Fernández es desbordante, frenético, una especie de imitación burlesca del inglés traducido que recibimos en las series televisivas y en las novelas, con sus frases antepuestas, sus ‘ahs’, sus ‘ohs’ y sus palabras destacadas en cursiva.

Parece inevitable que alguien inventara una novela así, una reacción burlesca y salvaje a la ubicua influencia cultural americana.Como en las novelas de Thomas Pynchon, seguramente uno de sus principales referentes, está llena, abarrotada, de personajes con nombres extrañísimos. Tiene lugar en una ciudad llamada Kimberley Clark Weymouth, siempre cubierta de nieve, que fue el lugar en el que se inspiró una tal Louise Feldman para escribir su clásico libro de niños ‘La señora Potter no es exactamente Santa Claus’.

El protagonista es Billy Bane Peltzer, que regenta una tienda de ‘merchandising’ de la novela y sueña con largarse de aquel rincón helado , para lo cual recurre a la ayuda de Stumpy MacPhail, agente inmobiliario. La verdad es que la mayoría de los personajes de Kimberley Clark Weymouth son agentes inmobiliarios, aunque también abundan los periodistas de cotilleo y los novelistas de misterio o de terror, cada uno con sus extrañas manías, sus deseos delirantes, sus amores y sus odios. Hacía muchos años que no me reía tanto con un libro como con esta genial mezcla de Dickens y de Pynchon que sitúa a Laura Fernández en la primera línea de las letras españolas. ¡Qué dominio de las palabras! ¡Qué imaginación! Por Andrés Ibáñez

Agustín Fernández Mallo

AGUSTÍN FERNÁNDEZ MALLO, ‘EL LIBRO DE TODOS LOS AMORES’ . Seix Barral, 2022. 248 páginas. 19 euros

En el principio era el verbo, y en el amor también: tal vez todo lo que exista no sea más que la conversación de dos enamorados (Adán y Eva en el paraíso, Adán y Eva desterrados, Adán y Eva en el apocalipsis), un largo poema escrito a dos voces en el que se refleja la humanidad entera. Es una idea bella que resuena, como música de fondo, en ‘El libro de todos los amores’, de Agustín Fernández Mallo , una obra rara y singular que orilla el ensayo, la novela, el evangelio y la oda para presentarse como una narración que rima con este mundo que parece que se acaba, pero que no termina nunca, como el fénix.

El argumento es sencillo, porque la complejidad se queda en lo formal, en el lenguaje, en la imaginación: una pareja recorre Venecia mientras se acerca el gran colapso, y esa misma pareja desvaría y alumbra un horizonte en el que se ve algo nuevo, pero aún distante. Es una historia, sí, leve como un sueño, y no es casualidad, pues es esa gravedad de lo onírico la que permite el discurrir del pensamiento del autor, a veces paradójico, a veces terriblemente consecuente, pero siempre luminoso. Así encuentra el reflejo del amor en cualquier fenómeno, y así nos brinda una mirada original sobre el tema más manido de la literatura.

Es un libro, en fin, lleno de destellos, de puertas abiertas, de hallazgos que justifican una existencia: «He pensado que todas las cosas tienen surcos. El asfalto que pisamos y la ropa que vestimos, las rocas de los bosques y las tejas de las casas, las decoraciones en el cuero de los zapatos y los hocicos de los perros, todo posee sus propios surcos y microsurcos, por eso creo que en todas las cosas ha de haber un sonido y cada objeto ha de contener su música particular. Es cierto que no sabemos qué aguja podría extraer toda esa banda sonora del mundo, ni cómo sonaría, pero en justa lógica deben de existir todas esas melodías». Agustín Fernández Mallo está construyendo esa aguja, y mientras tanto va dejando tras de sí libros como estos. Por Bruno Pardo Porto

Élmer Mendoza

ÉLMER MENDOZA: ‘ELLA ENTRÓ POR LA VENTANA DEL BAÑO’ . Alfaguara, 2022. 272 páginas.18,90 euros

El escritor mexicano Élmer Mendoza vuelve con la sexta entrega de su saga protagonizada por el inspector Zurdo Mendieta , un personaje que apareció hace ya quince años en su aclamada novela ‘Balas de plata’ y vuelve una vez más en ‘Ella entró por la ventana del baño’, un libro en cuyas noches «los hombres duros sí bailan» y una mujer se introduce en las casas como aquella chica en la canción de Los Beatles que da título al libro. ‘Ella entró por la ventana del baño’ comienza con una masacre. Sebastián Salcido, alias el Siciliano, líder de un grupo de exmilitares dedicados al narcotráfico, ha salido de la cárcel tras veinte años de condena.

Lo primero que hará, una vez en la calle, será vengarse del excomandante de la policía de Sinaloa que consiguió arrestarlo y que muere tras ser acribillado. El Zurdo Mendieta deberá seguir y atrapa al Siciliano y, en paralelo, conseguir al antiguo amor de un empresario moribundo, Ricardo Favela, cuyo último deseo es volver a ver a la mujer con la que vivió un intenso amorío y de la que ni siquiera sabe su nombre, sólo sabe que es pelirroja y que guarda un parecido extraordinario con Mila Jovovich en ‘El quinto elemento’. En esta novela, Élmer Mendoza retoma los bajos fondos: criminales y detectives de todo pelaje y rango; corrupción; violencia y narcotráfico, así como un torrente de cultura popular y una explosión de oralidad y lenguaje que convierte sus libros en criaturas vivas. Los episodios de amor y deseo entre Ricardo Favela y esta misteriosa mujer marca un ritmo de poesía, erotismo y exuberancia del lenguaje.

Sin renunciar a lo coloquial, Mendoza exprime poesía, abre las ventanas y deja correr ríos de cerveza negra y tequila reposado que arrastran al lector. El lenguaje, explotado en su mayor exuberanci a, muestra no sólo el influjo que una mujer ejerce sobre este hombre enamorado, sino también el poder avasallante, e incontenible, de una violencia que se derrama sobre la realidad con la intensidad con la que las palabras se atropellan en la voz de sus protagonistas. décadas prodigiosas era capaz de fabricar. Por Karina Sainz Borgo

Nathanael West

NATHANAEL WEST: ‘EL DÍA DE LA LANGOSTA’ . Hermida, 2022. 192 páginas. 18 euros

Nathanael West (1903, Nueva York; 1940, California) es uno de esos escritores a los que hoy, más de medio siglo después de su muerte, se les valora por lo que fueron y por lo que pudieron ser. Porque una muerte prematura en un accidente de tráfico dejó a medias la obra de West, a quien ubican en la generación perdida junto a Ernest Hemingway o F. Scott Fitzgerald. Más allá de sus guiones y alguna incursión en el teatro, cuatro novelas son la contribución de este autor a la literatura estadounidense, de las que a España, en ediciones sin demasiado tirón, solo han llegado un par de ellas. La editorial Hermida Editores viene ahora a proponer una relectura de ‘El día de la langosta’, el libro que más y mejor le ha resistido .

Porque ya entonces, en 1939, dejó escritas las miserias de la industria de Hollywood que conoció en calidad de guionista. Por esta novela pasean un aspirante a pintor que busca en Los Ángeles la inspiración para su obra maestra, una aprendiz de actriz incapaz de conseguir buenos papeles, vaqueros que malviven en chabolas y sin trabajo... «Tod empezó a pensar en la serie de bocetos que estaba haciendo para su lienzo de Los Ángeles incendiado -escribe West-. Quería que la ciudad tuviera un cierto aire de gala mientras ardía, que pareciera casi alegre.

Y la gente que le había prendido fuego sería una multitud entusiasta». Ahí está esa sátira de la vanidad de Hollywood, la que esconde sueños frustrados y desengaños en la careta de un supuesto éxito; los temas que inspiraron la adaptación cinematográfica de 1975. Tantos años después, tras sufrir las preceptivas fases de olvido y recuperación, la publicación de ‘El día de la langosta’ nos ofrece una nueva relectura de los valores de un tiempo que fue y sigue siendo: la miseria vestida de gloria nunca estuvo tan presente como ahora. Por Jaime G. Mora

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