'El bueno de Calpur'

Aunque finalmente se opta por este segundo título, más serio y descriptivo (a la postre, esta muestra es la primera exposición de obras de Calpurnio desde su partida), lo cierto es que 'El bueno de Calpur' representa mucho mejor aquello que sentimos todos los que nos hemos implicado en la realización de esta exposición. Entiéndanme bien, Cuttlas, su personaje más célebre, es un nombre obligatorio en cualquier lista dedicada a los mejores cómics patrios, y el 'saboir faire' y talento del historietista está más allá de cualquier duda; pero es que, todos aquellos que tuvimos la suerte de coincidir en persona con Eduardo Pelegrín Martínez de Pisón, alias 'Calpurnio Pisón', comprendimos con rapidez que 'El bueno de Calpur' estaba hecho de otra pasta. Su generosidad e inteligencia en el trato cercano eclipsaban a su trabajo, y aquellos que éramos fans de sus cómics, nos volvíamos fans de su persona al poco de conocerlo.

Creo poder afirmar que este es el caso de toda la troup que ha desarrollado esta exposición. Álvaro Pons, que junto a mí se ha ocupado de las labores de comisario de esta muestra; el ya citado MacDiego, que ha sido capaz de trasladar el universo gráfico de Calpur a las paredes de Palexco, convirtiendo un espacio que de salida se me antoja frío, en una maravilla que apetece recorrer; y Javier Gay, incondicional del tebeo en Valencia y poseedor de una ingente colección del cómics, que ha rebuscado hasta hallar las distintas publicaciones del historietista que lucen en vitrina como parte de la exposición. Por supuesto, mención aparte merece Ana García, prestadora de la obra, cuya generosidad es la que ha hecho posible este homenaje en forma de exposición.

¿Y qué es lo que se va a encontrar el visitante que acuda a la sala de exposiciones de Palexco? Pues mucho Cuttlas y algunas sorpresas más. Para empezar, 81 originales de este famoso «vaquero samurai» fechadas entre 1999 y 2021; un muro dedicado a páginas en el que Calpurnio homenajea la historia del arte y sus grandes cuadros, con 14 piezas en las que Cuttlas grita como el famoso cuadro de Munch o posee múltiples brazos y piernas como el célebre Hombre de Vitruvio de Leonardo Da Vinci; e incluso, 36 páginas originales del storyboard del cortometraje El enigma poligonal, una de las muchas incursiones de Cuttlas en el cine y la televisión.

Pero Calpur posee otros trabajos notables que no están protagonizados por su célebre vaquero. Destacan sobre manera sus ilustraciones para la Iliada y la Odisea de Homero, que están presentes en la exposición con 28 piezas y una adaptación del Tao de Lao-Tsé, de la que se muestran otras 28. Esta última obra está inconclusa. Calpurnio solo pudo abocetarla, pero hasta en estos primeros trazos, su magia está presente. Es quizá el mejor ejemplo de toda la muestra para entender «a ojos vista» al artista minimalista más importante del cómic español. Nunca tan poco contó tanto. Cada trazo de Calpurnio era el trazo de un maestro. Acudan a la exposición, y que la disfruten.