ENTREVISTA
Alan Parks: «Adoro los clichés que acompañan a los detectives en la ficción»
Desde su Escocia natal, llegan sus historias del género «Tartan Noir». Un autor que, tras dedicarse a la música, crea la serie de Harry McCoy. El día 13 se publica el segundo título protagonizado por este policía de corte clásico, «Hijos de febrero»
Marina Sanmartín
«Cualquier ciudad, por pequeña que sea, está de hecho dividida en dos: una, la ciudad de los pobres; otra, la de los ricos; están en guerra una con otra». Con esta cita de la República de Platón, el escocés Alan Parks, con ... un pasado profesional vinculado a la empresa discográfica, nos introdujo en 2020, al publicar su ópera prima, Enero sangriento (Tusquets Editores), en el universo del detective Harry McCoy, un policía de infancia traumática , destinado a convertirse en el hilo conductor del recorrido de Parks por la pauperizada Glasgow de 1973; un recorrido fragmentado en doce novelas muy negras, una por cada mes del año, que, sin restarle protagonismo al crimen, sumerge al lector con audacia e inteligencia en una realidad urbana que atesoró su mayor encanto en la ruina.
Con Hijos de febrero , la segunda entrega de su serie literaria, a punto de llegar a las librerías, Parks da un paso más en la investigación de las pulsiones humanas y añade a la sangre las tempestades que sólo son capaces de despertar el amor y el fútbol . En esta ocasión, serán un jugador del Celtic, brutalmente asesinado, y un escurridizo sicario quienes protagonicen los desvelos de Parks y McCoy, autor y personaje de uno de los títulos con más papeletas para conquistar el corazón de los aficionados a la ficción policiaca en este primer trimestre del año.
¿Cuál es la primera imagen que recuerda de Harry McCoy?
Todo surgió a partir de una fotografía que vi, tomada en los años 70. Era la imagen de un tipo de pie, en una esquina del distrito de Springbrun, en el centro de Glasgow. Aquel hombre tenía la ciudad a sus pies y la luz del crepúsculo, junto con la brillante iluminación urbana, le confería a la situación un aire muy glamuroso, como si Glasgow no fuera Glasgow, sino Los Ángeles o algún lugar por el estilo. Entonces me di cuenta de que, justo un día antes, yo había estado en esa misma esquina, porque allí está ahora mi peluquería y había ido a cortarme el pelo. De repente, la idea de que la ciudad que Glasgow fue en los 70 aún continuara viva surgió ante mí con fuerza y deseé escribir sobre ella. Lo siguiente que pensé fue que el tipo bien podría haber sido detective, y así nació McCoy, de lo que me inspiró esa fotografía, que ahora tengo enmarcada.
«Tal vez sea cierto que el lugar desde y sobre el que se escribe influye en el estilo y haya un poso de humor negro escocés»
McCoy comparte muchos rasgos con otros detectives de ficción emblemáticos, pero ¿qué lo diferencia?
Adoro los clichés que acompañan a los detectives en la ficción. Me gusta que beban demasiado, que sus vidas privadas sean un desastre, que tengan un buen compañero y un jefe cabreado… A McCoy no le he negado nada de esto, ¡pobrecillo!, pero también le he regalado un pasado que lo distingue: el hecho de que haya tenido una infancia problemática e infeliz le permite ver el mundo desde una perspectiva muy diferente a la del resto de sus compañeros policías y posicionarse del lado de aquellos que, como él, en un momento dado han sido maltratados por la vida. A menudo McCoy entabla amistad con esta clase de perfiles, la gente de la calle, los desequilibrados. Ellos lo ayudan a ver, en su recorrido por la ciudad, lo que a otros investigadores se les escapa.
¿Y qué le confiere al Tartan Noir identidad propia dentro de la ficción criminal? Más allá de la ubicación geográfica, ¿hay algo intangible que conecta sus novelas con las de Val McDermid o William McIlvanney?
Esta es una pregunta difícil. Para mí, un thriller p uede calificarse de Tartan Noir en el momento en que la acción se sitúa en Escocia y el crimen es el punto fundamental de la trama. Son tantos los libros que se han incluido en esta categoría, que difícilmente se me ocurre que tengan más cosas en común. En cuanto a mi «conexión» con otros autores relacionados con el subgénero, tal vez sea cierto que el lugar desde y sobre el que se escribe influye en el estilo y aúna las voces; tal vez haya un poso de humor negro común, pero no me atrevería a afirmarlo con rotundidad.
«Sé cuál es el destino de mis personajes, pero no cómo van a llegar allí. La literatura mezcla conocimiento e incógnita»
«Hijos de febrero» es la segunda de doce novelas. ¿Conoce ya el destino y la evolución de sus personajes o, como para el lector, también es una incógnita? ¿La literatura es una confesión o una investigación?
Yo sé cuál es el destino final de mis personajes principales, pero no cómo van a llegar hasta él. Ese camino es mi aventura, lo que convierte la literatura en una mezcla de conocimiento e incógnita. Por ejemplo, la trama inicial de Hijos de febrero iba en dirección contraria a la definitiva. Lo que la cambió fue que, un día, necesité darle nombre al hogar infantil en el que McCoy y Cooper residieron durante los 60. No era una encrucijada difícil, se trataba, nada más, de encontrar un lugar que mencionar en un par de frases. Escribí en la barra de búsqueda de la web : «hogar infantil Escocia años 60». Y todo cambió. Uno tras otro, aparecieron ante mí un sinfín de artículos sobre los abusos a menores en aquellas instituciones, y comprendí que, si Cooper y McCoy habían vivido allí durante la época, probablemente, también los habrían sufrido. De esta manera la novela tomó un rumbo completamente diferente y la trama sobre los abusos en la infancia y sus repercusiones en la edad adulta se convirtió en una de las más importantes del relato.
¿Escribir sobre el pasado es una ventaja o un reto?
Una ventaja. La falta de tecnología se lo pone más fácil al misterio. Si McCoy habitara el presente, se pasaría la vida delante del ordenador y con su móvil en el bolsillo, sonando constantemente. El reto está en lograr que el pasado parezca tan real e interesante como nuestro mundo actual, y eso implica incluir en la narración la cantidad justa de detalles para que el tiempo de la acción resulte convincente. El peligro reside en pasarse de detallista y hacer demasiado evidente ese proceso de investigación previo a la escritura. Si nos empeñamos en pulir en exceso el retrato de la época, este dejará de ser un apoyo para la verosimilitud de la historia y se convertirá en un obstáculo. También me interesa la idea de que miramos al pasado con el filtro del hoy, lo que lo convierte en un pasado diferente al que fue, un pasado dentro del presente.
«La forma en que la gente se expresa ilumina su bagaje y nos da pistas sobre su entorno social»
¿Qué ha perdido y qué ha ganado la Glasgow real, del siglo XXI, con respecto a la de los años 70?
«Ha perdido» encierra una connotación, insinúa que el pasado fue mejor y yo no lo creo. Recuerdo cómo era la ciudad entonces, sucia, sin calefacción ni agua en muchos hogares. Fueron tiempos muy duros. La industria quebró y aumentó la violencia, sin embargo he aquí una gran ironía: todas aquellas cosas que hacían la realidad inhabitable y a la Glasgow de los 70 un terrible lugar para vivir le dieron a la vez una pátina literaria maravillosa, la convirtieron en un espacio interesante sobre el que escribir. Lo único que lamento del paso del tiempo, por ponerme nostálgico, es que el progreso le ha arrebatado lo que la diferenciaba de otras ciudades europeas. Ahora es como ellas: saludable, vibrante y plagada de franquicias.
«Miramos el pasado con el filtro de hoy»
Gracias a la excelente traducción de Juan Trejo, apreciamos la importancia del lenguaje en sus diálogos.
Los diálogos en la ficción son importantes por dos razones, por lo que se quiere decir y por cómo lo decimos. La forma en que la gente se expresa ilumina su bagaje y nos da pistas sobre su entorno social. Si se construye bien, el diálogo es una herramienta narrativa perfecta para esbozar un personaje y yo confío en que la diferencia de los míos a la hora de expresarse contribuya a reforzar su credibilidad, su identidad individual.
¿Cuál es su huella como escritor?
Es muy difícil ser objetivo ante tu propia obra, pero me gusta pensar que en ella hay cabida para una serie de perfiles atípicos, poco habituales en la novela criminal ambientada en Glasgow. Y luego está la música; la música es muy importante en mis libros; es fundamental.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete