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LIBROS

El Camino de Santiago, peregrinar hacia el amor

«Tipos de agua...» es el poemario en el que Anne Carson recrea su experiencia peregrina

Dos peregrinos del Camino de Santiago cerca de Astorga (León) AFP
Diego Doncel

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Anne Carson es una de las grandes voces de la literatura en lengua inglesa. En su escritura ha creado un complejo sistema de polinización de los géneros: el polen de la poesía que se hace novela, que piensa desde el ensayo, que se fecunda en la autobiografía, en la traducción. Podemos decir, por eso, que cuando escribe su caligrafía no conoce fronteras, ni siquiera culturales , hace que la cultura clásica sea un diálogo permanente con la actualidad, lejos de la banalización, de los turismos intelectuales.

Tipos de agua... va más allá, por ello, de un libro de viajes, es el relato hecho poema de una búsqueda . Paso a paso, piedra a piedra, hostal tras hostal, Carson camina desde St. Jean Pied de Port hasta Finisterre , en los inicios del verano de un año cualquiera, para desvelar un enigma: el del amor. Para ello ve montañas, desciende a los valles de Navarra, peregrina por ese misterio de Galicia que se amplía en el mar. Siente la luz como aquel animal de lo invisible del que hablara Lezama. Y busca hasta qué punto el amor está en ella, hasta qué punto puede aclarar el misterio que el amor es. Como los antiguos maestros orientales, tan citados aquí, el camino, para Carson, es un continuo libro de contemplaciones y de preguntas, de autocontemplaciones y de nomadismo interior. A los peregrinos los guiaba la fe, a los paseantes el diálogo consigo mismos, a los vagabundos el extravío , Carson tiene un poco de todos ellos porque ella no es un camino recto y ameno sino un cruce, una encrucijada. No solo duda si vive el amor, sino incluso el objeto del amor: ese hombre que llama Mi Cid, el conquistador que todavía no ha conquistado su corazón, el compañero feliz con el mantiene distancias y discusiones.

Tipos de agua… es un libro tan bello como elíptico , tan leve y profundo como un haiku. Hay que leerlo letra a letra y silencio a silencio. Y sobre todo hay que leerlo como uno de los cuatro libros de Plainwater , ese ensayo, relato, poema donde se habla del deseo como el agua imposible de detener, de la vida como ese fluir de encuentros y de pérdidas. El «homo viator» que dibuja Carson es un «homo natator» : necesita quitarse la ropa y ponerse a nadar, brazada a brazada, por el horizonte de todos los Finisterres, donde no hay un final sino un mundo que siempre comienza.

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