Annie Ernaux, el riesgo de escribir

Tanto la novela como el diario son de esos pocos casos en que un título logra plasmar la esencia de la obra: ‘Pura pasión’ y ‘Perderse’. Son títulos geniales porque de eso van los libros, de la pasión y de perderse en ella, de sentir debilidad por alguien.

Ernaux utiliza lo subjetivo para llegar a lo colectivo, escribe su intimidad para reflejar conflictos, pensamientos, emociones y sentimientos en los que podemos reconocernos. Ahí también reside su genialidad. En este caso, habla del deseo, de todo lo que implica, de lo que verdaderamente significa una pasión, de su dolor y su placer, de esa mezcla de obsesión, locura, angustia y felicidad (por muy breve que sea) que provoca, de todo lo que una es capaz de hacer por vivir esa intensidad, aunque lo tenga todo en contra y sepa que la historia acabará mal.

En la escritura de esa experiencia, Ernaux revela la intimidad de una mujer llevada por ese impulso, su insaciable necesidad de sexo y amor con la persona amada, más allá de toda razón y todo límite. Ahí está el verdadero riesgo: en la autonomía moral de la escritora. Ernaux es consciente de la relación vampírica que tiene con su amante, su dependencia de él, su subordinación a los deseos del otro, pero le da lo mismo, solo está esa pasión, ese deseo de amar y sentirse amada. No esconde la oscuridad que hay en esa vivencia, su soledad y su vacío, los sentimientos contradictorios que le provoca, sus ganas de vivir y morir.

Sabe que un día terminará, pero solo ve lo que tiene ahora. Quiere olvidarlo, pero no puede. De ahí procede la verdad del relato : de ese riesgo de expresar la complejidad de la vida lejos de moralismos edificantes.

Pero ‘Perderse’ no solamente es un testimonio ambiguo y profundo (que ya es mucho) sobre la vivencia de una pasión, sino también una confesión bellísima sobre el sentido de la escritura , de su relación con la vida, su dificultad de retener sus verdades. La lucidez de Ernaux también reside en hallar el tiempo, el tono y las palabras precisas para relatar las cosas tal y como son: el deseo y la escritura como un veneno, capaz de destruirte.