LIBROS
Antonio Soler recorre la Barcelona anarquista
¿Quién fue Salvador Seguí, el Noi del Sucre? Antonio Soler le sigue los pasos a través de una Cataluña convulsa
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Iniciar sesiónPocas ciudades del mundo pueden exhibir tanta suerte literaria como Barcelona. No hay década del siglo XX o en lo que llevamos del XXI que no haya entregado una buena novela que tenga a Barcelona como protagonista. A los nombres de Juan Marsé, Eduardo ... Mendoza y Francisco Casavella , todos originarios de esa ciudad, hay que unir el del malagueño Antonio Soler , que en «Apóstoles y asesinos» nos da una obra de referencia, internándose con éxito en el difícil género de la novela histórica.
A medida que avanza su lectura, resulta difícil decidirse sobre si este libro es tan bueno porque los hechos que trata son en sí mismos materia de primera magnitud novelesca, o si acaso lo percibimos así gracias al singular talento literario de Soler . Finalmente, el lector cierra el libro convencido de que resulta inútil hacerse tal pregunta. Las buenas novelas históricas son precisamente las que hacen que pueda formularse una pregunta que no tiene respuesta.
Luchas sindicales
Con todo, hay que admitir que la historia elegida recorre de la mano de la vida pública del anarquista Noi del Sucre, seudónimo de Salvador Seguí , hechos apasionantes, como la fundación de la CNT , la Semana Trágica, las luchas sindicales clandestinas, y las intrigas políticas y policiales de las dos décadas más convulsas de la Historia de Cataluña en el siglo XX.
Pero unos hechos, por apasionantes que resulten, no son suficientes para que una novela funcione. Hay varias opciones tomadas por el novelista que merecen destacarse. La primera es de tono narrativo. Adopta una alternancia entre presente histórico y pasado , de manera que el lector con mucha frecuencia ve pasar los hechos como si se estuvieran desarrollando en ese momento, lo que me parece un acierto.
Antonio Soler ha dado una lección de maestro, en esta ocasión en la novela histórica
Otro fenómeno destacable es que lo que se cuenta es lo que ha podido saberse porque o bien es público o bien es verosímil a partir de lo registrado. Una novela histórica no debe engañar nunca al lector, y no engañarle significa contraer con él un pacto de credulidad. La trama de «Apóstoles y asesinos» es creíble . Para lograr esa impresión es importante que haya una labor de documentación, que en esta novela es fundamental, además de un deseo de verdad, es decir, de no manipular a unos personajes que, como Seguí, Lluís Companys y Ángel Pestaña, entregaron su vida a unos ideales.
Seres llenos de vida
La seriedad y el respeto, exento de idolatría, con el que son tratados, solo puede tenerlos un novelista acostumbrado, como Antonio Soler, a medirse con personajes. No s on aquí muñecos o simples comparsas, son seres llenos de vida, porque además de héroes de su causa eran personas con luces y sombras. Tanto, que la conclusión que he sacado es que posiblemente no haya mejor forma de acercarse a la gran Historia que por medio de las buenas novelas que han nacido para contarla.
Lo que Galdós, Baroja y Valle-Inclán hicieron con las guerras carlistas lo hace Antonio Soler con los treinta años previos a la Guerra Civil. Episodios como la decepción de Pestaña en su viaje a la URSS y su entrevista con Lenin son necesarios para explicar el gran divorcio ocurrido entre las izquierdas republicanas. Sin conocerlo no sabríamos explicar no ya el fracaso de la República, tampoco el momento presente, muchas veces hijo de aquellas convulsiones. También las cloacas policiales o la corrupción de la política, como muestra el relieve que adquiere la figura de Martínez Anido. Soler ha dado una lección de maestro, en esta ocasión en la novela histórica.
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