Ryan Gosling ha conseguido en poco tiempo uno de los equilibrios más difíciles para una estrella de cine: gustar en Hollywood, gustar al público y gustar en el circuito internacional de festivales. Tras pasear la arriesgada «Drive» por medio mundo, el actor canadiense se embarcó ... en un proyecto igualmente complicado que se llama «Cruce de caminos», y que este fin de semana llega a la cartelera. La película de Derek Cianfrance -el director de «Blue Valentine»- es un tríptico ambientado en una ciudad mediana de Estados Unidos, y nos presenta a un Gosling que vive la vida al límite... hasta que su exnovia Romina -Eva Mendes- le confiesa que ha sido padre de un niño.
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