ARTE

La abstracción depurada de Ibarrola

José de la Mano (Madrid) recupera una etapa geométrica «desconocida». Rekalde (Bilbao) le analiza en sus materiales. Reivindicación de Agustín Ibarrola

Detalle de una de las piezas en la galería José de la Mano

Carlos Delgado Mayordomo

Desde hace más de una década, la galería José de la Mano , en Madrid, ha puesto en escena el trabajo de artistas españoles y latinoamericanos que, pese a su importancia histórica, apenas han tenido representación en el mercado. Una de las vías ... de trabajo de la galería es la recuperación del arte normativo nacional, cuya génesis aconteció en los años cincuenta y encontró una formulación estable con Equipo 57 , en cuya nómina se encontraba Agustín Ibarrola (Bilbao, 1930).

La actual cita centra su mirada en él, cuyo compromiso ético impulsó su posterior paso a la figuración junto al movimiento Estampa Popular , en una búsqueda de la eficacia social del arte que la abstracción normativa no le había permitido alcanzar. Su involucración en la defensa de las libertades durante el franquismo -por lo que padeció persecución y encarcelamiento- generó una obra centrada en el mundo del trabajo, tanto en sus aspectos reivindicativos, con asambleas y masas en manifestación, como representando los arquetipos del obrero y el campesino.

La decadencia de la dictadura y la llegada de la democracia liberó a Ibarrola de la exigencia de esta iconografía proletaria . Y si bien su trabajo nunca abandonará la implicación ideológica, abrió las puertas hacia la experimentación plástica y la indagación de las posibilidades geométricas que había explorado durante la experiencia de Equipo 57. A este nuevo periodo pertenecen, en gran medida, los lienzos expuestos en José de la Mano : sobrias composiciones, elaboradas entre los años 1973 y 1979, donde el blanco, el negro y el protagonismo constructivo de la línea emplazan nuestra mirada ante una imagen esencial y despojada de narración.

Golpes en la reja

Esta gramática abstracta no elude, sin embargo, lecturas que se fundan sobre referencias hacia alguna forma de realidad. Los fondos neutros y el rigor compositivo reflejan un universo estático , pero cuyas partes constituyentes despliegan un rotundo movimiento hacia direcciones contrarias; en este sentido, el historiador Kosme de Barañano identificó estas piezas como un posible emblema de la lucha de clases. Otras pinturas, estructuradas con bandas rectas y paralelas, pueden someterse a la interpretación que el artista refirió en 1978 respecto a su traumática experiencia en la cárcel: «Al atardecer golpeaban las rejas con una barra de hierro para comprobar que no estuvieran cortadas, y hacían un ruido que yo visualizaba en forma de rayas».

A partir de 1982, desplazará sus geometrías y sus tramas más allá del soporte tradicional: su trabajo poblará entonces bosques, escolleras o traviesas de ferrocarril . La visibilidad pública de estos proyectos ha eclipsado otras partes de su investigación, como las espléndidas piezas que integran esta muestra, y donde localizamos a un Ibarrola en un momento especialmente lúcido de su investigación formal.

Agustín Ibarrola. El fondo liberado [1973-1979]. Galería José de la Mano. Madrid. C/ Zorrilla, 21. Comisario: Mikel Lertxundi Galiana. Hasta el 6 de febrero.

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