Alberto Barbera: «Los países europeos solo hacen cine para su mercado nacional, sin proyección internacional»
«En el mundo se hace un cine original, nuevo y estimulante que no llega al mercado y solo se ve en los festivales», asegura el director de la Mostra de cine de Venecia
Alberto Barbera: «Los países europeos solo hacen cine para su mercado nacional, sin proyección internacional»
«Hay poca presencia del cine español en Venecia , pero no es una elección mía. El problema es que el festival de San Sebastián comienza diez días después de Venecia y los españoles prefieren ir a San Sebastián, como los italianos desean venir a ... Venecia. Es una cuestión de mercado. Unos y otros consideran que gozan de una promoción mayor en el mercado domestico». No es por tanto un prejuicio o indiferencia hacia el cine español, su escasa presencia en Venecia, según manifiesta, en una entrevista a ABC, Alberto Barbera, de 64 años, director de la «Mostra» de cine de Venecia, cargo que ocupa desde el 2011 (también lo fue desde 1998 al 2002).
–Hasta que caiga el telón y se cierre la «Mostra», el 6 de septiembre, no se podrá dar un juicio definitivo, pero ¿ya se puede hacer un primer balance?
–Es muy positivo, mejor de lo que esperábamos. Se abrió con un gran éxito («Birdman», de Alejandro G. Iñárritu), que me ha sorprendido por la casi unanimidad positiva. Las primeras películas han sido bien acogidas. El programa, que es muy variado y articulado, es más equilibrado y con más calidad que el año pasado.
–Se dice a menudo que el cine está muerto, después de las transformaciones que ha sufrido en los últimos 10-15 años.
–No es verdad. Después de la revolución digital se ha dicho que se estaba acabando su carga vital, pero no es así. Se está transformando, como es natural, al igual que ocurre en cada forma de arte. En el curso de los años sufre transformaciones profundas. Pero la constatación que hacemos, después de visionar cada año más de 2.000 películas procedentes de todo el mundo, es que se continúa a producir muchísimo cine en el sentido tradicional del término, aunque se haga con el digital y no con la película. Y se produce en todo el mundo, incluso en los países más remotos ajenos a la tradición cinematográfica, en los que hasta hace poco el cine era una excepción y no una regla. Allí hay jóvenes de gran talento y competencia, que cuentan realidades y culturas diversas.
–¿Por qué no nos llega ese nuevo cine en salas comerciales?
–El problema es que el mercado se está restringiendo, se reduce cada vez más y se convierte cada día más homogéneo, más selectivo. Solamente llegan grandes películas americanas, grandes comedias que secundan el gusto más fácil del público. De todo el resto, no recibimos casi nada.
–Por fortuna están los festivales, donde sí se ve ese nuevo cine.
–Sí hay un cine nuevo, estimulante, el cine del futuro que el mercado no nos hace conocer. Por fortuna están los festivales, que desarrollan este trabajo que un día hacía el mercado.
–Para seleccionar las películas de la «Mostra», ha visionado 1700 largometrajes y 1800 cortos. Solo ha escogido «Messi», de Alex de la Iglesia, y en la sección «Orizzonti», se proyecta el corto «3/105», de Diego Opazo y Avelina Prat. ¿Por qué tan poca presencia española?
–Yo trato de ver siempre el mayor número de películas españolas. Habitualmente no consigo ver mas de tres o cuatro, porque las demás están reservadas para el festival de San Sebastián. Así que no es una elección mía si hay poca presencia.
–¿Cómo ve el cine español?
–El cine español tiene problemas, que no son muy diversos de los de la cinematografía europea. Si miramos el cine alemán, al portugués o italiano, se producen películas que miran prevalentemente al mercado nacional. No se hacen con una óptica internacional, pensando en un mercado mundial. Luego se lamenta el hecho de que no se logra exportar el film fuera de las fronteras nacionales. Esto es un viejo problema, no de hoy. Un problema de los últimos 20 años. ¿Cuántas películas hemos visto en los últimos años de otros países del mercado europeo? Una, dos… ésta es la media. ¿Cuántas acceden al mercado internacional? De Italia, dos o tres: Mateo Garrone, Sorrentino…los que reciben un premio en un festival. El resto, nada. ¿Qué final tienen esos cien o ciento cincuenta filmes que se produce cada año en Italia? Van al mercado nacional, y basta.
–Habrá también un problema de calidad si no logran traspasar las fronteras.
–Cierto que hay un problema de calidad. Para el cine español, pero también para el cine italiano o el alemán. Cuando hay un buen film se vende. Una buena película debe tener esa capacidad de equipararse con los valores del mercado internacional. En este caso no tiene problemas para su distribución.
–¿El problema de fondo puede estar en que no se invierte en cultura?
–Seguro. Es un problema, consecuencia de la crisis económica, que dura tantos años y pesa más sobre la cultura que sobre otros sectores. Es todo complejo, porque países con una gran tradición cultural fatigan mucho en invertir en cultura. Eso debería ser considerado como un recurso importante para el crecimiento económico, aparte de otros valores que tiene la cultura: formativos, educativos…
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