FOTOGRAFÍA
Brassaï, el ojo de París y el amigo incondicional de Picasso
La obra de uno de los más importantes fotógrafos de la primera mitad del siglo XX se exhibirá por primera vez (a partir del 19 de octubre) en el Museo Picasso de Málaga. Un mano a mano con su inseparable compañero de vanguardia
Juan Manuel Bonet
Antes de convertirse en el máximo cantor de París, la ciudad donde pasó la mayor parte de su vida, el húngaro Gyula Halasz (Brasov, 1899-París, 1984), de madre armenia, y más conocido como Brassaï , intentó ser pintor, y aprendió modernidades ... en Berlín, la ciudad que, tras la Primera Guerra Mundial, se convirtió por un tiempo en la otra capital de la modernidad europea, donde coexistían, como puede comprobarse hojeando la gran revista ‘Der Sturm’, expresionistas, dadaístas y geómetras, muchos de ellos procedentes de la URSS y de otros países centroeuropeos.
Cuando llegó a la Gare de l’Est de París en 1924, Brassaï, que se instaló en un hotel de Montparnasse , en la rue Delambre , donde le esperaba su compatriota y amigo el pintor Lajos Tihanyi , encontró una suerte de hermano mayor en otro grandísimo fotógrafo, su también compatriota André Kertész , al que vio asiduamente en Le Dôme , el más húngaro de los cafés del barrio. Fue Kertész quien le dio los primeros consejos. Según todos los testimonios, fue en 1929 cuando se inició su carrera como fotógrafo.
‘Paris de nuit’ (1933), con su cubierta de adoquines relucientes y su prólogo de Paul Morand , es la obra maestra absoluta de Brassaï , aquella que lo catapultó inmediatamente a la fama. La primera imagen es la de la verja del Luxembourg, parque que recordaba de un año que había pasado en París con sus padres, cuando tenía cuatro. Se suceden los palacios y las fuentes de la Concorde , donde sorprende a un farolero; paredes recubiertas de carteles; los puentes sobre el Sena y fuegos de artificio reflejándose en sus aguas; el Canal Saint-Martin ; el muro de la cárcel de la Santé ; Montmartre y su cementerio, y el Sacré-Coeur ; una comisaría; un kiosquero; el Arco del Triunfo ; los neones de Pigalle ; el metro aéreo; los raíles relucientes en Orsay ; el trenecito de Les Halles ; una calesa ante el Dôme ; columnas Morris ; urinarios; la avenida del Observatoire invadida por la niebla; unas ventanas iluminadas en la rue de l’Hôtel de Ville ; los soportales metafísicos de la rue de Rivoli ; las gárgolas de Notre-Dame y, al fondo, la Tour Saint-Jacques ; la Torre Eiffel engalanada de luz; los letreros de los hoteles secretos.
Todo muy Breton y ‘Nadja’, muy Aragon y ‘Le paysan de Paris’, muy Fargue y ‘Le piéton de Paris’, pero también más atrás en el tiempo, muy Victor Hugo y Nerval y Baudelaire y Constantin Guys y Meryon y, por supuesto, muy Atget , precursor al que había sido presentado por el ‘marchand’ Leopold Zborowski . ‘Paris de nuit’ dio nacimiento a toda una estela: la zona nocturna del magistral ‘Buenos Aires 1936’, de Horacio Coppola ; ‘Kobenhavn ved nat’ (1935), de Hermann Larsen ; ‘A Night in London’ (1938), de Bill Brandt ; las noches negras praguesas de Sudek ; las de Ámsterdam de Dick de Herder …
En coedición con La Fábrica, el Museo Picasso de Málaga ha editado un fotolibro con 105 imágenes
Clave turística
El segundo fotolibro de Brassaï, ‘Voluptés de Paris’ (1935), que estuvo a punto de prologar Pierre Mac Orlan , se vendió en clave turística, como recuerdo de las perversiones parisienses. Ese ciclo del ‘París de la vida nocturna’ , ya presente en el volumen precedente, es asimismo extraordinario: la Môme Bijou , Kiki y otras modelos de Montparnasse , peripatéticas, el burdel Chez Suzy , los espejos de un ‘hôtel de passe’ en rue Quincampoix , una jugadora de billar, el Moulin Rouge , el Bal Nègre de la rue Blomet, La Cabane Cubaine (tan del gusto de Alejo Carpentier ), los bailes de travestis, ‘clochards’ y ‘clochardes’ pre-cortazarianos, apaches, opiómanos, ladrones, matones… Todo ello fotografiado jugándose el tipo.
No se agota en esos dos fotolibros el París de Brassaï. Se fija también en el circo , los niños en el Luxemburgo , los gatos, la Librairie de la Lune , el relojero en su tabuco, la mariposa simbolista acercándose al quinqué… Cuerpos femeninos, también, desnudos, o revestidos sólo de lencería.
Brassaï fue por lo demás un grandísimo retratista . Obsesivamente, de Picasso y su corte, incluidos Dora Maar o Jacqueline , y el fiel Sabartès . Se especializó en fotografiar tanto sus estudios como su producción. Tiene instantáneas admirables del Bateau Lavoir , el laboratorio central ‘montmartrés’. Y efigies de Vollard , y de Kahnweiler . Y de otros cubistas: Braque, Léger, Jacques Villon, los escultores Lipchitz y Laurens … Extraordinarias sus ‘Conversaciones con Picasso’ , publicadas en 1964 por Gallimard, traducidas aquí por Aguilar en 1966, y reeditadas por Turner. En 1987 y 2000 el Musée Picasso de París expuso la obra picassiana del húngaro.
Como la mayoría de los especialistas en la materia, Brassaï documenta también las casas y estudios de quienes posan para él, las obras propias o ajenas que atesoran, los objetos que les rodean, las paletas… Además de Picasso y de los cubistas mencionados, modelos suyos fueron Bonnard en Le Cannet, Maillol en Marly-le-Roi, Matisse en Niza, Dufy en Perpiñán, Rouault, Despiau, Chagall, Kokoschka, Giacometti , Leonor Fini, Labisse, Hayter, Germaine Richier, Louise Bourgeois, Atlan, Le Corbusier…
Letra y música
Por el lado de los escritores, comparecen Colette , Fargue (el peatón de París), Gertrude Stein, Reverdy, Cocteau, los Goll, Ribemont-Dessaignes, Montherlant, Pagnol, Louis Dimier en acción en los ‘bouquinistes’, Giono en Manosque, Éluard, Leiris, Michaux, Char, Queneau, Gracq, Sartre , Simone de Beauvoir, Genet, Louise de Vilmorin, Prévert, Audiberti, Ionesco, Lawrence Durrell, Beckett… Más cineastas como Germaine Dulac o Marcel Carné , que en su cinta ‘Les portes de la nuit’ (1946) se inspiraría en ‘Paris de nuit’. Y compositores como Varèse o Messiaen .
Muy próximo al húngaro fue Henry Miller , que en 1952 prologaría con un texto importante (ahora retomado en el catálogo, editado por La Fábrica, lo mismo que fragmentos del de Picasso) su fotolibro editado por Robert Delpire. Brassaï escribiría sobre él, e ilustraría con imágenes sublimes ‘Quiet Days in Clichy’ (1956), que manejo en el ejemplar adquirido por Jesse Fernández en la habanera Casa Belga. En 1980, por cierto, el cubano retrataría a su colega en Saint-Paul-de-Vence. La amistad Miller-Brassaï la documentan varios retratos de 1931 tomados en el mítico Hôtel des Terrasses, así como los de Anaïs Nin y otros moradores del establecimiento. En lo geográfico, para Brassaï cuentan también Chartres , la borgoñona Beaune , la Costa Azul , el jardín tropical de Mónaco, Bomarzo, Marruecos, Nueva York…. Y España : Madrid y las capas Seseña; Granada ; su ‘Séville en fête’ (1954), prologado por D. Aubier y por Montherlant, y editado por Delpire, nuevamente. Y una ‘tournée’ catalana de 1955 que dio como resultado sendos ciclos en torno a Dalí en Cadaqués y a Miró en Barcelona, este último publicado en parte en ‘L’Oeil’.
Henry Miller, con quien tuvo una gran amistad, le bautizó como «el ojo de París»
Cambio de rumbo
Desde los treinta, Brassaï se fijaba en los grafitis, publicando algunos en ‘Minotaure’ , la importantísima revista de Skira . A lo tarde, en 1960, sacó un volumen titulado, a secas, ‘Graffitis’ . Ya antes de que saliera, estaban pendientes de las propuestas del húngaro, Tàpies , como lo explica en su ‘Comunicación sobre el muro’, o colegas como el citado Jesse Fernández o como aquí, Leopoldo Pomés o Carlos Pérez Siquier . Sabemos, por lo demás, que Cortázar, cuyo texto sobre Tàpies se titula precisamente ‘Graffitis’, quería una cubierta a lo Brassaï para ‘Rayuela’, aunque al final optara por concebirla él mismo, y que se la realizara su tocayo y amigo Julio Silva .
Ahora, el Museo Picasso malagueño rinde homenaje a quien fuera gran amigo y confidente del pintor. La muestra, ‘El París de Brassaï’ , se inscribe en la estela de la que en 1993 presentó, pensando en la importancia seminal de la fotografía del húngaro para el pintor catalán, la barcelonesa Fundación Tàpies , y que luego se vio en el Reina Sofía . Más tarde vendrían el diálogo Brassaï-Colom de Foto Colectania , también en la capital catalana; la de 2007 en Caja San Fernando ‘Brassaï en Sevilla’ ; la recopilación de sus grafitis de 2008 en el madrileño Círculo de Bellas Artes ; y la panorámica que en 2018 propuso Mapfre en sus sedes.
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