Lucas Vidal: «En Hollywood no me puedo dar ni un día de descanso»

El considerado por muchos «niño prodigio» de los compositores de cine, becado en Berklee y estudiante de Juilliard, recibe a ABC en su estudio de Madrid, ubicado en el chalé de sus padres (tiene otro en Los Ángeles). Lucas se mueve como pez en el agua en una sala con pianos acoplado al ordenador: de ahí salieron los acordes que luego fueron grabados y mezclados junto a las trepidantes escenas de la película.

«La sonoridad de la música que he creado es muy electrónica, aunque con elementos orquestales como violines o trompetas», indica Vidal al revisar las notas de la película, cuya música tomó con mucho respeto: «Es complicado abordar este tipo de franquicias, porque tienes que tener en cuenta los sonidos que tienen asociados los personajes en cada una de las otras entregas», dice.

«He crecido con F&F, así que componer la música ha sido muy divertido»En «Fast & Furious 6», Toretto (Vin Diesel) y los suyos, que se habían desperdigado por todo el mundo después de su último golpe, tendrán la ocasión de redimirse con el Gobierno de EE.UU. atrapando a una peligrosa banda de delincuentes. Lucas Vidal recuerda el inicio de la saga (se estrenó cuando él contaba con 16 años): «Yo he crecido con estas películas, así que componer la música ha sido muy divertido para mí», cuenta. «Me gusta la velocidad y me gustan los coches, he podido hacer un tipo de trabajo que hasta ahora no había probado». De lo que se ha dado cuenta también este joven compositor es de las grandes diferencias que hay entre componer música para, por ejemplo, Jaume Balagueró en «Mientras duermes» a hacerlo para una franquicia cuyas películas han recaudado 1.500 millones de dólares en todo el mundo: «En Europa se compone mucho más cerca del director, hay un contacto más directo. Pero en las grandes producciones tienes que hablar primero con el productor, con otras personas... hay más filtros».

Llegar a abrirse camino en Los Ángeles no fue fácil para él: «Empecé sin ningún contacto, pero me enfoqué solo y exclusivamente en realizar mi sueño. Se vive una vez en la vida y no iba a hacer algo que no me gustaba». Y, al principio, su juventud provocaba recelos: «Los productores me miraban con cara de ‘Este chaval es un enano... ¿a qué viene?’. Pero ahora, con la filmografía que tengo, todo es más fácil. Me empiezan a llamar y ya estoy en mejor posición. Aún así, algunos siguen dudando de que lo vaya a hacer bien». Lucas quiere parecerse a algunos de sus compositores más admirados: «Desplat, John Williams y, sobre todo, Alberto Iglesias. Es el más grande para mí. Encantador y un modelo a seguir como compositor y como persona. Algún día me gustaría ser como todos ellos, ¡pero no creo que llegue!».

Un día en la vida de Lucas

La vida en Hollywood de Vidal dista mucho de ser un camino de rosas: «En Los Ángeles lo único que hago es, literalmente, trabajar: llego al estudio a las ocho de la mañana y acabo a las once de la noche. El problema de películas como esta es la escasez de tiempo: solo tengo dos o tres meses para acabar toda una banda sonora, así que no me puedo dar ni un día de descanso».

Pese a este nivel de trabajo, Lucas no para. Aún está pendiente el estreno de «Jobs», el biopic sobre el fundador de Apple, y quiere más encargos: «Me encantaría hacer más dramas, animación, comedia...». Aunque es consciente de que algún día tendrá que parar: «Este ritmo lo aguanto ahora porque soy joven, pero en el futuro, dentro de veinte años, me veo más con una familia, en España, viajando de vez en cuando a Los Ángeles. Pero relajadito», dice entre risas.

Su caso es el de un español con un don innato que dejó el país persiguiendo un sueño, algo que anima a hacer a otros: «En España hay gente con muchísimo talento y lo más importante para ellos es que sigan luchando y que no se echen para atrás. Yo mismo he recibido muchísimos ‘noes’, muchos más que ‘síes’. Nunca hay que desanimarse».