Europa, enamorada de Haneke

Michael Haneke, que optaba a seis galardones por «Amor», se ha convertido en el gran triunfador de la noche al llevarse a casa cuatro estatuillas: mejor película, director, actor y actriz (Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva). El cineasta austriaco, que ya venció en los Premios del Cine Europeo con «Caché» (2005) y «La cinta blanca» (2009), retrata en este bello y dramático filme, que se estrenará en España en febrero, la historia de dos octogenarios cuyo amor es puesto a prueba cuando ella sufre un infarto.

Wim Wenders , presidente de la Academia del Cine Europeo, ha pronunciado un sobrio discurso inaugural en el que ha dibujado una alabanza al poder unificador del cine frente a la «crisis» que atraviesa Europa . Y es que nuestro cine, según Wenders, es «la mejor medicina» para reconstruir la «identidad europea».

Las esperanzas españolas de lograr un segundo premio en Malta se vieron disipadas cuando la película checa «Alois Nebel» le ganó la partida a «Arrugas» como mejor película de animación . La holandesa «Kauwboy», de Boudewjin Koole, se ha impuesto como el descubrimiento de la temporada, mientras que el premio al mejor guión fue a parar a manos de Tobias Lindholm y Thomas Vinterberg por su trabajo en «The Hunt», película por la que el danés Mads Mikkelsen logró el premio a mejor actor en Cannes y que aún no tiene distribución en España.

Tras la «sorpresa» de «The Hunt» (casi se daba por hecho que Haneke sería reconocido como también como guionista por «Amor») llegó el homenaje a la oscarizada actriz británica Helen Mirren, que ha recibido el Premio de la Contribución Europea al Cine Mundial. Michael Gambon fue el encargado de reconocer la trayectoria de la intérprete, que se mostró muy agradecida con sus colegas europeos. Un intenso y caluroso aplauso ha precedido el «discurso» de Mirren. La actriz, visiblemente nerviosa y emocionada, recordó cuando, con 16 años, soñaba con ser como Claudia Cardinale, algo que, a tenor de su carrera, ha conseguido. La estela de Mirren la sustituyó en el escenario por la bella fotografía de «Shame», que fue reconocida con el premio Carlo di Palma y con el galardón al mejor montaje (Joe Walker).

El actor Sergi López se ha convertido, sin pretenderlo, en candidato al momento más prescindible de la velada cuando al ser preguntado por la presentadora si era español, ha contestado que es catalán. Tras ello, López ha entregado el Premio del Público a la belga «Hasta la vista», hecho que ha pasado casi a un segundo plano por la «boutade».

La noche ha acabado en todo lo alto gracias a la presencia de Bernardo Bertolucci, que ha recibido el premio honorífico de manos de la actriz española Marisa Paredes . Con sombrero, camisa roja, corbata llamativa y en silla de ruedas, el mítico cineasta italiano se ha emocionado hasta la lágrima cuando sus compañeros, puestos en pie, han aplaudido su vida y obra. «Gracias de corazón», ha dicho, y ha pasado a recordar cómo «hace veinticinco años estaba en el mismo escenario, en Berlín, y es increíble porque estaba a mi lado el hombre más hermoso que he conocido nunca: Ingmar Bergman». Bertolucci, bajo la atenta mirada de los hermanos Taviani, no ha querido hablar de su carrera y ha deseado «larga vida a los vinos europeos... y al cine europeo».