LA DOLCE VITA
Clásicos contemporáneos, según Nuccio Ordine
El profesor y escritor nos propone una maravillosa biblioteca ideal donde dialogar con Cervantes, Shakespeare, Balzac o Montaigne, entre muchos otros
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Iniciar sesión«No se debe estudiar para trabajar, sino para conocer, porque de otro modo la creatividad muere». Son palabras de Nuccio Ordine (Diamante, 1958), profesor en la Universidad de Calabria, experto en el Renacimiento y autor de ‘Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal’ ( ... Acantilado), para George Steiner , «pocos libros sobre la relación entre el arte, la literatura y la historia de las ideas resultan tan apasionantes y luminosos». No son palabras menores, viniendo de uno de los últimos grandes humanistas del siglo XX. Lo cierto es que a la Universidad uno debería ir a instruirse no a aprender un oficio o una profesión, eso viene después. Y esta pequeña (por el número, no por el valor) biblioteca que propone Ordine es un maravilloso compendio de saberes, placeres, conocimiento y pasión lectora.
Cuando le preguntaron al Nobel Joseph Brodsky esa pregunta absurda de para qué sirve la literatura, su respuesta fue rotunda: «Para que alguien que ha leído a Dickens sea incapaz de disparar contra otro». Curiosidad intelectual, formación de una actitud crítica, apertura de mundos, ya señaló Henry James que «la casa de la ficción tiene un millón de ventanas». Ese millón multiplicado está en la pequeña biblioteca de Ordine.
Un clásico, advirtieron Borges y Calvino , es un libro que nunca termina de decirlo todo. Cada generación lo lee desde la perspectiva del presente, con el peso y el poso del pasado, de la tradición, y ahí comienza la aventura, el descubrimiento, el asombro . Con la pequeña biblioteca, se hace imposible vagar solo por el pensamiento omnipresente de estos tiempos sombríos y desdichados, el de la polarización, el blanco y el negro, el anacronismo en la Historia y el conservadurismo literario y artístico.
Ya señaló Henry James que «la casa de la ficción tiene un millón de ventanas»
Como bien destaca el autor en sus primeras páginas «si no salvamos los clásicos y la escuela, los clásicos y la escuela no podrán salvarnos». Salvarnos de la barbarie, aprender el arte de vivir . Porque «las grandes obras literarias o filosóficas -recuerda Ordine-no deberían leerse para aprobar un examen, sino ante todo por el placer que producen en sí mismas y para tratar de entendernos y de entender el mundo que nos rodea». Ciudadanos libres, cultos, curiosos. De Homero a Stefan Zweig, de Platón a Shakespeare, de Cervantes a Pessoa, de Montaigne a Balzac, la lista se agranda y se prolonga a través de los siglos hasta llegar al presente y seguir el diálogo entre los propios libros y de los libros con el lector.
Premiata Forneria Ballaro
En Venecia transcurren las novelas del comisario Brunetti y Premiata Forneria Ballaro (Santa Engracia, 90) ofrece un menú veneciano, presente en las novelas: sardinas en escabeche, orecchiete con brócoli y anchoas y rape con tomate y avellanas, para cerrar con unas peras al vino con yogur y sus correspondiente y adecuadas bebidas para cada plato. Literatura y mesa. Feliz binomio para tiempos raros, un alivio. .
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