'Caravaggio 2025': la gran exposición del maestro del Barroco para conquistar Roma en el año jubilar

La otra novedad de la exposición es el retrato de Maffeo Barberini, presentado recientemente al público tras haber estado desaparecido durante más de 60 años. A estas obras se suman otros prestigiosos préstamos, como Santa Catalina, del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, y Marta y Magdalena, del Detroit Institute of Arts, para el que el artista utilizó el mismo modelo que la Judith conservada en el Palacio Barberini. Por primera vez, estas obras estarán expuestas juntas. La exposición también contará con tres pinturas encargadas por el banquero Ottavio Costa, coleccionista de arte y mecenas de Caravaggio: Judith y Holofernes, del Palacio Barberini; San Juan Bautista, del Museo Nelson-Atkins de Kansas City; y San Francisco en éxtasis, del Wadsworth Atheneum of Art de Hartford. Además, se presentarán obras relacionadas con la historia del coleccionismo de los Barberini, como una pintura del Museo de Arte Kimbell de Fort Worth, que regresa al palacio romano donde se conservó durante mucho tiempo. El recorrido se completa con un importante préstamo concedido por el banco Intesa Sanpaolo: el Martirio de Santa Úrsula, último cuadro de Caravaggio, realizado poco antes de su muerte.

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La selección de obras, a cargo de los comisarios Francesca Cappelletti, María Cristina Terzaghi y Thomas Clement Salomon, explora la evolución del estilo innovador de Caravaggio y su influencia en el panorama artístico y religioso de su época. La exposición se centra en el uso revolucionario de la luz que Caravaggio introdujo en su obra, marcando una ruptura con las tradiciones pictóricas anteriores. El recorrido se articula en distintos ejes temáticos que subrayan la evolución del lenguaje pictórico del artista, desde sus primeros encargos, en los que ya se percibe el naturalismo y la intensidad de sus pinceladas, hasta las obras de madurez, marcadas por un uso casi teatral del claroscuro. Las salas del Palacio Barberini acogerán un diálogo constante entre luz y sombra, mostrando el genio revolucionario de Caravaggio, quien supo conferir densidad psicológica y dramatismo a sus personajes bíblicos y escenas de la vida cotidiana, abriendo un nuevo capítulo en la historia del arte.

En declaraciones a la prensa, Francesca Cappelletti, una de las comisarias de la exposición, calificó 'Caravaggio 2025' como «el homenaje definitivo al pintor que rompió moldes y marcó un antes y un después en la pintura europea». Cappelletti destacó que «esta muestra es más que un simple recorrido cronológico; es una exploración en profundidad de la mente y el entorno de un artista que, con su pincel, desafió las convenciones de su época». Por su parte, María Cristina Terzaghi, experta en Caravaggio que investigó el 'Ecce Homo' en Madrid, resaltó «el diálogo que se establece entre las obras más celebradas y aquellas menos conocidas, permitiéndonos entender que, en cada encargo, Caravaggio trazó un camino de innovación y rebeldía». Thomas Clement Salomon, también del equipo curatorial, subrayó el papel determinante de Roma en la vida y obra del maestro: «No podemos explicar a Caravaggio sin la ciudad eterna, sus calles, sus iglesias y, por supuesto, la relación con los cardenales y nobles que fueron sus protectores».

El Ministerio de Cultura italiano destacó en un comunicado la relevancia de «un proyecto expositivo de estas dimensiones», subrayando que «el nombre de Caravaggio es uno de los emblemas más potentes del patrimonio cultural italiano». Al mismo tiempo, el ministerio recalcó la importancia de que Roma, y concretamente uno de sus palacios históricos más representativos, acoja esta exposición. En efecto, no cabía mejor escenario que el Palacio Barberini, conocido por su grandiosa arquitectura y su rica colección de arte, que lleva el apellido del pontífice Urbano VIII, elegido en 1623. El palacio fue construido a partir de 1625 para la familia Barberini, especialmente influyente en tiempos de Urbano VIII, amante de la pompa y gran mecenas, culto y coleccionista de arte.

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El Palacio Barberini fue testigo privilegiado de la relación entre Caravaggio y varios de sus distinguidos mecenas. Su arquitectura barroca, obra de maestros como Carlo Maderno, Bernini y Borromini, es el marco idóneo para resaltar las cualidades cromáticas y escénicas del artista milanés. Además, alberga la Galería Nacional de Arte Antiguo, institución que custodia obras esenciales de la pintura italiana. Tal como comentaron los comisarios, se ha buscado que el visitante recorra un itinerario que integre la potencia de Caravaggio con el entorno palaciego, fundiendo arte y arquitectura en una propuesta expositiva de gran impacto.