ENTREVISTA
Benjamín G. Rosado: «La escritura es la forma de vuelo más asequible»
El ganador del premio Biblioteca Breve 2025 debuta con una aventura de ingeniería literaria
Benjamín G. Rosado gana el premio Biblioteca Breve 2025

Ha salido a la luz un narrador. Y de los buenos. Durante años dedicado al periodismo cultural, la escritura fantasma y la crítica musical, Benjamín G. Rosado ha saltado a la palestra como autor tras ganar el premio Biblioteca Breve 2025 con 'El vuelo del hombre' (Seix Barral) ... , una historia que combina la novela de aventuras con el más exquisito gusto por narrar e imaginar.
En una misma historia, Rosado cuenta cinco más. Diego Marín, un escritor que intenta completar su segunda novela tras el éxito de una opera prima, acaba mezclándose con un simulacro literario perpetuo: hechos ficticios que cobran vida en la realidad, un hallazgo científico sobre el nacimiento del lenguaje, dos desapariciones, dos libros y dos amores fallidos. Una oda al vuelo. Un salto al vacío. La vuelta al mundo en 376 páginas.
—¿Es la novela el artefacto de vuelo ideal?
—La novela es una metáfora de la escritura y la imaginación como la forma más asequible del vuelo. Nos permite alejarnos de las cosas y comprender que lo que escribimos nunca se puede acercar a la realidad. Toda novela está condenada a ser un engaño. Como no puede contener la realidad, la adultera.
—Hay un repertorio de tramas que se superponen. «Novela de aventuras bizantina», dice usted.
—Lo que esta novela podría tener de aventura sería, quizá, ese aroma de quien ha escrito mientras viaja. Pero tampoco se ciñe con rigor al término de novela bizantina ni de aventuras. Tiene, eso sí, una especie de pulsión que hace que todo te sorprenda y que el motor de la narración sea no el suspense, sino la curiosidad.
—Ulises no nos gusta porque sea valiente, sino porque es listo. ¿A su escritor le ocurre lo mismo?
—El protagonista está constantemente superando pruebas. Siendo historias muy distintas, así como Ulises no quiere volver y por eso se entretiene tanto en cada sitio, Diego Marín no quiere llegar a comprender la verdadera razón que le llevó a escribir ese libro. Quise escribir una especie de narración que ilustrara deleitando.
—¿De qué autores parte?
—Me gusta mucho cómo plantea los libros Ian McEwan y Paul Auster, que ha sido para mí una caja de herramientas. En Bolaño no me reconozco tanto, aunque 'Estrella distante', que además cuenta la historia de un piloto, tiene un estilo volcánico en el que me reconozco, pero desde la ingenuidad de alguien que está empezando a escribir y quiere llamar la atención.
«Muy pronto entendí que la literatura, sobre todo si tiene cierta repercusión y éxito, es una renuncia»
Benjamín. G Rosado
—'El vuelo del hombre' alude también, o sobre todo, al salto al vacío.
—Cuando terminé el manuscrito, todos los personajes tenían nombre menos el protagonista. Pensé en dejarlo así, pero decidí buscar uno entre los pioneros de la aviación. Llegó a mis manos la historia de un inventor español de finales del siglo XVIII que se llama Diego Marín Aguilera, que se montó sobre un armazón de pluma, hierro y madera y saltó al vacío. El libro tiene ese permanente salto. El protagonista escribe el libro, porque hay un vacío que no se puede revelar. Lo mismo ocurre con el piloto Lucho Ortega.
—Es su primera novela publicada, pero no la primera escrita.
—Trabajé como negro. Eso ayuda. Y luego, el libro tiene varios libros, uno de ellos una novelita que escribí con 20 años y retomé. Me ocurre como a Ian McEwan. Él decía que él no es de los escritores que disfrutan escribiendo sino de los que disfrutan haber escrito. Mi forma de preparar la escritura influye. Voy recolectando cosas como si fuera una urraca. Tiendo la inflación narrativa. Me sobra material. Esta novela es pura ficción. Prefiero la imaginación.
—¿Qué ansiedad y qué temor puede llegar a desarrollarse hacia la escritura?
—Le pasa al protagonista, hay una permanente elección entre la literatura y la vida. La primera lección que aprendí después de un largo encierro es que lo que uno escribe no es lo que pasa, sino todo lo que se está perdiendo, porque está encerrado escribiendo. Muy pronto entendí que la literatura, sobre todo si tiene cierta repercusión y éxito, es una renuncia. A la familia, a la rutina. Al ganar el premio, mucha gente me ha dicho: esto te va a cambiar la vida. Pero es que yo no quiero que me cambie la vida. No tengo la más mínima intención.
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