Seis claves para acercarse a Giacometti
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Seis claves para acercarse a Giacometti

Desde sus transgresores inicios hasta su simbólico hombre que camina. Recuperamos seis imágenes que jalonan la trayectoria del escultor Alberto Giacometti

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Desde sus transgresores inicios hasta su simbólico hombre que camina. Recuperamos seis imágenes que jalonan la trayectoria del escultor Alberto Giacometti

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  1. Comienzos a contracorriente

    Desde los inicios, Giacometti rechazó las representaciones convencionales de la realidad. Arriba, «Figura coja andando», (1931).

  2. En horizontal

    Entre las obras más más peculiares de la época surrealista del suizo están las «esculturas horizontales», concebidas como maquetas. Sobre estas líneas, «Se acabó el juego» (1931).

  3. El yo y los demás

    La ruptura que supuso la II Guerra Mundial condujo a «El sueño, el Sphinx y la muerte de T» (arriba), un texto programático en el que el artista avanza en la representación de la figura humana en su entorno.

  4. El taller como teatro

    Situado en Montparnasse, Giacometti solía decir de él: «No es más que un agujero, pero cuanto más tiempo permanezco en él, más grande se vuelve». Por todo ello, fue tantas veces representado en su obra. En la imagen, «Interior», óleo de 1949.

  5. El culto al cuerpo

    Giacometti realizará innumerables figuras femeninas inmóviles, semejantes a las tradicionales imágenes de culto (sobre estas líneas, detalle de «Mujer grande II»), en paralelo a sus estudios sobre desnudos. Ambas realidades convergen en su participación en la Bienal de Venecia de 1956.

  6. El hombre que camina

    Será su símbolo por antonomasia –y por el que es más conocido– sobre la superación del ser humano y del creador mismo. Es la tercera figura (en la imagen, detalle) que concibió para la plaza del Chase Manhattan (Nueva York) hacia el final de su vida, que no llegó a realizarse.

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