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MÚSICA

La banda sonora de la Guerra Civil española

El documental 'Cantata de la Guerra Civil' repasa las tonadillas que se escuchaban en el frente y en la retaguardia durante el conflicto

Prisioneros en el penal de San Miguel de los Reyes (Valencia)
Miguel Ángel Barroso

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Cuenta la leyenda que Paul Robeson , actor, atleta, cantante y activista de los derechos civiles, 'hermanó' a los contendientes durante un impasse de la batalla de Teruel, cuando ofreció un concierto radiofónico que provocó que las hostilidades cesaran durante un par de horas. Su voz viajó de una trinchera a otra, de un bando a otro, haciendo olvidar por un rato los odios, las miserias y el ruido de las armas. Robeson viajó a España durante la Guerra Civil para elevar los ánimos republicanos y, en particular, los de la Brigada Lincoln , compuesta por voluntarios antifascistas estadounidenses, y ofrecía recitales para los soldados al aire libre. La música tuvo una gran importancia en el conflicto, tanto en la vanguardia como en la retaguardia, como elemento de arenga, de distracción o de consuelo, como refleja el documental 'Cantata de la Guerra Civil' , que puede verse en RTVE a la carta .

«La expansión de la radio en aquellos años fue determinante para que se creara esa banda sonora, canciones populares que no entendían de facciones, aunque algunas letras fueran adaptadas a conveniencia», explica Alfonso Domingo , director del documental. «La copla vivía un momento de efervescencia, pero algunas tonadillas procedían de la guerra de la Independencia o de la guerra de Marruecos, y se cantaban con variantes. También triunfaron los temas interpretados en películas, tanto nacionales como de Hollywood». Éxitos de la época más allá de la ideología... y otros compuestos ad hoc . El actor Javier Gutiérrez se encarga de la locución de 'Cantata de la Guerra Civil', cuyo guion ha escrito Miguel López , donde desfilan imágenes en blanco y negro de hondo dramatismo que se alternan con otras donde la música es capaz de arrancar sonrisas .

El día en que empezó la Guerra Civil también las canciones partieron a la batalla. Piezas de diversión y también de combate . Letras sentimentales y bizarras, para dejarse llevar por la alegría/melancolía o para inyectar moral a las tropas. Entre las primeras, cantada por ambos bandos -aunque más popular entre los requetés, 'La bella Lola' , pieza anónima del siglo XIX («Después de un año de no ver tierra, porque la guerra me lo impidió... Me fui al puerto donde se hallaba la que adoraba mi corazón»).

Entre las segundas, 'Por Dios, por la patria y el rey' , himno carlista basado en la 'Marcha de Oriamendi' e interpretado por la banda y el coro de la Falange , o 'Young Man From Alcala' , con letra de Ernest Bush y música basada en la melodía de los dibujos animados de 'Popeye el marino' que, a su vez, la había tomado prestada de una canción popular del siglo XIX; estrechaba los lazos entre los brigadistas internacionales («Un español que venía de Alcalá, cuando se cabreaba gritaba: ¡Mucha mala! Lanzó una granada a una brigada mora y voló a todos los fascistas hasta Alá. Yippee ai attee ai ai . Y la alocada Brigada Lincoln, un puñado de mozos valientes, aguantaron durante meses todos juntos el frente contra Franco y el lacayo del Duce...»).

La célebre 'Ay Carmela' , compuesta a principios del siglo XIX y adoptada por los soldados españoles que lucharon contra los invasores franceses, fue recuperada por los republicanos para la batalla del Ebro («El Ejército del Ebro. ¡Rumba la rumba la rum bam bam! Una noche el río cruzó. ¡Ay, Carmela, ay, Carmela! Y a las tropas invasoras. ¡Rumba la rumba la rum bam bam! Buena paliza les dio. ¡Ay, Carmela, ay, Carmela!»).

Trincheras en el Jarama

El acervo popular propiciaba que estos temas sobrevivieran durante décadas. La copla reinaba desde los tiempos de Alfonso XIII, con intérpretes como Imperio Argentina, Estrellita Castro y Conchita Piquer, y títulos como 'La falsa moneda' , 'Mi jaca' , 'El día que nací yo' , 'Échale guindas al pavo' , 'Ojos verdes' ... También Angelillo (con su mítica ' Milonga de la hija de Juan Simón' ). 'Los cuatro muleros' , copla popular rescatada por Lorca, fue de las más tatareadas durante el asedio a Madrid. Así como 'Los cuatro generales' , del citado Paul Robeson («Madrid, ciudad maravillosa, mamita mía, quieren tomarte. Pero tus valientes muchachos, mamita mía, no te deshonran»).

El fútbol y el himno de la selección nacional eran elementos comunes de los bandos enfrentados. Luego a Franco no le hizo gracia y lo silenció, a pesar de que no había carga ideológica (más bien carga épica al estilo del «¡A mí, Sabino, el pelotón, que los arrollo!» de José María Belauste a Sabino Bilbao en los Juegos de Amberes, hace ahora 101 años). ¿Cómo? ¿Que la selección española tenía un himno? Pues sí, 'Los leones rojos' , con letra y música de R. de Castro, G. Tablas y F. Gravina, e interpretado por el famoso cantante de zarzuela Pablo Hertogs . Atención al texto: «Rojos leones ardientes de legendaria fiereza, los de jugadas valientes, los de la franca entereza. Aunque a vuestro paso ladre la impotencia del felón, España, como una madre, os lleva en el corazón. Y cuando tiende los ojos, lanza ese grito triunfal: ¡Vivan mis leones rojos del equipo nacional!». Y sigue por la misma línea.

También se escuchaban con deleite los sones cubanos flamencos, como 'Madúralo' , en las voces de La Niña de los Peines y el Niño Ricardo , y cuplés como 'Las tardes del Ritz' , interpretado por Margarita Cueto . Y las canciones de películas, como 'Sus ojos se cerraron' , de Carlos Gardel (del filme 'El día que me quieras') o 'Cheek to cheek' , de Fred Astaire (de 'Sombrero de copa': «Y me parece encontrar la felicidad que buscaba... Cuando estamos juntos bailando mejilla con mejilla»).

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