Los creadores españoles esbozan un retrato actual de El Greco

CARLOS LEÓN. «En mis ocho años viviendo en Nueva York, eran frecuentes las visitas al Metropolitan para ensimismarme con el “Retrato del Cardenal Fernando Niño de Guevara” , una obra que parece pintada sólo con carmines. De El Greco me seduce su nomadismo, su carácter excéntrico por su formación, por su lejanía del poder... Sus salas del Museo de El Prado son otra cosa: pura contemporaneidad».

«No se puede llegar a más psicología, incluso psiquiatría, con tanta economía de medios» (P. Gonnord) ENRIQUE MARTY. «Uno de los momentos que más me impresionaron hace años fue poder ver en El Prado sus cuadros expuestos sin los marcos, con los márgenes donde el pintor hacía las pruebas de color o directamente limpiaba los pinceles. El Greco es un pintor contemporáneo: un cuadro como el “Laocoonte” podría haber sido pintado ayer mismo. Es referente para muchos artistas».

GUILLERMO PÉREZ-VILLALTA. «Con El Greco me pasa como con Van Gogh: mi relación con ellos es muy juvenil. Hubo una época en la que les fui muy fan, pero el tiempo disolvió esa cercanía. Sin embargo, me interesa su vertiente estrambótica, sus figuras en primeros planos. La idea de que es bisagra de la modernidad me seduce menos. Y me quedo con sus cuadros más pequeños, sus esculturas, poco conocidas».

MIKI LEAL. «El Greco consigue que el cuadro se convierta en un ente autónomo. Eso es absolutamente contemporaneo. Me causa perplejidad la constante búsqueda en su pintura, como si no quedara del todo satisfecho con ninguna pincelada. Yo lo entiendo como la búsqueda del pintor que quiere expresar lo intangible; que tiene más interés en plasmar un concepto, una emoción, un momento, que un ciprés o un rostro».

PIERRE GONNORD. «El Greco es el artista de lo espiritual, sin ser religioso, un intelectual que celebra su relación con el mundo y su lugar en el cosmos. Me interesan sus retratos por su austeridad extrema y presencia absoluta. No se puede llegar a más psicología, incluso psiquiatría, con más economía de medios. Mi favorito, «Retrato del caballero anciano», una presencia enigmática que sigue turbando, vigente y fotográfica».

«El Greco es un artista del que, como del cerdo, se aprovecha todo, a veces de mala manera» (S. Hernández) MARINA NÚÑEZ. «El primer cuadro excelente que vi en mi vida fue un san sebastián de El Greco en la Catedral de Palencia. Me dejó clavada en el suelo, atónita. No sabía nada de pintura. Era una visita escolar, pero imposible que no impactara. Hace un par de meses volví a verlo con el mismo resultado. Ahora he visto muchos buenos cuadros, puedo considerarlo con perspectiva, y sigue pareciéndome sobrecogedor».

SECUNDINO HERNÁNDEZ. «Mi relación con El Greco es tácticamente sentimental. En mi imaginario, juega el papel del primer Genio de la pintura española –como rezaba el catálogo que había por casa– que contemplé en vivo. Desde entonces, ha supuesto una figura enigmática, ya que, sin ser un virtuoso, llega a cotas que otros grandes maestros no han alcanzado. Por lo demás, un artista del que, como del cerdo, se aprovecha todo, a veces de mala manera».

«Las salas del griego en El Prado son otra cosa, pura contemporaneidad» (C. León) RAFAEL CANOGAR. «Esta semana acudí a la presentación en el Museo de El Prado de los actos de este Año Greco, y en ningún momento escuché la palabra “manierista”, para explicar su obra, aunque lo fue y de forma excepcional. Con esto quiero decir que esta es una oportunidad única para redescubrirlo y para constatar la vigencia de su obra, plenamente contemporánea».

EUGENIO AMPUDIA. «El Greco es la carga conceptual que aplicó al dibujo, así como una paleta de colores fríos. Ese artista que, de tan cercano, no le hemos hecho mucho caso. Pero a través de él llegan Tintoretto o Tiziano a España. Es un genio cuando mezcla lo divino con lo humano, como en “El conde Orgaz”, plagado de personajes, todo muy hollywoodiense».