ARTE
El cofre del tesoro de Helga de Alvear en Cáceres
El Museo Helga de Alvear en Cáceres ya es una realidad. Visitamos sus instalaciones y señalamos lo más destacado de una colección única en Europa, reflejo de su hacedora
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Iniciar sesiónLa de Helga de Alvear (1936) es una colección que no ha dejado de crecer desde aquella primera inversión en un zóbel que su propietaria realizara en los sesenta pagándolo a plazos. Durante la presentación hace unas semanas de su nuevo museo en Cáceres ... , la culminación de ese proyecto, ella misma admitía que la última adquisición se había realizado pocos días antes (una obra de Ernesto Neto , en la galería de Elba Benítez ). Días después, José María Viñuela , patrono de su fundación y conservador del conjunto, confesaba haberle llegado con un dibujo de William Kentridge , al que hubo que abrirle hueco en la planta -2 cuando se culminaba el montaje de los fondos que ahora descubren este nuevo espacio.
Un paso de gigante
Después de casi 20 años (la Fundación Helga de Alvear se constituye en 2006), el sueño de esta alemana de nacimiento pero española de corazón da un paso de gigante con la transformación del Centro de Artes Visuales en Museo Helga de Alvear (‘el Helga’ como lo conocen en la ciudad, que ‘MACHA’ sonaba feo ), tras la construcción de un nuevo edificio junto al antiguo en el que se han invertido diez millones de euros y con el que se consigue pasar de los 3.000 m2 del espacio primigenio (La Casa Grande, que abrió sus puertas en 2010) a los 8.000 actuales , futura sede de toda la colección (todavía en buena parte en cinco almacenes de Madrid), con más de 3.000 obras de los grandes del siglo XXy XXI .
Como si de una competición por ser sede olímpica se tratara, ciudades como Vigo, San Sebastián (donde estuvo a punto de recalar) o Granada perdieron la partida como destino de un conjunto privado único en Europa. Helga jamás pensó en el extranjero, lo que la honra, y donde seguro que le habrían tratado mejor que en nuestro desagradecido país. Pero es lo que tiene el amor (y por amor al idioma llegó ella a España, y por amor se quedó. No en vano, es por el apellido de su marido, el arquitecto Jaime de Alvear , que la conocemos). Por amor al arte, nunca mejor dicho, cuenta con un conjunto genuino del que su dueña dice que no apuesta por nombres concretos , sino por obras específicas: «Me enamoro de ellas».
El nuevo edificio, a modo de cofre del tesoro, es en sí una pieza más. Lleva la firma de Emilio Tuñón , quien ya se encargó, junto a Luis Mansilla , de la adecuación de La Casa Grande, y quien, en una tercera intervención, desarrollará los almacenes en el jardín, lo que facilitará tenerlo todo en Cáceres.
En diálogo con el perfil medieval
El resultado es una caja mágica de cuatro plantas , tres bajo tierra, en hormigón blanco y madera de roble, cuya fisonomía dialoga con el perfil medieval de la ciudad, y que en superficie establece un corredor entre la ciudad antigua y el ensanche , salvando un desnivel de más de 20 metros en torno al cual se despliega el jardín, con algunas de las obras (como el ya mítico ‘árbol’ de Ugo Rondinone) invitando a entrar.
Pero lo fundamental de este edificio de belleza serena y extrema , con licencias arquitectónicas perdonables como que en sus escaleras –voladas, sin apoyar en ningún punto– no haya ni un solo ángulo recto, es que ha sido pensado teniendo en cuenta las obras que albergaría, en el sentido estricto de la palabra. De hecho, la altura la da la monumental lámpara (símbolo ya del centro) de Ai Weiwei , ahora en el hall de acceso, mientras se generan espacios específicos para otras grandes propuestas como las de Olafur Eliasson , o, sobre todo, la inabarcable ‘Power Tools’, de Thomas Hirschhorn , durante 18 años en cajas.
Asimismo, el espacio está pensado para la exhibición de vídeo (hay más de 370 en la colección), con salas específicas ahora para, por ejemplo, ‘Un viaje que no fue’, de Pierre Huyghe . Estas propuestas serán las que se expondrán de forma permanente, mientras rota anualmente el resto de fondos.
Y, ¿con qué contenidos hace las presentaciones el nuevo museo? Pues, aunque suene extraño, no lo hace con sus ‘mejores’ obras (cabe preguntarse ante la selección de 200 piezas si realmente ese conjunto tiene malas propuestas), sino que su responsable, el mencionado Viñuela, ha elegido entradas del conjunto que nunca antes se habían visto en las temporales que el propio museo ha desarrollado en diez años en su seno (y que esta misma semana se reactivan en La Casa Grande con 'Más que espacio', una lectura en clave ‘arquitectónica’ del conjunto).
Interesantes ambitos temáticos
A lo largo de las cuatro plantas, se generan interesantes ámbitos ‘temáticos’. En torno a Ai Weiwei, obras que hablan del fracaso o el desastre ( Salcedo, Yves Klein ...), antesala de una de las ‘excentricidades’ del grueso por escaparse del rango temporal de todo lo demás: una primera edición de los ‘Caprichos’ de Goya , a la que se le ha creado un espacio didáctico y que se acompaña de propuestas de autores influidos por el aragonés ( Dzama, Rainer, Slater Bradley ...). También en este nivel, tesoros de las primeras vanguardias, con especial atención a la Bauhaus plástica: Kandinsky, Vasarely, Klee ...
Un piso más abajo, la mirada recaerá en la abstracción, la geometría y la computación ( Alexanco, Ángel Duarte, Bunga, Á. de la Cruz , o unos muy bien traídos I mi Knoebel y Rafael Soto ), de igual manera que en el -2 irrumpe la figura humana ( Bourgeois, J. Muñoz, Almeida, C. Sherman, Nan Goldin )...
Avanzar entre las propuestas invita a ‘descubrir el ojo’ de Helga de Alvear como coleccionista: mucho nombre alemán (la ‘capilla germana’ – Baselitz, Grosse, Dokoupil – nos acompaña a la salida), poco emergente (imposible encontrar autores menores de 50 años), nombres fetiche ( Beuys ), autores que fueron en su momento descubrimientos ( Weiwei, Tacita Dean ), propuestas que parecen que ‘no casan’ ( Carmen Laffón )... Curiosamente, el 50 por ciento de lo expuesto es posterior a 2010. Ello se debe a que Helga compra 'a la última', en ferias y galerías.
El edificio, de belleza extrema y serena, ha sido pensado teniendo en cuenta las obras que albergaría, en el sentido estricto de la palabra
Pero todavía hay más: en un guiño a la ciudad y a la idea originaria del centro, cuatro piezas adquiridas en su momento en Foro Sur regresan a sus emplazamientos originales: la más llamativa es el vídeo ‘Interiores’ de Montse Soto en el aljibe del Museo Provincial; pero quizás la más ‘amada’ por los niños es la de Susana Solano (‘Cáceres II’) en la plaza de las Veletas. Conocida la generosidad de la coleccionista (ha invertido un millón de euros en la vacuna española del coronavirus) seguro que está encantada con el nuevo uso que los más pequeños hacen de la escultura.
¿ Sabremos el resto (políticos incluidos) valorar todo el conjunto en su magnitud? Tiempo al tiempo. Helga, al menos, sí que ha sabido esperar.
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