LIBROS
Alessandro Baricco, ¿subvenciones públicas para la cultura en crisis?
Europa necesita a escritores e intelectuales como Baricco, capaces de mantener su espíritu inconformista. En este ensayo aborda el apoyo a la cultura
César Antonio Molina
Durante la última crisis económica, Alessandro Baricco escribió varios artículos hablando de las subvenciones a la Cultura. Al faltar dinero, con la quiebra del sistema financiero salvado por los estados, se especulaba, se protestaba y se debatía el destino tan generoso que, durante décadas, se ... había entregado a los teatros, museos , festivales, exposiciones grandilocuentes, congresos evitables, fundaciones incontroladas y asociaciones diversas. Evidentemente, el escritor turinés se centraba en su país, pero muchos de sus comentarios nosotros también los podemos tomar como propios. Tras las auditorías, el mundo de la gestión cultural no había salido muy bien parado .
Las razones para apoyar a la Cultura con dinero público, Baricco las resume en tres aspectos fundamentales: ayudar a un mayor acceso a la misma; defender aspectos imposibles de sobrevivir en el mercado libre ; y, finalmente, la necesidad de la democracia de motivar a sus ciudadanos para que asuman sus responsabilidades. La democracia necesita tener ciudadanos informados, cultos, con principios morales sólidos y culturales fuertes. Defendiendo la cultura de sus gentes, la democracia se ayuda a sí misma contra los populismos y totalitarismos.
Las redes sociales
Pero, después de tantas catástrofes, esto ¿aún sirve? Baricco cree que sí, que todavía son justas y legítimas estas ayudas, pero que habría que readaptarlas a los nuevos tiempos. En el mundo de ‘The age of mass intelligence’, la «inteligencia» (son mías las comillas) de masas, la cultura ya no es un privilegio restringido . El aumento de la accesibilidad se ha incrementado. Internet, la globalización, las nuevas tecnologías, las redes sociales, una mayor riqueza, el aumento del tiempo libre, las grandes multinacionales, no solo influyeron en las subvenciones, sino también en un nuevo desarrollo de la sociedad.
¿No sería mejor dejar funcionar al mercado y no molestar e intervenir con dinero público? Para Baricco es curioso que el mundo editorial y el audiovisual estén más al margen de los poderes públicos; mientras que la música clásica, la ópera, el teatro o el cine son sus principales destinatarios. ¿Es mejor subvencionar a estas manifestaciones artísticas a las que ya no acuden los jóvenes, o desplegar todo ese dinero en la enseñanza para recuperarlas ? ¿ Y no sería también más necesario ocuparse de su difusión a través de las televisiones y los otros medios de comunicación? ¿Es necesario apoyar a la ópera o al teatro a donde no van ya los jóvenes porque no saben ni lo que son? ¿No sería mejor crear afición a través de la educación cultural?
Hay que destruir el tabú de la cultura como negocio. No tener miedo a la iniciativa privada
«¿Hoy hay una red de impresionante lucidez intelectual capaz de entender mejor que los demás el espíritu de nuestro tiempo y la dinámica de la inteligencia colectiva?», se pregunta el novelista. Y él mismo lo duda. ¿No podrían hacer esta labor mejor las empresas privadas, el mercado?. Quizás no, pero tampoco peor que lo público. Baricco está contra la posición monopolística ideológica llevada a cabo con el dinero público. Habla incluso de daños que se pueden producir por este motivo. El turinés arremete contra la música clásica atonal, contra el teatro de vanguardia y las instalaciones artísticas, pues son la degradación de la cultura como saber.
El autor de ‘El nuevo Barnum’ (el apellido del célebre empresario especializado en espectáculos basados en fenómenos ‘frikis’ ) defiende la necesidad de empresas privadas que gestionen la cultura, y ataca a aquellas fundaciones que presumen de no buscar el ánimo de lucro. Para él, hay que ayudar a quienes sean capaces de producir cultura buena y beneficios. Y hacerlo a través de la rebaja de impuestos, facilidades inmuebles, aligerar los costes de las cargas sociales o animar a los bancos a que den préstamos recuperables, «trabajar en un campo abierto en sintonía con los consumos reales, aligerado de las trabas políticas».
Televisión basura
El fracaso de las subvenciones públicas, para Baricco, se manifiesta en el crecimiento de la televisión basura y el entretenimiento de los videojuegos . ¿Hubiera sido lo mismo si ese dinero hubiera estado dirigido a formar a las nuevas generaciones desasistidas de orientación cultural? Hay que destruir el tabú de la cultura como negocio. No tener miedo a la iniciativa privada. «¡Cerrad los teatros y abrid uno en cada escuela. Poned profesores dignamente pagados. Formad un público culto, consciente, crítico. Llevad a cabo una segunda alfabetización!». Clama el autor de esta colección de artículos o breves ensayos, escritos en diversos medios de comunicación durante este siglo. En este libro también se habla de otros asuntos. Los muy variados deportes, la política en USA e Italia, de lugares del mundo, de Facebook, así como de otros escritores. «Los toros son un horror grotesco que algunos toreros (en su caso El Juli, el Mozart de la lidia) transforman en un espectáculo sublime», dice Baricco, quien le augura a la fiesta poco futuro.
Ve a la lectura en grave peligro por las nuevas tecnologías . A la crítica la califica de «oficio pasional ciego, maleducado, agresivo y vergonzoso, de una autoestima delirante, donde abunda el talento sobre la sensatez y las buenas maneras». Y al mundo en que vivimos lo denomina « bárbaro carente de una dimensión a la que estábamos acostumbrados, la de la profundidad, ahora sustituida por la superficialidad». Europa necesita a escritores e intelectuales como Baricco, capaces de mantener su espíritu inconformista.
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