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LIBROS

Feminismo y terror gótico en Julia Armfield

La escritora londinense despacha en ‘El gran despertar’ nueve cuentos sobre mujeres que aceptan la metamorfosis y lo monstruoso con naturalidad

Ilustración de Pedro Mancino para ‘El gran despertar’
Miguel Ángel Barroso

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La narrativa gótica hunde sus raíces en el siglo XVIII como reacción a la luz de la Ilustración, pero es en el XIX cuando triunfa a lomos del Romanticismo, sobre todo en la literatura anglosajona . En un contexto literario básicamente masculino, hay casos paradigmáticos de escritoras que triunfaron en el género, con ejemplos cumbre como ‘Frankenstein’ , de Mary Shelley . No podemos olvidarnos de Elizabeth Gaskell , amiga de Charles Dickens , cuyos ‘Cuentos góticos’ han sido editados por Alba, o Eliza Lynn Linton , que estudió la brujería en el Reino Unido. Sus relatos están incluidos en ‘Cuentos de brujas de escritoras victorianas’ (1839-1920), también en Alba.

Julia Armfield

No es casual, por tanto, que un terror gótico con tintes de posmodernidad tuviera hoy voces femeninas en cuanto a la autoría y el protagonismo de las historias. Julia Armfield (Londres, 1990) es la autora del libro de cuentos ‘El gran despertar’ (Sigilo, 2021), un debut realmente sorprendente. A sus influencias literarias (desde ‘Beowulf’ hasta los relatos de Lovecraft ) hay que unir esas novelas de fantasmas, brujas y monstruos en castillos cuyo impacto se ha multiplicado por el lenguaje audiovisual. China Miéville , uno de los grandes del fantasy actual, ha dado su bendición a Armfield y ha descrito este gótico nuevo como «melancólico, potente y elegante» .

‘El gran despertar’. Julia Armfield. Traducción de Marcelo Cohen. Editorial Sigilo, 2021. 18,52 euros

Los nueve cuentos, muy bien escritos, cuya lectura anima a consumir uno más hasta ventilar el libro de una sentada, centran su atención en niñas, adolescentes y jóvenes bastante frikis que aceptan la transformación y lo monstruoso con la misma naturalidad con que experimentan el amor, la soledad, la maternidad y el deseo (aunque alguna llega a la conclusión de que «no hay forma de querer a un hombre. No una buena forma, o mejor dicho no correcta»). Entre terribles y entrañables, cáusticas y tiernas, las hay que recuerdan al personaje creado por Emil Ferris en la fabulosa novela gráfica ‘Lo que más me gusta son los monstruos’. La metamorfosis como liberación ya está presente en el primer relato, ‘Mantis’. «Esta dualidad de horror y emancipación constituye el núcleo de la transformación», explica Armfield. Hay un aspecto queer en su imaginario: el acto de mudar la piel socialmente aceptada «a favor de algo más inquietante, más amenazante, un acto que en realidad es de liberación». Como Dafne convirtiéndose en laurel para liberarse del acoso de Apolo.

El cuento que da título al libro, ‘El gran despertar’, tiene ecos de Bradbury , no solo en la forma de narrar, sino en el planteamiento inicial. Como el maestro de la ciencia ficción, nuestra autora se plantea preguntas. En este caso: ¿qué pasaría si el Sueño sale de las personas y se convierte en un ente autónomo con el cual interactuamos? De repente nos toca convivir con algo anormal y monstruoso, que nos alarma mucho al principio, pero que con el tiempo incorporamos a nuestra cotidianidad. Quizás algo parecido a lo que nos ha ocurrido con cierta pandemia.

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