CINE

¿Censura en Hollywood?

¿Es «Lo que el viento se llevó» una película racista? ¿Debe vetar la industria cultural la posibilidad de generar historias que atenten contra cualquier moral biempensante? El debate está servido, con toda sus aristas

Vivien Leigh y Hattie McDaniel, primera actriz negra que recogió un Oscar, gracias a esta película

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La nueva liga de la decencia

POR VÍCTOR ARRIBAS

Los títulos iniciales de Lo que el viento se llevó esconden la solución al enigma planteado hace unos días por la plataforma HBO , que llegó a mantener censurada durante algunas horas la película más famosa de todos los tiempos . Pero ninguno de los que decidieron esa censura, ni de los que la están apoyando activamente han debido revisar ni siquiera los minutos iniciales, donde se explica en un texto sobreimpresionado el verdadero trasfondo de ese mundo racista idílico para sus moradores, y tan felizmente trasnochado que hasta los creadores del filme se felicitan de que no vaya a volver . Tras ironizar con el Viejo Sur de amos y esclavos, se recomienda a los espectadores que busquen aquel sueño recordado sólo en los libros, porque afortunadamente nada de aquello volverá. «Una Civilización desparecida con el viento...». Por si algún despistado no conoce todavía la explicación del título de la película y la novela de mil páginas en la que se basa, esta leyenda convierte en inoperante la advertencia que se incluirá en las pantallas antes de que empiece su proyección.

Gone With The Wind no es una película racista . Lo es la época que retrata, por desgracia para quienes tuvieron que vivir en ella, especialmente los esclavos sometidos a durísimas condiciones de vida y explotados en plantaciones como Tara y Twelve Oaks. Si un relato de aquella década de la Guerra de Secesión en el Sur se acometiera hoy, con los códigos de conducta que tenemos en 2020 , no sería fiel a la historia si eliminara de un plumazo el aprovechamiento que los blancos hacían de los negros para los trabajos más duros e inhumanos. Mammy tiraba de las riendas del corsé de Scarlett porque las criadas negras lo hacían en aquellas mansiones coloniales, y vivían sometidas a los deseos de sus presumidas propietarias.

El que podemos considerar como autor de la película, David O. Selznick , era un productor judío como muchos de los que levantaron Hollywood con su esfuerzo y su talento. Afirmar como ha hecho HBO que la película ofrece una visión romántica de los horrores de la esclavitud y que perpetúa los estereotipos más dolorosos para los afroamericanos es culpar de racistas a Selznick, a todo su amplio equipo artístico y técnico, incluidos Gable, Leigh, De Havilland, Cukor, Wood, Fleming, Cameron Menzies, a la propia Hattie McDaniel por prestarse a tal aquelarre, y a todos los millones de espectadores que han gozado con su visionado desde que se estrenó en diciembre de 1939. ¿Racistas todos?

En una etapa de nuestra Historia en que no puede haber erguidas en ciudad alguna estatuas de conquistadores, una nueva Liga de la Decencia ha llegado al panorama cultural de nuestro mundo y está tratando de imponer su visión de la realidad por la vía de señalar lo que nos conviene y lo que no, cercenando el libre ejercicio del derecho a elegir. Al paso que va esta nueva moralidad impuesta, ni en los libros se encontrará vestigio alguno de lo ocurrido en el pasado.

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