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Sophie Hannah: «Yo no habría matado a Poirot, como hizo Agatha Christie»

Agatha Christie ya tiene sucesora: Sophie Hannah. Esta escritora de «thrillers» ha sido la encargada de continuar la serie del detective Hércules Poirot en «Los crímenes del monograma»

Sophie Hannah: «Yo no habría matado a Poirot, como hizo Agatha Christie» abc

antonio fontana

Hércules Poirot ha vuelto. Probablemente no sea necesario que les recuerde quién es, pero por si acaso: el célebre detective belga de Asesinato en el Orient Express y Muerte en el Nilo. Cabeza en forma de huevo, bigotito tieso, modales remilgados. Un fanático del orden, el método y las células grises. A los mil y un casos que resolvió entre 1920 y 1975 se suman ahora Los crímenes del monograma , «cometidos» por Sophie Hannah (Manchester, Inglaterra, 1971). Poeta y escritora de libros infantiles, fueron sus escalofriantes thrillers policiacos –Matar de amor, La mala madre, La cuna vacía– los que hicieron que los herederos de Agatha Christie se fijaran en ella. Nada menos que para «resucitar» a Poirot. Un regreso con todos los honores.

La literatura está plagada de detectives. ¿Qué convierte en único a Hércules Poirot?

Es Hercule, no Hércules.

Ya, ya, pero en España siempre le hemos llamado Hércules. ¿Qué hace tan especial a este investigador?

Sus cualidades sobrehumanas proporcionan a los lectores una gran sensación de seguridad en un mundo confuso. Surge un misterio y no podemos encontrarle sentido –para ser exactos, aparentemente no se le puede encontrar sentido–, y entonces aparece Poirot para salvarnos de nuestra confusión. Es divertido, pero tremendamente circunspecto. Se divierte y disfruta de la vida, pero también planta cara al mal. Y es una combinación estupenda de caricatura fácilmente reconocible y de profundo carácter sabio y complejo. Nos da la sensación de que ha visto, sentido y experimentado muchas cosas en su vida, aunque nunca descubramos todos los detalles.

«Christie hacía las cosas simples en la superficie pero interiormente complejas»

Inteligente, afrancesado, elegante, vanidoso, educado, metódico, romántico. ¿Qué más cosas es Poirot?

Compasivo. Jamás disfruta castigando a los criminales, y en su forma de impartir justicia no hay venganza o mojigatería. Aunque cree que los asesinos tienen que ser castigados, empatiza con su vileza y le apena que hayan cometido esos actos terribles, tanto por ellos como por sus víctimas. Por lo tanto, es sobrehumano en dos sentidos: su inteligencia es superior, pero también lo es su humanidad. Ambas cosas se mezclan para otorgarle un sentido de la justicia sin fisuras.

¿No se olvida de sus defectos?

Supongo que pueden resultar irritantes su pulcritud obsesiva y su tendencia a pensar que la gente corriente es estúpida sólo porque no es tan brillante como él, pero incluso siendo consciente de que, objetivamente, puede ser inaguantable, para mí nunca lo ha sido. Sus defectos y su excentricidad me hacen apreciarlo aún más. Como muchos lectores de todo el mundo, confío en Poirot y sé que nunca me defraudará. Siempre resolverá el misterio y explicará lo que parecía imposible.

«Poirot es real. Procede de la ficción, pero la ficción es una clase diferente de realidad»

La acción de «Los crímenes del monograma» arranca cuando tres huéspedes del londinense Hotel Bloxham son asesinados. Es el enigma de la habitación cerrada multiplicado por tres. ¿Le van los retos?

Los retos creativos me gustan, pero no creo que tener tres asesinos triplique necesariamente el misterio. No es una cuestión de número. En mi opinión, el factor decisivo es tener una situación inconcebible y extremadamente desconcertante que al principio es imposible de desenmarañar, para que el lector se pregunte qué demonios está pasando y sienta que no sería capaz de resolverlo ni en cien años. Pero esta sensación se puede utilizar igual para un solo asesinato misterioso que para tres.

¿Dónde buscó inspiración para «Los crímenes del monograma»?

En la relectura de todas las novelas de Poirot y viendo las adaptaciones de David Suchet para televisión. Me volví a sumergir en el universo de Poirot y de Agatha Christie para escribir mi propio libro.

Sin embargo, no quiso adentrarse en la forma de escribir de Agatha Christie.

Sería imposible reproducir su forma de escribir; yo no podría evitar que mi estilo fuese diferente. No creo que un escritor pueda o deba copiar a otro. Me parece más auténtico producir una novela que difiera en cuanto al estilo, pero que, de un modo u otro, logre ser fiel a la esencia de la serie de obras que la han inspirado y de las que es continuación.

«Me gustaría que la propia Agatha le diese su beneplácito a mi novela»

Hoy priman las investigaciones a lo CSI, entre sádicos asesinos y cabezas y brazos amputados. ¿No cree que el método de Poirot –hacer trabajar a las células grises– está algo anticuado?

La intriga nunca pasa de moda. Por eso los libros de Agatha Christie siguen siendo tan apreciados, y por eso sigue siendo la novelista más vendida de la Historia. Muchos programas de televisión y también muchas películas intentan mantener el interés del espectador incluyendo más sexo y más violencia. Eso puede funcionar hasta cierto punto, pero la motivación para seguir leyendo o mirando no depende del nivel de violencia. Lo que nos engancha es el misterio, la intriga, el suspense.

Usted inventa un nuevo Watson que relata la investigación del detective belga: Edward Catchpool. ¿Por qué no recurrió al capitán Hastings, sempiterno acompañante del detective belga en las novelas de Agatha Christie?

De nuevo, la cuestión es el estilo. Que Catchpool sea el narrador explica el tono diferente de mi novela. Cuando el lector, inevitablemente, piense que la novela suena de manera distinta a como escribía Agatha Christie, la explicación razonable será el hecho de que Edward Catchpool, el narrador, nunca ha aparecido antes en una novela de Christie, de forma que es evidente que la voz, o el tono, o el estilo son ligeramente diferentes. No quería intentar reproducir la voz de Hastings y fracasar. Es decir, quería que mi novela fuese lo más original posible, y por eso, aparte de lo que ya venía «dado» –Poirot–, el resto quería inventarlo.

¿Por qué ha elegido como marco de la trama precisamente el año 1929?

Entre 1928 y 1932, Agatha Christie dejó de escribir historias de Poirot. El detective hizo su aparición en 1920, en El misterioso caso de Styles, y fue eliminado en Telón, en 1975. Los crímenes del monograma encaja en un afortunado hueco de la línea de su vida. No quería resucitarlo, ya que hubiese sido absurdo, y tampoco quería escribir una precuela, porque pensaba que la primera historia de Poirot, cronológicamente hablando, debería seguir siendo El misterioso caso de Styles.

«¿Es usted un pesimista nato? Recuperar a Poirot ha sido maravilloso»

Agatha Christie «mató» a Poirot. ¿Usted hubiera hecho lo mismo, se habría deshecho de él?

No, no creo que le hubiese matado. Le tengo demasiado cariño.

A su muerte, Poirot mereció una esquela en «The New York Times», como si se tratara de una persona real. ¿Hay mayor triunfo?

Bueno, es que es real. Procede de la ficción, pero la ficción es una clase diferente de realidad, no es irrealidad. Poirot existe en nuestras mentes, en nuestros corazones y en nuestra imaginación. Eso lo hace suficientemente real.

¿Se atrevería a escribir una aventura protagonizada por miss Marple, la otra «detective» de Agatha Christie?

Si quisiese hacerlo y pensase que era lo que tenía que hacer, sí. Pero no. Ahora que he escrito una novela de Poirot me parece que debería dejar que otra persona continuase con Marple, si los herederos de Christie así lo quieren.

¿El encargo de recuperar a Poirot fue un regalo envenenado?

No. ¿Por qué habría de serlo? Qué pregunta tan rara. ¿Es usted un pesimista nato? Ha sido maravilloso de principio a fin.

Me refiero a si los herederos de Agatha Christie le impusieron alguna condición a la hora de abordar la novela.

No hizo falta, porque cuando les expliqué mis ideas para mi novela de Poirot, quedó claro que estábamos totalmente de acuerdo en todos los elementos clave que el libro debía incluir; en particular, que la acción se tendría que situar en los años veinte en vez de actualizarla al presente, y que Poirot debía ser, en todos los detalles, el Poirot de Agatha Christie, sin añadirle ni cambiarle nada.

«"Asesinato en el Orient..." tiene el mejor final de toda la ficción policiaca»

Mientras escribía «Los crímenes del monograma», ¿llegó a sentirse desbordada por el proyecto?

En ningún momento; lo cual, visto en retrospectiva, resulta un poco sorprendente. No habría aceptado si no hubiese estado segura de que podía hacerlo. La razón por la que me sentía capaz es que Agatha Christie es mi mayor influencia, y su paradigma de lo que debe ser una novela policiaca es algo que interioricé siendo muy joven. Por supuesto, espero que la novela guste a los seguidores de Poirot. También me gustaría que la propia Agatha le diese su beneplácito.

John Banville, bajo el seudónimo de Benjamin Black, ha recuperado a Philip Marlowe, el investigador creado por Raymond Chandler. ¿Vivimos una moda «vintage»?

Sí, pero siempre ha sido así. El Rey Lear, de Shakespeare, estaba basado en otra obra teatral llamada Rey Lear.

«Las novelas de Poirot fueron las primeras que leí», ha declarado usted. ¿Cuál es su novela favorita de la «dama del crimen»?

Mis preferencias van cambiando, pero la que siempre se mantiene es Asesinato en el Orient Express, porque tiene el mejor final de toda la ficción policiaca.

«La novela policiaca exige una atención minuciosa al equilibro y a la estructura»

Este año celebramos el setenta y cinco aniversario de la publicación de «Diez negritos».

Creo que se refiere a Y no quedó ninguno, como se titula ahora.

Sí, pero en España se sigue llamando «Diez negritos». ¿Qué daría por escribir un «long seller» como ese?

La verdad, cuando escribo mis novelas no pienso en la popularidad ni en la longevidad. Me limito a intentar escribir el mejor libro posible.

Poirot ha tenido en el cine multitud de rostros: los de los actores Albert Finney, David Suchet, Peter Ustinov, Ian Holm, Tony Randall y Alfred Molina. ¿A quién se imagina interpretando «su» Poirot?

No tengo ni idea. En mi imaginación, Poirot es David Suchet, pero parece ser que no volverá a representar el papel. Así que... creo que en caso de emergencia me decidiría por Tom Cruise.

En 2004 usted fue elegida una de las poetas de referencia de Gran Bretaña, y su poemario «Pesimismo para principiantes», seleccionado para el Premio T. S. Eliot en 2007. ¿Es Sophie Hannah una poeta que juega a ser «dama del crimen» o una «dama del crimen» que escribe poesía?

Soy una escritora de novela policiaca y una poeta, aunque en este momento más lo primero. No encuentro mucha diferencia entre los dos géneros. Tanto la poesía como la novela policiaca exigen una atención minuciosa al equilibro y a la estructura.

Por cierto, ¿le molesta el calificativo «dama del crimen»?

No me veo como ninguna clase de dama, tan sólo como una autora de novelas policiacas.

También ha escrito libros infantiles.

Escribí rimas en inglés para tres libros de los mumins, personajes creados por Tove Jansson, y el primer libro que publiqué fue Carrot the Goldfish [Carrot, la carpa dorada], un cuento infantil que publiqué cuando tenía veinticuatro años. No obstante, no me considero realmente una autora infantil. Esos proyectos fueron excepciones.

«Leo a Ruth Rendell, Tana French, Nicci French y Jesse Kellerman»

Su padre, Norman Geras, era escritor. También lo es su madre, Adèle Geras. ¿Ese hecho determinó su vocación literaria?

Tanto mi madre como mi padre eran unos enamorados de los libros y me inspiraron un amor apasionado por ellos. De niña no tenía la menor duda de que los libros eran lo más importante del mundo.

Volvamos al género policiaco. Usted es famosa por la serie protagonizada por Charlie Zailer y Simon Waterhouse. ¿Qué busca con sus novelas?

Todo. Tramas brillantes e impredecibles, personajes complejos e interesantes, una atmósfera poderosa, que la escritura sea elegante... Quiero que los lectores queden atrapados y no puedan dejar mis libros. Y también animarlos a que reflexionen sobre los temas que afloran en ellos.

¿A qué autores de novela policiaca lee?

Me encantan Ruth Rendell, Tana French, Nicci French y Jesse Kellerman.

Para terminar, ¿qué diferencias hay entre la literatura de Sophie Hannah y la de Agatha Christie?

Christie tenía un talento que le permitía hacer las cosas superficialmente simples pero interiormente complejas. A mí me resulta difícil lograr la simplicidad que Agatha Christie parecía dominar con tanta facilidad.

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