María Asquerino: adiós a una «grande de la escena, libre, independiente, luchadora»

Según el presidente del Gobierno, en sus obras destacó como «intérprete de personajes de carácter y gran personalidad, lo que la convirtió en una voz y en una figura reconocibles por varias generaciones de espectadores». «Su trayectoria, que arranca en una conocida familia de actores, tiene papeles inolvidables como 'Pili' en la película "Surcos" o 'Jimena' en "Anillos para una dama", que dan buena muestra de su sólida presencia y de la plenitud de su oficio en la pantalla y en los escenarios», añade en el citado telegrama.

Por su parte, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, también ha lamentado el fallecimiento de la actriz. «Hoy hemos perdido a una actriz con mayúsculas. María Asquerino llevaba el mundo de la representación en las venas. Hija de actores, debutó siendo muy joven dejando tras de sí una estela de buen hacer sobre los escenarios a su paso», indicó Wert en una nota de prensa. El ministro recordó también cómo su trayectoria en el teatro y en la gran pantalla hizo que fuera galardonada con la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 1992, además de obtener otros reconocimientos. «La echábamos de menos cuando en 2009 anunció su retirada de la profesión, si bien la recordaremos siempre por su obra», agregó José Ignacio Wert.

Durante todo el día no han cesado los sentimientos de tristeza y condolencia por la muerte de la gran actriz, de quienes la querían, trabajaron junto a ella y crearon obras para ella:

El escritor Antonio Gala, autor de una de las mayores obra de éxito del teatro español, «Anillos para una dama», protagonizada por María Asquerino, confiesa que sentía un grandísimo cariño por la actriz, a la que ha calificado de «espléndida, muy humilde y confiada»: «Es una de las actrices que más he querido, porque era muy poco chillona, recogida, modesta y un poco sorda. La última vez que nos vimos, que fue hace dos años, le dije que estaba un poco sorda y ella me contestó: "Estoy más delgada". Nos echamos a reír los dos y me contestó: "El que estás más sordo eres tú'"». Antonio Gala comenta que con «Anillos para una dama» a María Asquerino le dieron todos los premios posibles, porque se lo merecía: «Yo me alegré muchísimo, pero tengo que decir que María ha trabajado en muchas ocasiones por debajo del nivel que poseía; no conmigo, eso sí». El dramaturgo, poeta, novelista y ensayista ha subrayado que era una actriz muy especial, muy singular, muy alta para la época: «En "Anillos para una dama" era más alta que muchos de los actores, más bajitos, y había que ponerles alzas"». Gala, en declaraciones a Efe, ha querido recordar una anécdota del día del ensayo general de «Anillos para una dama», que se estrenó el 28 de septiembre de 1973: «María estuvo fatal y le dije: "Como estés así mañana vas a parecer una perejila", y el director José Luis Alonso de Santos me regañó como a un niño: "¡Cómo le dices eso!". Entonces fui a pedirle perdón». «Y le dije -continúa- : "Mira, así no vas a ser María Asquerino, como se conoce tu buen nombre, sino María Asquerino "La Cabrona"', y me dio un beso gordísimo. El día del estreno estuvo soberbia, magistral», ha recordado el escritor.

Gala también ha querido subrayar la faceta singular y libre de la actriz. «Era libre sin darse cuenta. También tenía una cierta sordera moral. Era hija de actores buenos y libres, y ella no tenía una libertad llamativa, era algo natural, muy difícil de tener, nada engolada. Nada orgullosa. Gozaba de una preciosa naturalidad». El escritor también ha tenido palabras para la actriz creadora de una de las tertulias de la discoteca madrileña Bocaccio. «Yo no iba a Bocaccio, creo que sólo fui un par de veces, pero la animaba mucho porque me gustaba que ella fuera la animadora porque, de verdad, era muy pava; pero luego se acercaba alguien y hablaba y hablaba y parecía de pronto una locutora de televisión». Guapa, bella por dentro y por fuera, así la ve Gala. «Se decía que tenía muchos amantes, pero ella en alguna ocasión me dijo que, de lo que se decía, la mitad era mentira y que lo que no era mentira, era envidia. Ha muerto solita, porque yo creo que siempre tuvo el porvenir de la soledad, de estar solita. Algo que me emocionó mucho y que hoy me sigue emocionando es el acto final de "Anillos para una dama", cuando ella, cubierta con un manto infinito negro precioso, que le habían hecho en Milán, dejaba la escena para ir a encerrarse después de renunciar al amor verdadero y decía: "Dejadme sola, lo que tengo que hacer ahora lo puedo hacer sola"».

«A mí que me traigan aquí», le dijo María Asquerino al que era entonces director del Español, Mario Gas, cuando asistió, en 2010, a la capilla ardiente de Manuel Alexandre, instalada en el escenario del teatro que ella consideraba «su casa». «En los últimos tres ó cuatro años, María venía cada tarde a merendar a la cafetería del teatro. Se tomaba su café y su magdalena y hablaba con unos y con otros, encantada con el ambiente que había allí», ha rememorado en declaraciones a Efe Gas. Era una enorme actriz con una carrera tanto en el cine como en el teatro con momentos fantásticos, desde aquella Maruja Asquerino del principio a doña María en sus momentos triunfales de escena. Una persona muy firme e independiente, una mujer hedonista por encima de cualquier cosa, y a la vez, con un gran compromiso personal, valiente y con ideas propias. Un encanto" y reina absoluta de las noches del Bocaccio en los 80, fascinante, generosa y muy amiga».

La actriz Lola Herrera, a pesar de no haber compartido escenario nunca María Asquerino, asegura que siempre ha tenido mucha admiración por ella. «Era una actriz fantástica, con mucha calidad y muy especial. Nunca hemos compartido escenario, ni la veía desde hacía mucho tiempo, pero siempre me ha parecido una mujer muy particular, con una vida muy rica, que ha vivido mucho y muchas cosas. Fue siempre una mujer muy especial para la época, era muy alta, cuando todas éramos bajitas, tenía una voz muy especial también.

Para José María Pou, María Asquerino fue la actriz «más libre de España y pagó por ello con la soledad y con el olvido en sus últimos años. María es el más claro ejemplo de una mujer libre que pagó con la soledad y el olvido no haber querido estar atada a determinadas cosas. Era una mujer libre y una fuerza de la naturaleza en el escenario. Una auténtica reina».

Hecha como actriz «a pie de escenario, a golpe de plató». Así define a María Asquerino su compañero de profesión y amigo José Sacristán, que siempre ha visto en ella a «una cómica de raza, de estirpe de cómicos. Se ponía el mundo por montera. Ella decía que su única equivocación en la vida había sido casarse. Para ella, ni método Stanislavski ni la madre que lo parió. Era de una gran fuerza. Hasta el último momento. Tuvo mucho coraje. Y eso que no lo ha pasado bien en estos últimos años».

Era una mujer «muy mujer» y una de las «grandes» de este país. Así ha definido Juan Diego a María Asquerino. El actor sevillano ha destacado que ha sido una de las actrices más importantes de España no sólo por sus interpretaciones de la posguerra, sino por los «trabajos impresionantes» que hizo después de la transición. De ella, el actor ha destacado que, cuando «era amiga, era amiga para siempre», aunque ha puntualizado que la actriz «era más de amigos que de amigas». De la faceta personal de la actriz, ha resaltado también que la actriz «tenía muy mal carácter, como todos los sagitarios, pero se le iba en seguida».

El director de cine y de teatro Gerardo Vera, que trabajó en varias ocasiones con la fallecida actriz, manifestó que fue una mujer «sincera, comprometida y libre», además de «una de las grandes de la escena española. Era luchadora, inconformista, muy adelantada a su época, que desafió todas las convenciones del franquismo gris sin dejar de trabajar».

Por su parte, los actores y humoristas Gorka Otxoa, Julián López y Borja Cobeaga han compartido anécdotas de la actriz María Asquerino en sus respectivas cuentas de Twitter . Otxoa y López han recordado que coincidieron con Asquerino en el rodaje de «Pagafantas»: «Su última frase en el cine fue '¡Eres un pagafantas!'». Será inolvidable, coincidieron.