ILUMINACIONES
Edward Hopper y la soledad en el lienzo
El artista norteamericano captó en 'Nighthawks' (1942) un instante de la noche neoyorquina que atrapa la mirada con su poder hipnótico
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEn una ocasión le preguntaron a Edward Hopper por el significado de sus cuadros. Respondió: «La respuesta está en el lienzo». No hay más que detenerse a contemplar 'Nighthawks' para comprender lo que quería decir. La pintura capta la escena de ... cuatro personajes en un bar en la noche neoyorquina en la que la mirada del espectador penetra a través de una enorme cristalera. Tres de ellos están sentados en la barra y el cuarto, el camarero, parece fijar la vista en un punto indeterminado. Todos están ensimismados, absortos en sus propias preocupaciones.
El cuadro fue pintado por Hopper en 1942, unos meses después del ataque a Pearl Harbor , y está expuesto en el Instituto de Arte de Chicago. 'Nighthawks' se podría traducir literalmente como 'Halcones de la noche', aunque en castellano ha sido bautizado como 'Noctámbulos' en su sentido figurado.
Muchas obras de arte requieren una interpretación para que el espectador pueda disponer de las claves que movieron al autor , pero 'Nighthawks' no requiere de palabra alguna. A medida que la mirada se recrea en el interior de ese bar nocturno, la sensación de soledad y de incomunicación hace volar la imaginación. Y en ello tiene mucho que ver el juego de luces y sombras del cuadro en el que la oscuridad del exterior sirve de contraste a la iluminación del neón que nos permite contemplar a los personajes sobre el fondo de la pared amarilla.
«El buen arte es la expresión de la vida interior del artista», dijo en una entrevista Edward Hopper, que recorrió a lo largo de su existencia los caminos y las calles de Estados Unidos para captar los momentos de la realidad cotidiana de la gente . «La pintura tendrá que lidiar más completamente y menos indirectamente con la vida antes de que pueda ser grande de nuevo», afirmó.
Pintores de referencia
Hopper había nacido en 1882 en Nyack, muy cerca de Nueva York, ciudad en la que se matriculó en la Escuela de Arte. Viajó a Europa a los 24 años, donde se detuvo en París para estudiar la pintura impresionista. Admiraba a Manet, Pisarro, Sisley y Courbet , que fueron su fuente de inspiración. Luego viajó a Berlín, a Londres y a Madrid para visitar el Museo del Prado.
A su regreso a Estados Unidos, logró reconocimiento en una exposición de acuarelas en Brooklyn en 1923, donde logró vender uno de sus trabajos por cien dólares. La crítica le alabó y, a finales de esa década, ya era un autor encumbrado que obtenía por sus cuadros más de 1.500 dólares. Hopper se había casado con J osephine Nivison , una mujer que ejerció una extraordinaria influencia en su vida. Era extrovertida, habladora y empática mientras que su marido era callado, reservado y discreto. Hopper estaba fascinado por Freud y era un estudioso de la historia de la pintura . Era un devoto lector y un observador de la realidad. Su carácter melancólico y su exacerbaba sensibilidad marcaron una obra que le sitúa como el pintor americano más valorado del siglo XX.
Si examinamos su legado, con una producción ingente , es fácil llegar a la conclusión de que Hopper no revolucionó la pintura con su técnica ni con su estilo. Lo que hace diferente su creación es la forma de mirar la realidad, esa intuición para captar el alma de sus personajes , que casi siempre están solos, como una mujer en una habitación semidesnuda sobre la cama que mira por una ventana. Es una escena anodina, vulgar, que transmite una intensa sensación de soledad, como si ella fuera la última superviviente de un mundo sombrío y deshabitado.
Nada al azar
Hopper era paradójicamente un pintor frío, que cultivaba el distanciamiento. No hay una aproximación psicológica a sus personajes, sino una descripción casi fotográfica de la realidad. En cierta forma, cada uno de los protagonistas es un enigma, lo que acentúa esa impresión de aislamiento casi angustiosa. 'Nighthawks' es un cuadro con un poder hipnótico que uno no se cansa de mirar y al que siempre se vuelve con fascinación porque se perciben detalles nuevos como el escaparate en penumbra del fondo, las ventanas abiertas del edificio de enfrente o la publicidad que aparece sobre el local.
Cualquiera que pasara por allí en ese momento podría haber visto la escena, pero sólo Hopper, retratista de situaciones, tenía el talento para convertir ese instante en eternidad. No dejaba nada al azar, tomaba notas y dibujaba bocetos antes de pintar . Por eso, no existe nada más engañoso que la aparente simplicidad de esta obra tras la que se desvela un genio del arte contemporáneo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete