Víctor del Árbol: «Busco escribir con intención, no limitarme a ser un espejo»

- ¿Y como lector?

- Me interesan los libros que sacudan mis certezas estéticas y éticas, que me obligan a cuestionarme mis prejuicios.

- ¿Sobre qué temas suele escribir?

- Mi voz narrativa se va configurando entorno a la contradicción humana, la desconfianza hacia los héroes, los ladrones de infancias, la ausencia del padre, el instinto de sobrevivir por encima del dolor. La memoria y su evocación ideal. Sus mitos y mentiras.

- ¿Dónde ha publicado hasta el momento?

- «El Peso de los Muertos», en 2006 con editorial Castalia; «La Tristeza del Samurai», con editorial Alrevés en 2011 y Random House (bolsillo en 2012) además de en otros 14 países; «Respirar por la Herida», en Alrevés y Random House en 2013; «Un Millón de Gotas», en editorial Destino en 2014.

- ¿Con cuáles de sus «criaturas» se queda?

- La última que llega siempre es la que necesita más mimos. Las anteriores ya caminan solas y no me necesitan tanto. «Un Millón de Gotas» es muy especial.

- El día que leyendo a Homero, siendo niño en la biblioteca, decidí cambiar la suerte de Aquiles y de Héctor. Tardé casi treinta años en entender lo que ese deseo significaba.

- ¿Cómo se mueve en redes sociales?

- Con cautela, con respeto y con entusiasmo.

- ¿Qué perfiles tiene?

- Facebook , Twiter , página web ...

- ¿Cuenta con un blog personal?

- Sí, La Hoja de Víctor , en blogspost.

- ¿Qué otras actividades relacionadas con la literatura práctica?

- Festivales literarios, conferencias, talleres de escritura y esporádicamente colaboraciones en reseña literaria o artículos de opinión.

- ¿Forma parte de algún colectivo/asociación/club?

- A parte del club deportivo en el que practico deporte, no. Dejé hace poco de estar sindicado.

- ¿En qué está trabajando justamente ahora?

- En una historia que será muy diferente a las anteriores. El tema será esta vez ciertas formas de locura, y cómo nos ubicamos hoy en día, en un mundo que a cada paso amenaza con dejarnos en la cuneta. 

- ¿Cuáles son sus referentes?

- En lo literario, Albert Camus y Dostoievski. En otros ámbitos, no soy nada mitómano. Pero siento una atracción muy fuerte hacia la personalidad de Nelson Mandela y de un pintor, Nicolás de Stäel.

- ¿Y qué otros colegas de generación (o no) destacaría?

- Algún día me gustaría conocer a Juan Marsé y entender por qué y cómo escribió «Últimas tardes con Teresa». Haría lo mismo con Delibes , sentado en esa habitación frente a Mario y su viuda, y me gustaría poder despedirme de Ana María Matute . Admiro la constancia vigorosa de Lorenzo Silva , la fuerza tranquila de Rafael Reig , la calma de Alfons Cervera . Me encanta Chirbes , y he disfrutado con Jesús Carrasco .

- ¿Qué es lo que aporta de nuevo a un ámbito tan saturado como el literario?

- Una voz distinta, la mía. Una forma de ver las cosas que es particular y que se refleja en la garra, en la conjugación de géneros, en el tratamiento de los personajes. Ni mejor ni peor. Diferente, nada mimético.

- ¿Qué es lo más raro que ha tenido que hacer como escritor para sobrevivir?

- Pagarme de mi bolsillo un viaje a más de quinientos kilómtetros para estar en un club de lectura y que solo hubiera tres personas. Regalar libros dedicados y encontrarlos en eBay , acudir a una presentación en París y darme cuenta de que había perdido la documentación, el dinero, el teléfono y el billete de vuelta... y muchas cosas que formarán parte del anecdotario.