Kim Novak: «No estoy en casa pensando, pobre de mí, no hago películas»
La protagonista de «Vértigo» amadrina en el Festival de Cannes un homenaje a la película de Alfred Hitchcock
david martos
Pocas estrellas de Hollywood , de aquel viejo Hollywood tan distinto al que viaja hoy hasta el Festival de Cannes , son tan accesibles para la Prensa internacional como Kim Novak . Con sus recién cumplidos 80 años, la intérprete de la ... mítica «Vértigo» ha pasado este viernes toda una mañana con los periodistas, respondiendo una y otra vez sobre su pasado, sobre ese cajón de los recuerdos a los que muchos mitos no quieren regresar... y que ella revisita con una sonrisa.
Novak ha viajado hasta la Costa Azul para encabezar este sábado un homenaje a Alfred Hitchcock, el maestro del supense, cuando se cumplen 55 años de la película en la que ambos colaboraron.
La actriz, de ascendencia checa, contaba cómo una avalancha de lodo destruyó su mansión de Bel Air a finales de los 60, cómo tuvo que elegir entre salvar sus joyas y visones o sus queridos cuadros -aún hoy dedica varias horas diarias a pintar-, y cómo aquella catástrofe le enseñó una lección vital importante: que jamás volvería a trabajar en Hollywood.
Sin embargo, la mirada de la tercera edad examina aquellos años de forma distinta: «Cada vez que veo un buen papel echo de menos la actuación. A veces me siento culpable por haber dilapidado mi fama... y por no haberme entregado a otros personajes», dice con cierta melancolía.
Hitchcok, poco habitual
«¿Ah, no? ¿Hitchcock tampoco ganó un Oscar? ¡Pensaba que era la única!», bromea la actriz cuando se le pregunta por la falta de reconocimiento al director británico. «Alfred era un profesional maravilloso, un gran director», repite con gran devoción, para confesar después que odiaba aquel vestido gris que le obligó a lucir en «Vértigo», aquel que el cineasta no le permitió cambiar. Aún así, sus recuerdos sobre la cinta son magníficos: «Me encanta esa escena en la que yo digo: Si me convierto en ella, ¿me querrás?'. Es la parte en la que ella finalmente se rinde, fue muy especial para mí", recordaba.
Entre los secretos del rodaje, Novak revela que no fue ella quien realizó el salto al agua que aparece en la cinta... aunque sí saltó una vez: «Hicimos una toma en San Francisco en la que tuve que saltar a la bahía, lo hice una vez. ¡Y no sabía nadar! Tampoco sé nadar ahora... ¡Y no sufro vértigo!».
Afirma la actriz que la imagen de Hitchcock que proyectan los últimos biopics que se han rodado sobre él no se corresponde con la realidad, y que no sabe muy bien por qué la eligió a ella para el papel de Madeleine. «De verdad que no lo sé, pero me alegro mucho de que lo hiciera», exclama entre risas.
La Kim Novak de 2013
La actriz del presente, la que sigue recibiendo guiones -según ella no suficientemente interesantes-, no lleva una vida tranquila ni está retirada. «Monto a caballo, navego en el río, hago kayak, pinto todos los días... Así que no estoy sentada en casa pensando... ¡pobre de mí, ojalá hiciese películas! No, no soy Norma Desmond», dice divertida. «Ser actriz hoy es, por un lado, un trabajo mucho más público, y eso lo hace más complicado; pero por otro lado hoy puedes vivir a tu manera, en aquellos años tenías que comportarte como te decían», reflexiona.
Novak habla abiertamente sobre la enfermedad mental que le afecta desde hace décadas, y que no supo identificar durante los años que pasó en Hollywood. «Ser bipolar me daba valentía, me hacía pensar algunas veces que era especial, pero otras también me generó grandes depresiones. Mi familia no tenía confianza en mí, especialmente mi padre, que pensaba que no podía hacer nada en el mundo de la actuación», revela con tristeza. Asegura que, sin la medicación que debe tomar cada día, no podría vivir.
La intérprete, encantada de regresar al Festival de Cannes , no tiene miedo del acoso de los papparazzi, que pueblan la Croisette en busca de los rostros más conocidos: «La primera vez que estuve en Cannes, la primera noche que regresé al hotel Carlton de una fiesta... ¡había tres fotógrafos debajo de la cama! Eso ya no pasa hoy, ¿verdad?», pregunta con los ojos muy abiertos.
Kim Novak: «No estoy en casa pensando, pobre de mí, no hago películas»
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete