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ABC Cultural

LIBROS

Esclavos en España, numerosos e invisibles

El historiador José Miguel López García recorre la vida y milagros de los esclavos, sus peripecias vitales, nunca antes contadas

«La cena de Emaús. La mulata», lienzo atribuido a Velázquez, reflejo de lo arraigado de la esclavitud en España.

Manuel Lucena Giraldo

En 1613 otorgó testamento en la lejana Manila el español Ginés de Pineda. Había logrado una considerable fortuna, si nos atenemos a las cláusulas que recogieron sus últimas voluntades. Dejó a su hijo mayor, de nombre Juan, tres mil pesos de oro, ajuar de casa ... y tres esclavos, con la condición de que no los pudiera vender, porque deseaba que le sirvieran siempre. Otra hija y su madre Catalina quedaron acogidas y libres en el Real colegio de Santa Potenciana, fundado por Felipe II para educación de niñas. Lo llamativo del caso, menos extraño de lo que podría parecer, radica en que Juan, el feliz y rico heredero, era mulato. Catalina, su madre, había sido la esclava negra del fallecido. Al abandonar este mundo, Pineda dejó testimonio de unas relaciones interétnicas que fueron muy fluidas en el imperio español, tanto en el centro, la corte madrileña, como en las múltiples periferias que gobernó.

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