Los comisarios de «La bestia y el soberano» acusan al director del MACBA de mentir y censurar

La mecha de la polémica llegó de la mano de la obra Not Dressed for Conquering, una escultura incluída en la muestra pertenenciente a la artista austriaca Ines Doujak, que ya se había expuesto anteriormente en la Bienal de Sao Paulo de 2014, y en la que la artista reconocía como protagonistas de la escena sexual plasmada al rey Juan Carlos I y la líder feminista boliviana Domitila Barrios de Chúngara. En sus palabras, esta era «una representación visceral de la explotación» fruto de su proyecto artístico Loomshuttles / Warpaths sobre las relaciones entre Europa y Sudamérica, y que en su día pasó bastante desapercibida. Para Marí, no era apropiado que el centro barcelonés (que este año cumple dos décadas de existencia) la expusiera («su mensaje era contradictorio con la línea con la que trabajamos aquí», ha declarado), por lo que solicitó a los comisarios que la retiraran. Ante la negativa de estos, tomó la decisión de la cancelar la muestra.

En un comunicado hecho público ayer por los comisarios se explica que «la dirección del MACBA tenía conocimiento tanto del concepto curatorial como del contenido concreto de las obras. El director había validado el proyecto y, tanto su descripción, como la lista de artistas figuraban en la página de internet del MACBA desde hace semanas»; página, que ayer por la mañana dejó de estar operativa. A su juicio, –y así lo expuso durante las discusiones previas a la cancelación–, «la obra se inscribe en una larga tradición artística de la caricatura, las esculturas carnavalescas y la parodia iconoclasta y, por tanto, no constituye una ofensa personal a un individuo, sino la reformulación crítica de unos imaginarios colectivos».

Marí respondía ayer a la prensa argumentando que «toda obra tiene un mensaje y no creo que el MACBA deba emitir este mensaje». Él, que dice haber «defendido, apoyado y estimulado esta exposición, con la que no tengo ningún problema», asumía la «responsabilidad y las consecuencias» de la decisión de retirar la obra y, más tarde, de cancelar toda la muestra: «El MACBA es un museo público. Si fuera una institución privada, sería diferente. He cancelado la exposición por coherencia, no por miedo o presiones». El director tachó de «muy frustrante» la decisión, algo que no le ha sucedido en 25 años de trabajo en este sector, en que ha mantenido muchas discusiones con artistas y comisarios «pero nunca algo así». Por su parte, Dressler, Christ, Preciado y Roma apostillaban que aceptar la supresión de la obra de Doujak no sólo habría comprometido la integridad conceptual de la exposición, sino que también «amenaza nuestra comprensión del arte, de la libertad de expresión, así como del rol del museo en la sociedad contemporánea». Por eso no dudan en considerar la cancelación de la exhibición en Barcelona como «un acto de censura».

Las posturas de uno y otros vuelven a traer a colación el eterno debate entre libertad de expresión y derecho a la intimidad, el honor y la propia imagen, así como iza una vez más la bandera de la censura en el ámbito de la cultura. Si para los comisarios, Marí estuvo informado en todo momento de los contenidos de La bestia y el soberano (muestra coproducida junto al Württembergischer Kunstverein (WKV) de Stuttgart , cuyos directores han decidido continuar con el proyecto y abrir la exposición tal como fue concebida para el MACBA «tan pronto como sea posible»), para el director catalán, este no ha sido «un caso de censura o de presiones externas», sino «un lamentable error de comunicación». De hecho, un portavoz de Casa Real señalaba a Europa Press que la institución no había intervenido para nada en esta decisión, que atribuían en exclusiva al centro artístico. También se mantenían al margen, con la misma excusa, el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, y el concejal competente del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Ciruana.

Lo que no se podía evitar ayer era el revuelo entre los trabajadores del centro, y, sobre todo, las reacciones en el ámbito artistico local y nacional, que se manifestaba abiertamente en las redes sociales, vía desde la que se convocaba a un concentración a las 19:30 horas (horario en el que estaba prevista la presentación de la muestra), a las puertas del MACBA a todos aquellos que quisieran protestar contra lo sucedido. La iniciativa consiguió reunir a un centenar de personas, entre los que se encontraban algunos de los artistas incluidos en la muestra, como Julia Montilla o Jorge Ribalta , que ya no podrán mostrar su trabajo en esta cita.

La polémica deja en un lugar muy delicado a todos sus protagonistas. A Roma y Preciado, integrantes del equipo comisarial que Bartomeu Marí creo hace menos de un año y que se vendió como proyecto ilusionante, se ven ampliamente cuestionados. Por su parte, al director del MACBA le han llovido las críticas desde todas las esferas del mundo del arte (con duras apelaciones desde la Plataforma d'Arts Visuals y la Asociación Catalana de Críticos de Arte ). Este ha declarado que «no piensa dmitir», y que su papel ahora es velar para que la institución sufra lo menos posible: «Este es un fallo de seres humanos, pero no un fallo de confianza en los comisarios. El MACBA trabaja siempre con una gran libertad y responsabilidad, y tiene una filosofía muy abierta, pero hay mensajes que no hay que vehicular desde el museo», ha subrayado el director, que argumentó su decisión a los trabajadores por correo electrónico y está «abierto a explicarla a quien lo pida». De momento, mañana debía presentarse la programación del museo para la próxima temporada, acto que se ha cancelado, por lo que no habrá oportunidad ni de hacer preguntas en público ni de ver al equpo directivo unido tras la polémica.

La bestia y el soberano, la muestra que debía haber abierto sus puertas ayer, tomaba el título de los seminarios que el filósofo Jacques Derrida impartió en París a principios del siglo XXI, planteándose como una reflexión artística de cuestiones como la soberanía y la relación del individuo con el poder. La decisión tira a la basura, al menos en España, su presupuesto de 240.000 euros. Desde el MACBA ya se han apresurado a decir que su hueco será ocupado por obras de la colección. Para los comisarios, que se oponen a las decisiones individuales del director, «el significado de las obras de arte está abierto a la interpretación pública y no puede ser fijado de antemano. La exposición es precisamente el lugar en el que se construye una esfera pública donde el debate y la práctica crítica puedan tener lugar». El papel del museo queda en entredicho. Los próximos días irán mostrando cómo acaba esta polémica.