El 'Beato de Liébana', el 'best seller' medieval de la Biblioteca Nacional
Una exposición traza la biografía del códice, que tiene ilustraciones de gran valor
Cien años de 'Revista de Occidente', el cosmos de Ortega
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCuando estalló la Guerra Civil, el gobierno republicano se afanó en poner a salvo el tesoro artístico español. Son icónicas fotografías como la de la madrileña fuente de la Cibeles cubierta con sacos terreros. El traslado a Valencia de las principales obras del Museo ... del Prado, empezando por 'Las Meninas', ha dado incluso para escribir novelas. La Biblioteca Nacional de España (BNE) también sufrió los bombardeos, y se evacuaron un total de 5.349 volúmenes en distintas cajas. El inventario hecho a tal fin dispuso que en la caja número 54, junto al 'Libro del Buen Amor' del Arcipestre de Hita, o la 'Gramática Latina' de Nebrija, se salvara en primer lugar el 'Beato de Liébana'.
«El Beato podría significarse como 'Las Meninas' de la BNE», dijo ayer Sandra Sáenz-López Pérez, doctora en Historia del Arte y comisaria de la exposición 'Beato de Liébana, la fortuna del Códice de Fernando I y Sancha', que mostrará al público del 15 de marzo al 27 de agosto esta obra excepcional, una de las más significativas de las cuarenta que se conservan en todo el mundo. La Antesala del salón de lectura de la BNE es la penúltima parada de este códice del año 1047, antes de recalar en Cantabria, adonde viajará con motivo del Año Jubilar Lebaniego y de ese empeño del ministro Iceta de «descentralizar» la cultura.
A lo largo de diez siglos, el Beato ha viajado por Toledo, Guadalajara, Valencia, Ginebra... Primero se movió en función de sus propietarios y, en la historia más reciente, por la guerra. La primera parada fue León, en el 'scriptorium' donde se confeccionó por orden de los reyes Fernando I y Sancha para el actual monasterio San Juan Bautista de León. Nació de la necesidad de entender el mensaje del Apocalipsis, «el texto más hermético de la Biblia», según Sáenz-López Pérez. Esa 'revelación' sobre la lucha entre la luz y la oscuridad, el bien y el mal... «En un solo día vendrán todas sus plagas, muerte, duelo y hambre, y será consumida por el fuego». La complejidad de este texto fue lo que «motivó la aparición de comentarios que lo interpretaran».
Cien años de 'Revista de Occidente', el cosmos de Ortega
Jaime G. MoraLa Biblioteca Nacional dedica una exposición a la cabecera, que reunió a los mejores escritores españoles
Lo abordaron Victorino de Pettau (siglo III), Ticonio (s. IV), Apringio de Beja (s. VI) y, en la segunda mitad del siglo VIII, el monje Beato de Liébana, en una edición que se ha perdido. El 'Comentario al Apocalipsis' –el Beato, por el nombre de su autor– se convertiría entre los siglos IX y XIII en un 'best seller' medieval, con la elaboración de decenas de copias manuscritas. Hoy se conservan unas cuarenta, dos en la BNE. El Beato de Fernando I y Sancha ha quedado como el más representativo de este corpus, y es probablemente el más valioso por su factura material y por la riqueza artística de sus iluminaciones (el nombre que se da a las ilustraciones). «Forman parte de la identidad cultural española e ibérica», dice Sáenz-López Pérez. En 2015, la Unesco incluyó los Beatos conservados en España y Portugal en el Registro de la Memoria del Mundo.
La muestra de la BNE incluye 25 piezas para trazar la biografía del códice medieval –abierto por la páginas que ilustran el asedio de Jerusalén y la lamentación de Jeremías–, que es el principal reclamo. Hay también un facsímil que los visitantes podrán hojear para hacerse una idea más ajustada del manuscrito original, que la BNE custodia bajo estrictas medidas de conservación. Se trata de un volumen de más de 600 páginas dividido en 68 partes, cada una de las cuales se divide en un fragmento del Apocalipsis, una explicación basada en textos patrísticos y comentarios propios, e iluminaciones.
Si a partir del siglo XVI lo que generó interés fue el contenido textual de los Beatos, en los últimos tiempos, a principios del XX, han cobrado importancia las ilustraciones. Una exposición belga que celebró en 1985 la cultura española, mostró obras de Dalí, Picasso, Goya y los Beatos. «A través de unos ojos más adiestrados, habituados a las vanguardias, se empezó a identificar los Beatos como obras con un importante peso en lo visual y muy contemporáneas», señala la comisaria de la exposición de la BNE. Se ha llegado incluso a ver influencia de estos dibujos en la obra de Gauguin, Matisse o Picasso.
MÁS INFORMACIÓN
¿Quiénes son los autores de esas iluminaciones? Difícil saberlo. El códice lo firman Fernando I y Sancha, que lo encargaron, y aparece el nombre de un escriba, pero de los dibujantes no se sabe mucho más allá de que fueron varias manos quienes intervinieron. El Beato tiene además anotaciones y correcciones de las personas que lo han utilizado durante estos diez siglos. Algunas imágenes han sido alteradas y el texto es una revisión del original de Beato de Liébana. Roald Dahl en la Edad Media. Esos 40 Beatos que se conservan en la actualidad, aun siendo similares, tienen todos variaciones.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete