ABCBares, la gran extinción#CancionesDeBar
Cerveceria Alemana. Foto: Isabel Permuy
Cerveceria Alemana Isabel Permuy

Los mejores taurinos

Los mejores taurinos, por Andres Amoros - ABC.es
por Andrés Amorós

Decía Unamuno que lo malo de las corridas de toros es el tiempo que pierden los españoles hablando de ellas. Lo pierden o lo ganan: la lengua habla de lo que el corazón rebosa. Para un aficionado, sería una tortura no comentar, antes de la corrida, sus ilusiones, ni, después de ella, lo que le ha emocionado. Hacerlo tomando una cerveza o una copa de jerez forma parte de nuestra cultura. Si el local acompaña su afición, con cabezas de toro, carteles taurinos y fotografías, miel sobre hojuelas.

No cabe imaginar la Fiesta sin tertulias taurinas. Me contaba Marcial Lalanda que, para entender de toros, convenía ser «orejero»: escuchar a los maestros y a los grandes aficionados, reflexionar mucho... y callarse, durante cierto tiempo.

En esas tertulias abundan, por supuesto, las anécdotas. Muchas recoge Antonio Díaz-Cañabate en la divertidísima «Historia de una taberna», la del torero Antonio Sánchez. También recrea ese ambiente la serie «Juncal», de Jaime Armiñán, con un inolvidable Paco Rabal.

En mi niñez, la familia Bienvenida - y sus partidarios - solían reunirse en «Galatea», en frente de su casa, al comienzo de Príncipe de Vergara. Los Dominguín tenían su «oficina» en la «Cervecería Alemana», de la Plaza de Santa Ana, muy cerca de su casa, en la calle del Príncipe. Algunas tardes triunfales, hasta sus domicilios llevaron a hombros sus partidarios a Antonio Bienvenida y a Luis Miguel Dominguín.

Para un aficionado, sería una tortura no comentar, antes de la corrida, sus ilusiones, ni, después de ella, lo que le ha emocionado. Hacerlo tomando una cerveza o una copa de jerez

Cuando las taquillas de toros estaban en la calle de la Victoria, cerca de ellas había muchos bares taurinos. Era famosa «Alhambra», que aparece en una película de Almodóvar; también, «La Piconera»: según el chiste, el bar más grande de España porque «se entra por Cádiz y se sale por Barcelona» (en la esquina de esas dos calles).

Muchos bares taurinos están en la zona de Ventas. Muy populares son «Los Timbales» - que tomó ese nombre por custodiar los de la Plaza - y «Casa Toribio», que sigue ofreciendo el rabo de los toros lidiados en el coso.

El ambiente taurino se conserva mucho más en Sevilla, en el barrio del Arenal. Luis Fuentes Bejarano tenía su tertulia al lado de la calle Tetuán, junto al viejo anuncio del Studebaker; en la pared, detrás de su silla, vi yo un viejo recorte de periódico, que recogía una de sus estocadas. El Vito tenía la suya al lado del Ayuntamiento. Don Eduardo Miura solia acudir a comprar «pescaíto frito» junto a los viejos toneles de la «Bodeguita Morales», en García de Vinuesa. En «Donald», junto al Hotel Colón, he coincidido con Chaves Flores, Luque Gago y el fotógrafo Canito; en «La Moneda», en el Postigo, con el taurinísimo abogado Joaquín Moeckel. El mayor ambiente se vive en los bares de la calle Adriano, frente a las taquillas de la Plaza y la cofradía del Baratillo: «Taquilla», «Pepe Hillo»...

En Bilbao, las cuadrillas cenan en la cafetería del Ercilla. En Zaragoza, los aficionados se reúnen en «Marpy», en la coqueta Plaza de Santa Marta. En Barcelona, en los bares de enfrente de la Plaza, hoy clausurada por el independentismo. En Pamplona, en el bar del Club Taurino. En Valencia, conviene ir a la playa de la Malvarrosa: en «La Pepica», vemos las fotos de Ángel Luis Bienvenida y de don Gregorio Corrochano, el día de la alternativa de Aparicio y Litri, sorteando quién tendría más antigüedad...

Continúa habiendo bares taurinos en casi todas las ciudades españolas. Los aficionados seguimos reuniéndonos para disfrutar de la amistad, recordando lo que hemos vivido y soñado, en las Plazas. Y, como en los versos de Pemán, suena «muy lejos, entre palmas, / un fandanguillo... Muy lejos...».