Chema Rodríguez: «Entiendo la 'obra' como una aproximación, no como un trabajo realmente acabado»

Entonces salía con la cámara a la calle a 'agredir' ese plano usando el elemento básico de una fotografía: la luz. A partir de esas agresiones, esas deformaciones, descubrí que estaba arrancando todo realismo y sumiéndolo en un discurso abstracto que me resultaba bastante interesante, aplicaba la monocromía para centrar la atención únicamente en las deformaciones.

Después me fui sumiendo en la plástica y, tras algunos devaneos y experimentaciones en otros discursos, extrapolé el discurso que usaba fotográficamente a la materia, dentro de la consideración de que la expresión artística –en todas sus formas– es una especie de posicionamiento personal, anímico y social; un acto de consciencia que puede darse en cualquier altura de la vida, que solo tiene sentido cuando nos hace consecuentes de nuestra propia realidad. Es una herramienta que podemos usar para transmitir un mensaje acorde con las conductas culturales y cuestionar nuestra percepción del mundo.

De dónde viene. Pues estoy casi recién llegado de haber expuesto en Arte Aparte XIII , donde he estado rodeado de compañeros con una calidad y mensajes en sus obras muy potente. Más de 40 artistas los que expusimos en el Centro Cultural Juan Francisco Casas de La Carolina. Quiero destacar el trabajo de la organización, muy atentos con todo. También, la labor tan brutal presentada por los compañeros Marcos Álvarez, Fran Baena, Irene Molina y Rafael Jiménez , a los que sigo muy de cerca por eso mismo: porque tienen un discurso tremendo. Estuve también muy bien rodeado en la XXXVI Muestra de arte joven de La Rioja. Tengo algunos proyectos en marcha que espero que se conviertan en buenas noticias.

Supo que se dedicaría al arte… Pues creo que nunca lo he llegado a saber. Lo que si tenía claro es que me sentía muy bien trabajando en ello y que a la gente le gustaba. Le daba ese uso casi terapéutico, aunque es cierto que nunca me he alejado demasiado de las imágenes: siempre he buscado trabajos que me permitiesen estar próximo a ellas. Después descubrí las convocatorias, que se convirtieron en mi sino, e imagino que también en el de muchos. Al principio, la frustración era constante, hasta que un día un buen amigo –indispensable, la verdad– me dijo que exponer mucho no quiere decir exponer bien. Y bendito sea, porque desde entonces me tomo las cosas con más calma.

¿Qué es lo más extraño que ha tenido que hacer en el arte para «sobrevivir»? Depende de lo que se considere 'raro'. Verás: algo sumamente raro –entiéndase estrambótico– no he tenido que hacer. He rotado por distintos trabajos, comencé currando en una platería con 16 años diseñando colgantes, sacando de fuego… Pero, como dije anteriormente, esto son líneas en cierto modo paralelas y muy enriquecedoras. Los últimos años he estado trabajando además de videógrafo en bodas, con un equipo humano muy bueno, muy bonito y al cual considero ya casi familia.

Su yo «virtual». Creo que estamos de acuerdo en que internet es una herramienta muy útil, siempre dependiendo del uso que le demos. En cuanto a redes, procuro mantenerlas estrictamente dedicadas a mostrar obra que voy terminando, también trabajo anterior ,que refresco trayéndolo a palestra nuevamente… Tengo tres perfiles: Instagram (@chemarodriguezestudio), Facebook y Twitter, aunque estos dos últimos son una mezcolanza de obra, noticias, quejas… (sobre todo quejas).

Dónde está cuando no hace arte. Soy monitor de pintura en CEPAM (centros de participación activa de personas mayores), de lo cual estoy muy satisfecho: mis usuarios son una alegría continua por su motivación, que les ha llevado a evolucionar. Y debo decir que, en lo que a mí me respecta, quizá he aprendido incluso más que ellos, no de pintura –que ha habido casos que también–, sino de paciencia y de empecinamiento. No formo parte de un colectivo, pero sí de la UAVA, que es la Unión de artistas visuales de Andalucía, y la verdad es que estoy muy contento: estás al día de prácticamente todo, se conocen los problemas del sector, aprendes sobre cómo se va a trabajar para solucionarlos… No sé cómo no me hice socio antes.  

Le gustará si conoce a... ¡Uf! Tengo multitud de referentes… Me gusta mucho como trabaja Isidoro ValcárcelMedina . Me gusta Miquel Barceló, porque siempre ha hecho lo que ha querido, Anselm Kiefer, Takesada Matsutani, Gabriel Orozco, Francesc Torres, Goya...

En cuanto a colegas de generación, he decir que estoy muy bien rodeado. Me siento muy afortunado de contar entre mis amigos con Rafael Jiménez, Miguel Scheroff, Ira Torres, Yaiza Yastá, Antonio Ortíz, Fran Baena, Sara Baena, Jesús Berral, Eugenio Rivas, Demetrio Salces, Cristina Ramírez, Laura Aguilar, Marcos Álvarez, Julio Anaya, Vanessa Morata, Alba Llorente, María Rosa Aranega, Jose Vicente Matas, House of play, Mario Guixeras… En colegas destacaría a Rubén Rodrigo , Gala Knorr, Miguel Fructuoso, Rubén Barroso, José Pla, Diego Balazs, María Alcaide, Almaro...También esa generación que está petándolo máximo y que reside en Granada: Hodei Herreros , Irene Molina, Ana Pérez… Sé que me dejo atrás a unos cuantos. Podría estar hablando de ello toda la tarde.

A quienes les debo tantísimo y a los que agradezco toda su ayuda hasta ahora (y lo que le queda) es a mis colegas, y ya amigos, Rafael Jiménez y Sara Baena.

Qué se trae ahora entre manos. Mi proyecto actual es mi martirio. Llevo currando en el dos años y va para largo. Se titula 'Ousía', que, transcrito del griego, quiere decir algo como 'el ser o esencia de una cosa'. Nace de la descontextualización de la teoría de la sustancia de Aristóteles. Siempre me he apoyado en la filosofía para jugar en esto del arte. Me gustan además las tragedias griegas. De hecho, mi vida es una. En 'Ousía' se habla de que el accidente (color, tamaño...) es lo que existe “en otro” y este otro es la sustancia. En términos generales, se trata de una serie de progresiones matéricas desde el aspecto de la plástica sobre el tránsito de la materia como soporte físico, con vocabulario y sintaxis propia, y la técnica, como agente activo que nos permite dotarlo de contenido.

Una experimentación técnica como exploración de las posibilidades expresivas del lenguaje plástico en su nivel material y sensorial; algo que va más allá de la definición literal de experimentar (probar las propiedades o condiciones de uno bjeto material mediante la alteración práctica de las mismas). De este modo, se potencian las cualidades expresivas de los materiales.

Y digo que es «mi martirio» por los atascos constantes que supone errar en una pieza o varias y tener que empezar de cero.

Tengo otras líneas de trabajo paralelas. En algunas trabajo buscando un modo de paliar mi deficiencia auditivia (soy sordo hipoacúsico) desde una perspectiva poética. En otras, abordo la realidad social y política desde una óptica más conceptual y menos plástica.

Proyecto favorito hasta el momento. Otra pregunta pelín difícil. Creo que, en cierto modo, me siento orgulloso de todas, poniendo énfasis en las que realmente me costaron sacarlas adelantes. Sé que puede sonar algo paternalista… Es que, no sé: ten en cuenta que en mi proyecto actual, del cual hablo más arriba, entiendo la 'obra' como una aproximación y no como un trabajo realmente acabado… Aunque, claro, el orgullo máximo es cuando una obra se va a un buen hogar.

¿Por qué tenemos que confiar en él? Esta pregunta es jodida… Verás: la confianza es algo muy delicado y muy transparente, realmente no sé por qué tenéis que confiar en mí. Yo, al menos, sí confío en mí mismo. Digamos que me dedico a esto cada día en el taller o fuera de él. Mi cabeza está centrada en seguir adelante con esto, sumando sacrificio, y espero que también alegrías.

No considero que esté aportando nada nuevo al panorama. A estas alturas es muy posible que esté todo inventado, por lo cual, aportar algo nuevo… Lo que sí me gusta aportar son esos diálogos que mi obra pueda tener con la de otros compañeros en exposiciones colectivas, por ejemplo.

¿Dónde se ve de aquí a un año? No soy de hacerme expectativas, la verdad. Me gustaría al menos seguir currando en estos proyectos que tengo iniciados, seguir yendo cada mañana al taller, continuar teniendo contacto con mis colegas, manteniendo esos debates que a veces llevamos a cabo. Lo que sí que me gustaría es que la situación en cuanto a las artes en España mejorase. Sé que hay asociaciones y colectivos haciendo presión para ello. Creo que hace falta más respeto institucional hacia las artes españolas en algunas de sus vertientes.

Defínase en un trazo. ¡Difícil eso! Soy una contradicción andante, pero procuro regular eso. Así que creo que sería un garabato, un garabato regulado y con cierta tendencia estética.

¿A quién cedería el testigo de esta entrevista? Pues mira: se lo cedería a un excelente pintor de Doña Mencía llamado Antonio Ortiz, que está hasta arriba preparándose unos exámenes de oposición al cuerpo docente y, a ver si tras ello, se motiva y retoma los pinceles. Antonio es un pintor exquisito, con unos gustos musicales tremendos, y un gran amigo.