Daniel Canogar, últimos datos

Precisamente una de las personas que ya trabajó en la ‘Expo del 92’, Carmen Bueno , es ahora la comisaria ejecutiva del pabellón con el que España participa en la Exposición Universal de Dubái , la de 2020 que la pandemia ha arrastrado hasta este mes de octubre. Y Bueno, que leyó en su día el texto de Canogar, pensó que un buen aliciente para nuestra propuesta (titulada ‘Inteligencia para la vida’ , y en la que se subrayan los vínculos de nuestro país con Oriente, antes y ahora, con la impronta de nuestra cultura en la árabe y viceversa: el ajedrez, el flamenco, la cocina...) podría ser una obra de arte del madrieño.

Eso es ‘Dinamo’ , suspendida en el llamado Atrio de un pabellón con la firma de Amann-Cánovas-Maruri y el apoyo de AC/E, con la que Canogar se saca una espinita: «Desde que me llegó la propuesta me planteé si era realmente posible para mí crear una obra de arte con cierta integridad y dignidad en el entorno de cultura de masas que yo ya sé que es un evento como este. En este sentido, ha sido una prueba de fuego, pero también ha significado cerrar un círculo, pasar de la teoría del libro a la práctica, de lo que vuelvo enormemente satisfecho».

El resultado es uno de los proyectos más ambiciosos de sus autor («por su escala, por la presión, por el escenario, por lo de espina clavada, por la interacción que propone...»), con sus tres pantallas en forma de bucle entrelazado que muestran un contenido audiovisual generativo, en constante cambio gracias a la interacción del visitante que desciende la rampa y del que unos sensores detectan su movimiento.

Una obra que se relaciona con otras recientes de su autor en su deseo por «conocer, entender, procesar e incorporar a nuestra realidad» el ‘Big Data’, o flujo desaforado de información al que esta sometida nuestra sociedad. «Es mi forma de ponerle cara desde el arte –explica– pues es este un fenómeno bastante inasible y poco inteligible, casi invisible para la mayoría. Lo que busco es entender los nuevos ritmos de la sociedad algorítmica en la que vivimos de flujo de información 24/7 en donde no hay ni principio ni final, con formas abiertas de consumo, creación y distribución de información».

Canogar está acostumbrado a los desafíos que imponen los espacios en los que emplaza sus obras. El artista reconoce que, cuando desarrolla un proyecto en un ámbito con personalidad, le gusta buscar sus «obstáculos» (una columna mal puesta, un techo demasiado bajo) , que se convierten en su puerta de entrada al mismo.

En ese sentido, el Pabellón Español no era un espacio difícil, sino, más bien, «enormenente atractivo», el cual invita a cierto ritual en el descenso , en el que el que interactúa con la obra de arte se termina convietiendo en obra de arte: «’Dinamo’ cuenta con momentos sobrecogedores, otros más tranquilos, en los que obligo al espectador que transita el pabellón a pensar lo que estamos haciendo. Te guste o no te guste, es imposible ignorarla . Y eso es básico en un lugar de sobreestímulo que es una exposición universal». Canogar da así un golpe en la mesa.

Para la pieza, el madrileño ha trabajado junto al compositor Francisco López , de forma que el caudal informativo se acompaña de un frenético ritmo sonoro, «ecos de máquinas y fábricas del pasado que hacen pensar en las teconologías del futuro». López, además, es biólogo, por lo que, aunque Canogar se estrena con él, no es el primer científico con el que trabaja.

En julio, en ARCO como escenario, se presentaba ‘Fulguraciones’, pieza auspiciada por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) , en el que la interacción se llevaba a cabo con la bióloga Sarah Teichmann . Entonces, lo que se traducía a ‘imágenes’ era el mapa de los billones de células que conforman un cuerpo humano.

Para el español, este tipo de maridajes ayudan a salir de la zona de confort y las obsesiones propias, «encontrando puntos medios entre los dos integrantes del tándem»; pero en el caso de las colaboraciones con científicos, es casi algo fundamental en pos de la ‘supervivencia social’ del arte : «Está claro lo que la ciencia aporta al arte a nivel muy práctico. Lo que no es tan evidente es lo que el arte aporta en un sentido similar a la sociedad y la investigación científica. Proyectos como el de CNIO son un puente en ese sentido».

‘Dinamo’ tiene algo de ‘biológico’. Sus ciclos de acumulación, de recarga, de éxtasis, luego de bajada , pueden referirnos al plasma, a la sangre, a la circulación de energía en elementos vivos, en palabras de Canogar. También están presentes, aunque aquí el algoritmo funcione de otra manera, en ‘Amalgama’, su regalo de cumpleaños en el centenario de la Phillips Collection de Washington , en línea con la pieza que en 2019 preparó para conmemorar el bicentenario del Museo del Prado y en el que los colores que se expanden por la proyección son los de las principales obras de su conjunto artístico.

«Las tres piezas son hermanas en cuanto que son algorítmicas, apuestas arriesgadas y atractivas en la utilización del espacio [en el caso de la ‘americana’, una proyección en una pared que baja tres pisos del museo y con una escalera de caracol delante que tiene que salvar]. Pero sobre todo, lo son a nivel conceptual, pues de nuevo hablo de información, de cómo se genera y se archiva, ahora aplicado a otro tipo de archivo como es el artístico, colecciones que cada vez se consultan más online. ¿Qué debemos guardar para el futuro y qué se convertirá en basura? Eso marca el arte y el futuro del arte y comienza a ser básico en mi quehacer».

La pandemia atravesó de lleno la Expo, que debía haberse celebrado en 2020. También ‘Dinamo’, para la que se pensó en un principio en el tacto (algo muy latino) para ser activada ; más tarde, la crisis económica generada por la pandemia y el tráfico internacional mantuvo dos meses la pieza en la aduana de Barcelona. Canogar la pasea ahora constatando su escasísima apuesta por el arte y su aire de «feria de turismo» : «Algo que era totalmente esperado. Luego te encuentras joyas, como pabellones como el de Baréin, que son obras de arte en sí mismos. Espero que ‘Dinamo’ lo sea por su rotundidad: no es una pieza que te diga de forma literal ‘ven a España’, pero sí que de forma indirecta te invita a venir aquí porque te ilustra de cómo se están realizándose cosas interesantes como la pieza».

¿Hubiera preferido representarnos en una cita como la Bienal de Venecia , le preguntamos a un artista que en breve instalará otras piezas en sedes corporativas de empreseas en Fráncfort o Basilea?: «¿Por qué tengo que elegir? Pero me encantaría representar a mi país en un certamen específicamente artísitico, porque al final es mi tribu. De momento, ha sido aleccionador salir de su seguridad y tirarme a este tsunami de la cultura de masas ». Canogar surfea la ola con profesionalidad y mano firme. Con la inteligencia que reza el lema del pabellón.